El miedo de mi esposa respecto a los cuidados paliativos es seguramente porque creía que era parecido a su estancia en la unidad de cuidados intensivos, pero si hay algo que me esforcé por realizar es que ella tuviera toda la asistencia interdisciplinar de los cuidados paliativos de una forma en la que ya no se sintiera abrumada.
— Hemos pasado lo peor, ahora es momento de disfrutar tanto como sea posible. —digo y ella asiente frenéticamente.— Lo necesitamos.— ¿Tienes pensado a donde quieres ir?— Tengo algo en mente pero no sé si sea algo que podamos realizar pronto.— ¿Qué se te ocurre? — pregunto curioso y ella me observa con mucho interés.Pero no verbaliza lo que desea, sino que niega a cualquier intención de informarme, como si eso causara que no pudiera cumplirse, pero, yo insisto.— Quiero ir a Australia y recorrer todo el pa&iacMi padre me da toda la información de cada uno de los inconvenientes que hemos tenido que experimentar en el negocio y yo comienzo con mi trabajo haciendo las llamadas y correcciones pertinentes para solucionar los problemas.Aunque debo reconocer que la administración de mi padre fue muy buena, hay muchas decisiones que él tomó que son demasiado antiguas y por ello, las modifico. Estando los dos en reunión, la bebé se queda dormida y por eso, uno de los empleados la lleva hasta donde se encuentra su madre quien también duerme.‘Hay mucho trabajo pero debo terminar todo el que sea posible antes de nuestro viaje’ me digo mentalmente.— Esos son todos los problemas que han surgido hasta ahora. Por fortuna, las dificultades internas porque varios líderes tenían la intención de causarte daño ha llegado a su fin. — dice mi padre suspirando aliviado.— Debí
Por primera vez desde que nuestra hija nació, nos alistamos y salimos de casa con la intención de disfrutar de una cena agradable sin tener preocupaciones por un posible ataque o alguna otra cosa.Es por eso que Axael piensa seriamente sobre que debería o no usar y es eso lo que nos toma tanto tiempo al punto en que ya no parece una cena sino casi o una comida de madrugada.— Cariño, debemos darnos prisa ya son las 9:00 de la noche.— Espera un momento, por favor es solo que no me decido. — dice Axael aún en el armario— Evidentemente ya no podemos cenar en un restaurante que sea al aire libre. Voy a colocar la ropa más abrigada a la bebé y realmente si no sales en quince minutos me voy a cenar con Eloise.— Por favor, no seas así. Quiero que todo sea perfecto, pero no me siento bien con la ropa. Sus escotes son pronunciados y se nota lo que me hace falta.De inmediato
Terminamos nuestra cena sintiéndome completamente feliz porque en ningún momento tuvo algún malestar y a diferencia de lo que pensaba, no se mostró incómoda por las miradas que a veces nos daban.No necesitamos alcohol para poder disfrutar de nuestro tiempo juntos, tampoco es necesario estructurar frases muy inteligentes o hablar de temas sin importancia, porque no hay la necesidad de admirar, sino de disfrutar de nuestra compañía.— Es momento de ir a casa.— Pero, amor… ¿podemos quedarnos un poco más? — implora Axael con su mirada suplicante.— La noche está fría y debemos tomar en cuenta la salud de la bebé, querida esposa. — digo y eso cambia por completo cualquier súplica que apenas iba a verbalizar.— Está bien, vayamos a casa. — responde.Tomando la mano de mi esposa y con nuestra sea en los brazos de
Dos días despuésTodo ha pasado increíblemente, mi esposa ha tenido energía para cada una de las cosas que hemos estado realizando, por eso, ha podido jugar con la bebé, hemos hecho comida juntos o cuando estamos cansados, solamente nos sentamos a disfrutar de la vida.Sin duda, esta no es la vida que va acorde a mi rol como jefe de la mafia, pero me encanta disfrutar de esta tranquilidad. La paz que me proporciona mi esposa y mi hija no se compara con otros logros.Pero, como todo las cosas llegan a su fin y por eso, ahora hay mucho caos en casa. Mi esposa no deja de moverse de un lado al otro intentando encontrar todo lo que necesita.— No puedo olvidar la cobija de la bebé. Esa es su favorita.— Te equivocas, amor, es tu favorita. — respondo y ella niega.— Con esa cobija la bebé duerme por más tiempo y se ve más cómoda.— Está bien, si la
