Hanna BeckerNew YorkLuego que Devin, saliera con Daniel, del estudio, yo me puse a hacer mis pendientes, hasta que llegó la hora de la comida, la cual estaba esperando muy ansiosa para irme a comer con Susan. Tenía muchas ganas de platicarle a mi amiga, sobre mi maldad cometida contra mi esposito Devin Becker, ella me envió un mensaje y me sorprendió verla esperándome afuera del estudio, no pensé que tuviera el tiempo de venir por mí, si ya habíamos quedado de vernos en Central Park.–Hola Susan, que bueno que has venido hasta acá por mí – Abracé a mi amiga – Te ves muy contenta.–Hola Hanna, mi felicidad tiene nombre y apellido y se llama Daniel Hamilton – Dijo emocionada – Pero vamos, que no puedo con la duda de lo que le pudiste hacer al pobre de Devin.–Ese, de pobre no tiene nada, si es un infeliz y no lo digo en mal plan, lo es de verdad. Creo que las caras felices, no tienen cabida, ni espacio en su vida.–No digas eso Hanna, pobre de tu señor esposo – Se burlaba mi amiga – V
Hanna BeckerNew York–Hanna, menos mal que ya llegaste pensé que no me ibas a acompañar y ya estaba de nervios – Katie estaba asustada – Pero ya estamos las dos, listas para ir.–Sí, vamos Katie. No te dejaría plantada por nada del mundo – Respondí – Me interesa mucho este proyecto, yo desde que me lo mostraste supe que es de esos proyectos, que te llena mucho profesionalmente.–Mi madre piensa lo mismo – Dijo Katie mientras subíamos a su auto – Está feliz que trabajemos juntas, de hecho, quiere que el fin de semana vayamos a tomar unos Cosmopolitan solo las tres.–Yo encantada, me halaga saber que, a tú madre le gusta que participemos juntas de este proyecto.–Mi madre tiene muy buen ojo, si no viera algo especial en ti, no estarías aquí en el estudio ¿Sabes entre cuantos arquitectos, te eligió? Entre cientos Hanna.–Ahora me siento más que feliz, Katie – Dije sintiéndome poderosa – Admiro a tu madre, desde que tengo uso de razón y nunca pensé, cuando metí mi solicitud que alguien c
Devin BeckerNew YorkQue ni se lo imagine. Yo no iba a hacer ninguna celebración, yo no era ningún payaso, para estar divirtiendo a medio mundo. Si ya prácticamente todos la conocían, para qué hacer esa dichosa fiesta. Pero yo no iba a quedar como un amargado, si eso era lo que ella pretendía.–Claro que sí, mi amor, tenemos que quedar con todos los chicos para hacer esa fiesta – Dije con una sonrisa falsa en los labios – Por mí, no hay problema.Por mi podía hacer esa fiesta, pero no con mis amigos, ni en la casa, si tanto quería celebrar, que se fuera a un bar y a mí, que me dejara tranquilo,– ¿De veras, mi amor?, que lindo de tu parte – Chilló como loca.Me puso los brazos alrededor del cuello y me dio un beso en la boca, yo no pude hacer otra cosa que seguirle el juego, esta mujer me estaba volviendo loco con sus insinuaciones. Ella sabía que no la iba a rechazar delante de Janet. Así que esperé a que terminara de besarme.–Que lindos, se ve que se quieren mucho, no pensé que de
Devin BeckerNew YorkNos separamos del beso Hanna y yo y de verdad que esto no me lo había esperado, teníamos mucha química, no lo quería reconocer y por eso éramos que estábamos todo el tiempo, discutiendo y llevándonos la contraria, por la tensión sexual que existía entre ella y yo.–Yo creo que mejor los dejo solos, estoy de más aquí – Nos dijo Janet.Yo estaba que le decía que sí, que no había problemas en que se fuera, pero sí lo había, Hanna, no me iba a dejar que le hiciera el amor, ayer me lo dejó muy claro, pero ahora sus ojos me decían otra cosa, estaba seguro que estaba excitada al igual que yo, sus pupilas estaban dilatadas.–No Janet, no te vayas, si apenas llegamos, es que Hanna y yo, no nos hemos visto en todo el día, apenas hoy en la mañana, pero no te preocupes.Dije para salir de la embarrada en la que me había metido, solo a mí se me ocurría querer molestar a Hanna, ella parecía haber disfrutado del dichoso beso, la veía y ella me miraba con lascivia sin disimular,
