Después de sentir la rigidez del miembro de Michael por todo su cuerpo Sofía estaba extasiada y Michael perdido en su estupor no pudo contenerse más y eyaculó sobre el abdomen de Sofía empapándola de su semen como un animal marcando su territorio.-Sofía lo siento, yo no quería.-No me importa, puedes hacerlo las veces que quieras, me gusta...(Jamás pensé que diría esto, pero en verdad me gusta que me moje con su semen, como si me marcara de su propiedad, quiero oler a él y probarlo como si fuera mi postre favorito.)-Vamos, no te detengas.Obedeciendo a las órdenes de su esposa siguió marcando su cuerpo hasta bajar a su entrada, deseaba tanto poder estar dentro de ella que se mordía los labios y gruñía como un lobo. Sofía lo notó de inmediato.-¿Quieres?Acabamos de ducharnos, puedes probar... Pero no puedes entrar.-¿Cuando vas a enamorarte de mí? No puedo vivir esperando sabes, cada vez puedo contenerme menos.-No lo sé, tal vez pronto...(No quiero enamorarme de tí, vas a lastima
Después de tomar un baño caliente y ponerse ropas cómodas la pareja bajó a la sala para desayunar, la mesa ya estaba servida, Michael se apresuró a acomodar la silla para su esposa y Sofía se sonrojó apenada ante la mirada atenta de la servidumbre.(Qué vergüenza todos me miran, seguramente saben lo que hicimos hace un rato. Pensarán que soy una mujer fácil.)Atento a la mirada complicada de Sofía, Michael se apresuró a preguntar:-¿Qué sucede? ¿En qué piensas?¿Te molesta algo?Sí es así me gustaría saberlo, tal vez pueda ayudarte. Luego la miró y acarició el dorso de su mano para hacerla sentir segura.-No es nada, sólo me siento un poco cohibida, ya sabes por lo que dijiste...-No recuerdo que fue lo que dije.-Qué todos nos han escuchado, ya sabes, haciendo nuestras cosas.Conmovido por el hermoso rostro ruborizado se acercó a Sofía y le besó la mejilla con suavidad.-A ellos no les importa lo que oyeron, más allá del morbo por oír a una pareja haciendo el amor no hay nada más,
Caminaron unos metros más tras el incómodo momento hasta que Sofía se detuvo, Michael seguía caminando y terminó retrocediendo unos pasos al sentir que el cuerpo de Sofía permanencía fijo en su lugar.La miró con profundidad y luego preguntó:-¿Por qué no caminas?-Quiero volver.-¿Qué? Sofía... -Quiero volver a la casa.Lo interrumpió antes de que pudiera decir algo más, se sentía incómoda y cualquier gesto amable que el tuviera con ella en ese momento quedaría empañado por la situación embarazosa de hacía unos momentos.-Sofía... Yo... Lo siento.Se soltó de su mano.-Volveré a la casa. No me sigas, por favor.Dio la vuelta y se marchó a paso veloz hasta entrar en la propiedad.Subió a la recámara y se encerró en el baño a llorar, estaba asustada, molesta y decepcionada, se sentía usada y estúpida por creer que Michael la quería y la trataría bien como le había dicho antes, pero nada de eso parecía ser cierto, una simple petición lo había hecho estallar en cólera.(Eres una estúpida
Caminó unas cuantas horas más a paso muy lento admirando todo a su alrededor, además del laberinto toda la propiedad estaba cercada por rosales del tipo enredadera, altos y verdes adornados con rosas de castilla que cubrían las cercas electrificadas.Había porciones de terreno cubiertas de cesped donde habían insatalado pequeñas huertas, secciones de laberintos más pequeños que el que estaba en el centro de la propiedad y de altura mucho más baja que daban una impresión más cálida y reconfortante, todo lo contrario al otro, distintas secciones de jardín rodeadas por arbustos de lavanda y rosales, al menos quince invernaderos y un pequeño orquideario cercado con bambú, porciones de terreno boscosas, además de un largo sendero rodeado por cetos que indicaban el camino hacia la propiedad, todo el jardín era mucho más extenso que la casa misma, algo que llamaba la atención de la joven, podría tardar una semana recorriendo cada uno de los rincones y espacios verdes del lugar hasta conocerl