Amo a esta mujer y disfruto cada uno de esos gemidos que libera con cada pequeño beso que le doy. Apenas le estoy quitando la ropa y su olor me embriaga de tal manera que siento que en cualquier momento voy a enloquecer.— Esto se siente tan magnífico. — dice ella moviéndose de forma descontrolada ante mis toques que erizan su piel.— Aún no he comenzado con lo realmente maravilloso. — respondo dejándola completamente desnuda.— Esto es una completa locura. — dice ella gimoteando y yo lo que hago es disfrutar de cada uno de esos sonidos que ella realiza aunque solamente estoy golpeando su intimidad con mi aliento.— Me encanta que estes tan dispuesta para mí. — susurro tocando su cálida y suave piel.Mi boca se mueve sin que le dé la orden y yo disfruto sentir su sabor en mi boca. Cada cosa en ella es jodidamente magnífica. Es como si hubiese sido c
Ni siquiera sé cuántas veces hemos tenido orgasmos, sólo sé que merezco un premio por haber sido tan bueno en esto al punto en que cada uno de mis orgasmos fueron en todas las partes del cuerpo de mi mujer, excepto su vagina. — Esto es magnífico. — Yo estoy totalmente de acuerdo contigo. — susurro completamente agotado mientras ella se gira para poder mirarme mientras está acostada. — Te ves tan hermoso, amor. Sin duda, soy una mujer muy afortunada. — dice ella observándome con mucho amor. ‘El afortunado soy yo por tenerte en mi vida, mi querida esposa.’ Me digo mentalmente. — Claro que sí, mi amor, ¿no te das cuenta que soy único en mi especie? Tú no sólo te ganaste a un hombre completamente atractivo sino alguien que folla como los mismos demonios, porque los dioses no podrían hacerlo tan rico. — Basta, narciso, estás elevándote mucho. — ¿Acaso es mentira lo que estoy diciendo? — preguntó sonriente y ella suspira profundo. Aunque quiere rega
Mi esposa no parece mejorar con todo el malestar que está sintiendo, incluso siento que cada vez se torna más fría y es por eso, que la doctora personal que nos acompaña se sienta a su lado para monitorear cada cosa que podría a ella hacerla sospechar que mi mujer se sienta tan mal.Axael, como toda mujer que no desea preocuparme demasiado, apenas me observa me sonríe y yo me esfuerzo por mostrarme tranquilo aunque siento que en cualquier momento voy a enloquecer.— Estoy bien, me encuentro bien, cariño.— ¿Estás segura?— No lo estoy. Decirte que si sería mentirte. Pero no considero que sea tan grave al punto de tener que volver a internarme. Además, recuerda que ayer estábamos celebrando mi salida.— Por eso no hay problema, también podemos celebrar tu reingreso y nuevamente su salida. — digo de inmediato y Axael sonríe.&mda
Me preocupo porque sé que mi esposa puede reaccionar de manera… complicada. Pero tampoco puedo ocultarle la verdad cuando lo ha escuchado, eso solo empeoraría cosas y no quiero tener una nueva preocupación en mi vida.— Pajarita…— ¿Qué has estado haciendo mientras yo estaba enferma?— Lamento decírtelo pero aún sigues enferma, cariño. — digo y ella me observa en forma amenazadora.— ¿Qué te dije de burlarte de mí? — preguntó ella cruzándose de brazos, pero, poco es el tiempo en el que dura tan seria porque el dolor le impide continuar con todo su drama.De inmediato, me levanto y camino hacia ella para acariciar su espalda y brazo deseando que esto ayude a que se le olvide de esta conversación de la que no quiero ser parte, pero tampoco puedo evadir directamente.— ¿Te sientes aún mal, c