Renaldo empezó a acariciarla suavemente mientras ella le respondía de la misma manera, era tan difícil dejar de pensar en todo lo que había pasado, pero se sentía segura y protegida entre sus brazos. Él la depositó sobre la blanda cama y se unió delicadamente a ella.Lacie levantó la mirada hacia él
Nada preparó a Lacie para sentir ese inmenso dolor, dar a luz era lo más doloroso del mundo, y sobre todo estaba ese miedo que la embargaba, la cortina de la sala contigua donde estaba su hermana se encontraba abierta, por lo cual se podían ver. —Escúchame bien mi ángel… eres fuerte, valiente, no t
Luego se lo pasaron a Fénix y a Alessandro, estos lo besaron también y fue inevitable que sintieran un profundo amor por esa criatura que sentían parte de ellos. Fénix vio pujando a su hermana y comenzó a animarla, tomando de nuevo su mano. —Vamos pequeña, ¡Tú puedes! Empuja con toda tu fuerza, tu
—Yo también, mi amor, yo también. Ambos observaban a sus hijos con ternura, no podía creerlo. Cada vez que alguien le preguntaba cómo estaba, ella respondía feliz. —Mejor que nunca, porque soy la madre de cuatro hijos —porque Roberto también era suyo —mi amor ¿Será posible que me traigas a mi niño
Tres meses después El tiempo había transcurrido, un mes después de dar a luz regresaron a Roma, a la mansión que había preparado Renaldo para ellos, era imponente, asentada en lo alto de una pequeña colina, con una gran fachada, numerosos balcones y ventanas adornan la mansión, cada uno de ellos de
El baile terminó y todos los invitados aplaudieron y gritaron de alegría mientras la pareja seguía abrazada. Fue un momento inolvidable para todos ellos, ya que habían sido testigos de la unión de dos almas que se amaban profundamente.Su luna de miel fue todo lo que habían soñado y más. Cada día er
El niño habló con convicción y eso los sorprendió a todos, porque se preguntaban de donde había escuchado decir lo que ahora repetía.—Y a ti te cuesta entender que no me gustaría que mis hijos se casaran entre ellos, así no tengan la misma sangre —le preguntó Roberto.—¿Por qué? —interrogó.—Porque
Renella se sentía feliz y tranquila en los brazos de Roberto, pues él era todo lo que ella había soñado y más. Le sonrió mientras bailaban en el jardín con gracia y sincronía, sin perder el compás ni el ritmo.A medida que pasaban las canciones, Renella se sentía cada vez más enamorada de Roberto, h