Capítulo 31: Sergio
Aurelio se abriga y mira a los lados con nerviosismo. Palmeo su hombro y lo conduzco hasta mi auto, al ver a Joaquín sonríe y se saludan.

—¿Trajiste a tus nietas? —pregunta Joaquín, emocionado.

—No, pero te envían saludos.

Debo dejar primero a Joaquín en sus clases de karate, se baja despidiéndose de Aurelio, sigo hacia mi oficina y Aurelio suspira de forma pesada mientras me dedica una mirada intrigante.

—¿Qué pasó, Sergio?

—Eso quiero saber yo, no me gusta dejar sola a Amelia en la clínica por mucho tiempo, estoy convencido de que intentaron hacerle daño.

—¿Ya no crees que ella haya tenido que ver?

Alzo los hombros.

—No sé, Aurelio. Creo que no, sé que estos hombres que aparecieron muertos sí, y ahora atentaron contra ella, pero algo me dice que no tuvo que ver.

—Me alegro muchísimo de que veas por fin las cosas así. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Estaciono y me bajo del carro, él me sigue de cerca.

—La convivencia, me di cuenta de que no está ni enterada del destino del dinero, y
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