Hanna BeckerNew YorkJanet se quedó un rato más conviviendo conmigo y con Devin, era una chica muy agradable y me cayó bastante bien y parecía ser que, a ella, le pasó lo mismo conmigo, porque en ningún momento le vi ganas d quererse ir. Devin lucía bastante incómodo, no parecía sentirse nada bien, con la plática que se había dado entre su amiga y yo.Lo sentía mucho por mi esposo y por sus intentos infructuosos, por hacerme sentir mal. Nada parecía funcionar para él y todo estaba resultando bien para mí, para que aprendiera a no meterse conmigo.–Devin, mi amor – Volví a molestarlo – Ya que Janet está aquí, deberíamos invitarla a cenar. Claro sí ella acepta, por supuesto.–Gracias Hanna, yo encantada de quedarme – Respondió Janet – Sirve que, espero a que llegue Danielito, siempre anda por aquí y quiero por fin, decirle que, lo quiero y que siempre me ha interesado más que cómo un amigo.Yo me quedé callada, no sabía que Janet quería algo con Daniel, pero ahora que me estaba dando c
Hanna BeckerNew York–Por primera vez, me alegro de los malos y nefastos modos de tu marido – Susan reía – Porque le dejó claro a esa mujer, que Dany está conmigo.–No te creas Susan – Respondí un poco apenada – Su amiga es muy buena persona, me sentí hasta mal por ella. Imagínate que, la había invitado a cenar y cuando Devin le dijo eso de ustedes, ella decidió irse, la pobre se sintió pésimo. Devin, fue muy vil.–Sí amiga, en eso tienes razón. Tu marido es vil y ya me imagino la cara que debió poner, esa pobre chica – Dijo Susan – Pero bueno, te llamaré mañana porque iré a cenar con mi amado Dany. Estaremos en un restaurante que él y Devin aman, es más deberían alcanzarnos.–Claro, le diré a Devin ahora que regrese. Yo pensaba de todos modos, decirle que, fuéramos a cenar y si es con ustedes, dudo mucho que, él se niegue.Ya no tenía que rogarle que saliéramos a cenar, con su amigo ya en el restaurante, de seguro aceptaría de inmediato, estos vivían unidos la mayor parte del tiempo
Devin BeckerNew YorkSi no llego a tiempo, ella hubiera sido capaz de quemar la casa con ella adentro, era de cuidado esta mujer, un solo descuido y ya estaríamos en la calle. Veía lo que habia echo con el sobre donde guardaba las fotos con Vivianne, en una de las ollas, que había traído de París.– ¿Se puede saber con qué permiso tomas mis cosas?, esto está mal Hanna, no tienes por qué tocar las cosas que no te pertenecen, esta olla está arruinada por completo.No respetaba el espacio ni las cosas ajenas, ella se metía en las cosas que no debía, eso le va a costar muy caro y ni siquiera estoy hablando de dinero, porque no me interesa su dinero, no me hace falta. Era el valor sentimental que nunca sería comprado.–Mira, lo siento de verdad Devin, me entretuve un minuto y fue que ocurrió el accidente, no te preocupes la olla la puedo conseguir.Ahí estaba ella pensando que por unos billetes, iba a poder saldar esta deuda que se acababa de ganar conmigo, ella ni se había enterado ni se
Devin BeckerNew YorkMe sentía cansado física y anímicamente, ante lo que acababa de pasar, hace unos momentos con mi olla, con mi preciada olla, que con tanto sacrificio había obtenido.Sé que fui un poco o un mucho tal vez, duro y cruel con Hanna, pero ella se buscó todo lo que le dije y hasta siento haberme quedado corto. Lo que más me había dolido de todo ese asunto es que, ella no tenía la menor idea de todo lo que yo sufrí, para hacerme de esa olla. Estando así tumbado en mi cama y con la mirada fija en el techo recordé con melancolía y con añoranza aquellos momentos.“Flashback Tres años atrás Concurso de cocina internacional París”Había viajado a París, acompañado de mi mejor amigo Daniel, quién era mi cómplice en toda esta aventura que, suponía para mí la cocina, que si por mí fuera sería mi actividad a la que me dedicaría por el resto de mi vida, era la que en verdad me hubiera gustado estudiar.–Gracias amigo, por venir acompañarme hasta estas tierras lejanas – Le agradec