Después de la cena, Ximena se dirigió al cenador del jardín empujando su silla de ruedas, seguida por Mariana.Una vez allí, Mariana revisó que no hubiera nadie cerca, y sacó un documento de su bolso.Ximena no necesitó mirarlo.El rostro de Mariana, lleno de conflicto y tensión, ya le había dado la respuesta que temía.Con calma, Ximena tomó el papel y lo dobló cuidadosamente hasta formar un pequeño cuadrado.—Ena, ¿qué vamos a hacer? —Mariana se arrodilló frente a Ximena, sujetándola firm
—¿Qué... qué pretendes hacer? —Ximena estaba visiblemente alarmada.Lisandro la arrinconó contra la pared, con una sonrisa traviesa.Sus grandes ojos brillantes y vulnerables la hacían parecer un cervatillo asustado.Una idea cruzó por la mente de Lisandro, y no quería contenerse más.—Deberíamos ac
Muchos la confrontaban, preguntándole cómo podía herir así a un hombre que evidentemente la amaba.Al leer los comentarios llenos de odio, Ximena sintió una indignación que le llenó el pecho.—¡Esta gente debe estar loca! —exclamó mientras intentaba borrar los mensajes, pero eran tantos que parecía
—En la familia de Marcela se valoraba más a los varones que a las mujeres. Siendo ella la hija menor, la menospreciaban. Fue expulsada de su casa cuando era muy joven y comenzó a trabajar.—Fernando le mintió diciendo que era soltero, tenía una casa y era dueño de un pequeño Bazar. Para Marcela, que
Lisandro tropezó un poco, pero de inmediato tomó a Ximena de la mano, intentando calmarla. Sin embargo, el celular de Ximena sonó de nuevo.Era Mariana.—Ena, ¡se complicó todo! ¡Gael intentó suicidarse, se cortó las muñecas!Ximena sintió que la cabeza le daba vueltas.—¡Ese Gael, si no arma un lío
Gloria levantó la mano dispuesta a abofetear a Ximena.Justo cuando la mano de Gloria estaba por impactar, Teresa intervino deteniendo el golpe.Teresa, con una fuerza sorprendente, apretó la mano de Gloria tan fuerte que la hizo gritar: —¿Quién te crees? ¡¿Cómo te atreves a detenerme?! ¡Suéltame ah
Teresa rápidamente inmovilizó a Gael nuevamente y con un fuerte empujón, lo tumbó al suelo.—¡Mi hijo! —Gloria gritó, corriendo hacia Gael.—¡Maldita Ximena, te atreviste a agredir a mi hijo, esto no se quedará así! —Gloria gritó a Ximena con furia.—¡Ximena Castillo, no te la vas a acabar! ¡Juro qu
Teresa sonrió y dijo: —¿No es maravilloso tener suerte?—¡Por supuesto que sí! —exclamó Ximena tomando una profunda bocanada de aire fresco—. Deseo alejar toda mala fortuna y que desde ahora todo sea buen augurio.Ximena apretó la mano de Teresa: —¡Espero que también te inunden las buenas vibras!—T