CAPÍTULO 39.

Soplaba la brisa y el aire fresco estremeció el somnoliento cuerpo de Nicole, estaba acostada en sus brazos, con su abrigo sobre su cuerpo, mientras sus ojos se abrían lentamente y admiraban las estrellas.

―¿Estás despierta?

―¿Qué horas es? ―pregunto Nicole un poco adormitada.

Aiden levanto la muñeca para mirar su reloj.

―La una de la mañana.

―¿Por qué no me despertaste?

―Dormías profundamente, creo que te agote lo suficiente.

Ella había entendido el mensaje implícito en sus palabras. Por lo que sonrió y le dio un pequeño golpe en el hombro.

―Vamos, es tarde.

Él la llevo al auto y la ayudo a sentarse en el asiento del pasajero.

Cuando Nicole se despertó, estaba sola en la cama, miro a su lado sin comprender, solo estaba la almohada hundida que mostraba que no era la única que durmió aquí anoche. Se levantó, pero Aiden ya no estaba en el departamento, había una pequeña nota en el refrigerador.

“Como compensación por la larga noche, te prepare el desayuno”

Efectivamente, ha