Estaba tan impresionada con el lugar que decidió curiosear la zona boscosa y salió del sendero, que se encontraba a unos 20 metros cuya iluminación era demasiado tenue y no llegaba a iluminar la zona donde sofía se encontraba, hacía frío y no podía distinguir nada, estaba perdida.-¡Demonios!¿Ahora cómo voy a regresar? Ni siquiera tengo teléfono para comunicarme y si lo tuviera seguro no tendría señal en este lugar, además tendría que llamarle al patán ese. No era el momento para ponerse digna, tenía que buscar la forma de ser encontrada y volver a la mansión.-Hace frío, tengo hambre, Sofía por qué fuiste tan inconsciente.Caminó por unos veinte minutos hasta que el desánimo se apoderó de ella y se sentó en suelo recargándose en uno de los árboles, ya no podía ver absolutamente nada, si continuaba caminando podría perderse aún más, todo a su alrededor eran árboles de abedul idénticos, jamás descubriría por dónde había llegado.*En la mansión*Nana había reunido a la mitad de los gu
Nadie quería dirigirse a Michael, asustados entraron en la mansión e indicaron a uno de los guardias que diera las malas noticias.-Señor.Dijo el hombre en tono nervioso ante la mirada angustiada de su jefe.-Me temo que no hemos encontrado a la señora, si está en el jardín podría estar en las zonas boscosas o tal vez... Pudo haber entrado en el laberinto, usted sabe cuál.-No, no puede, yo no se lo permití.-Con todo respeto señor, las personas tendemos a obsesionarnos con lo que nos prohíben, podría ser que la señora se obsesionara con descubrir que hay en ese lugar y por qué no le permitió echar un vistazo ahí.Michael se negaba a creer que Sofía fuera capaz de desobedecerle, pero al final consideró la posibilidad, después de todo cuando le informó todas sus prohibiciones jamás incluyó entrar al laberinto entre estas, la razón, no pensaba que ella sintiera curiosidad por entrar en un lugar tan sombrío como ese.Ahora estaba tan preocupado que sólo deseaba que ella estuviera ahí.-
Los tres perros buscaron el olor de Sofía por todo el jardín, el olor era débil pero lo suficiente para seguir el rastro hasta el área boscosa, al llegar ahí observaron a la joven durmiendo en el suelo, uno de ellos gruñó fuertemente y provocó que la joven despertara asustada.Somnolienta se frotó los ojos para comprobar que no estaba soñando y en efecto, no estaba soñando, había tres terroríficos perros frente a ella, parecía que iban a comérsela; los Mastines no habían socializado más que con Michael, Soren, con Nana cuando eran cachorros y con Nathan cuando fueron entrenados, el resto representaba una amenaza para ellos, así que gruñían feroces mientras la rodeaban, el Gran Danés era menos aterrador pero tampoco era sociable, dio un ladrido ensordecedor y luego se marchó a gran velocidad. En poco tiempo llegó a donde su amo, quién al no ver a los otros entendió todo y arrancó a correr detrás del can.*En el bosque*Sofía estaba demasiado asustada pensando que los perros la atacaría
Invadido por una especie de cólera se dirigió hacia Sofía, la tomó del brazo y la jaló hasta acomodarla en una silla junto a los demás empleados, que miraban con asombro la forma tan agresiva en que su señor trataba a su esposa.-Es tarde, estuviste todo el día afuera sin comer, cena y después sube a dormir.-Dije que no tengo hambre.-Señora...Se apresuró a interrumpir Soren.-Si le incomoda cenar con nosotros podemos retirarnos.-¿Qué?¡De ninguna manera!Espetó iracundo el hombre.-Por su puesto que no señor Soren, no son ustedes los que me incomodan.Con el rabillo del ojo echó un vistazo al responsable de su incomodidad para luego ponerse de pie y caminar hacia las escaleras.-¿Y yo qué? ¿Es mi culpa que hagas tonterías y te pierdas durante toda la tarde y no encuentres el camino?¿Es mi culpa que no sepas cómo regresar?¡Es mi culpa que hagas lo que se te antoje como sí...?-¡Cómo si qué!Respondió Sofía igualando el tono de voz del hombre.-¿Cómo si fuera mi casa?¿Cómo si fu