—Enrique, ¿tú… en qué consiste principalmente tu trabajo? —preguntó Ximena, claramente perturbada.—Cuando no hay cámaras de vigilancia y no se conoce la identidad del sospechoso, dibujo la imagen del sospechoso basándome en la descripción de la víctima.—Entonces, ¿ya hay un retrato compuesto del… del delincuente? —preguntó Ximena.Enrique sacudió la cabeza con desilusión: —Nadie ha visto su cara claramente, es muy astuto, elige a mujeres que están borrachas y desorientadas.Mujeres borrach
Rebeca, en lágrimas y sintiéndose injustamente tratada, replicó: —Mis padres me criaron con mucho esfuerzo, ¡no podía simplemente ver cómo se preocupaban por reunir el dote para el matrimonio de Toño!Ximena no quería escuchar más peleas, y salió del Bazar.Andrés la siguió: —¡Xime, lo siento! ¿Cómo está Lisandro? ¿Es grave?Ximena pensó en cómo todo el brazo de Lisandro estaba herido, y deseó que Rebeca hubiera tenido que manejar ese coche destrozado.—Heridas superficiales, han tenido que
Rebeca estuvo inquieta toda la tarde.Podía percibir que las palabras de Ximena tenían un significado oculto.¿Acaso Ximena sabía algo?María no se fue ese día, planeaba quedarse en Bazar durante los siguientes días para resolver el asunto de la casa.Aprovechó que Andrés había ido al nuevo almacén a ordenar cosas y llevó a Rebeca a un cuarto para hablar.—¡Seguro que la madre de Isabella escuchó de Ximena que no tenemos casa y por eso propuso romper con tu hermano! Si tenemos una casa, el
—¿Cómo que me volviste a pedir comida?—Me preocupaba que al mediodía volvieras a comer algo sin nutrientes —la voz magnética de Lisandro sonó desde el teléfono, sonando especialmente encantadora.Ximena, con la punta del pie dibujando en el suelo, dijo: —Tú comes comida en caja en casa, y yo como platos gourmet fuera, ¿siento como si te estuviera maltratando?—Tú eres el sustento de nuestra casa, tú come bien y gana más dinero, para que me puedas mantener.—Está bien, te mantendré —Ximena c
Ximena miró hacia abajo y asintió: —Sí, ¿pasa algo?—Vaya…Sofía tiró de Ximena para bajarla de la escalera, apuntando al collar de zafiro en la foto y preguntó con indignación: —¿Sabes cómo se llama este collar?—No, mi esposo no lo mencionó.—Este es…Sofía se llevó la mano al pecho, parecía mal.Ximena rápidamente la ayudó a sentarse y buscó una pastilla en el bolso de Sofía, pero esta la rechazó.—Estoy bien —Sofía tomó un respiro y preguntó de nuevo—. ¿Sabes cuánto costó este collar?
Al volver a su habitación para buscar su libreta de ahorros, se sorprendió al descubrir que la tarjeta bancaria que le dio a Lisandro el día que se casaron, estaba allí, en su cajón.Ximena, con la tarjeta en la mano, preguntó a Lisandro ¿cuándo la había puesto allí?—¡Así que abriste mi cerradura!—Yo no hice eso —Lisandro no admitió.Ximena sabía que Lisandro se sentía avergonzado para admitirlo, así que le colocó la tarjeta en la mano.—Solo hay tres mil dólares en ella, ¡no cubre ni lo
Ximena estaba en blanco, mirando a Lisandro con los ojos perdidos.Él estaba escuchando atentamente el teléfono, pero antes de que pudiera hablar, la llamada ya se había terminado.—Tengo un hijo —Lisandro bajó el móvil, sin mirar a Ximena.Ximena se quedó paralizada, tardó un buen rato en recuperar algo de reacción.—Lo siento, ¡es que estoy tan sorprendida! Hace tanto que nos conocemos, y nunca lo mencionaste...Ximena se apresuró a explicar su reacción, temiendo que Lisandro malinterpret
—Papi está ocupado trabajando —Mateo, impaciente, empujó a Elena y recogió su robot del sofá.—¡Podrías hacer un berrinche, llorar y hacer que vuelva! Él te quiere mucho, seguro que volvería.—No puedo llorar —Mateo, abrazando su robot, intentó subir las escaleras, pero Elena lo atrapó y lo trajo de vuelta.—Mateo, ¿no quieres que tu papi esté contigo como los demás niños? ¿Que tome el desayuno, el almuerzo y la cena contigo todos los días? ¿Que te lleve al jardín de infancia, te recoja cuand