Se supone que yo debía ayudar en la mediación, pero, no de esa forma, porque lo único que hice fue causar un problema grande al cortar la garganta de una mujer que buscará venganza aunque pasen muchos años.
— Oh, no.— ¡Maldita! — grita Masherano moviendo su mano con el cuchillo con tanta fuerza que se hace un hueco en la mano porque el cuchillo se mantiene firme en la madera.La vista es asquerosa, pero, a Maximiliano no le causa asco si no que lo estimula a tener mejor puntería, porque sin fallar dispara al cuello de su enemigo y con la misma bala mata al líder del grupo enemigo.De inmediato los disparos no se hacen esperar, pero, yo soy protegida por unos escudos que al ser transparentes puedo ver que es lo que sucede fuera. El asombro me invade y yo caigo al suelo donde no soy capaz de levantarme y caminar, por lo que, avanzo usando mis rodillas y manos para marcharme del enfrentamientoLos disparos aumentan y yo solo puedo ver como todos sonríen complacidos como si la locura de un padre perdiendo a su hijo fuera tan estimulante. Es por ello, que entro en pánico e intento salir de este caos antes que su maldad me controle.Sin embargo, Maximiliano parece más concentrado en mí que en el enfrentamiento, porque cuando doy dos pasos para correr lejos, una mano me agarra con fuerza mientras todos los demás continúan con el enfrentamiento.— ¿A dónde vas?— Déjame ir, este no es mi mundo, no quiero estar involucrada en algo así. — digo angustiada.— No vas a marcharte, si lo haces van a matarte. — dice Maximiliano molesto.— Si me quedo contigo, eso sucederá en cualquier momento. — respondo con frialdad para que él me suelte, pero, Maximiliano niega y de inmediato me coloca las esposas que me unen a él.— ¿Qué estás haciendo?— Te uno a mí, tenemos esposas matrimoniales que son nuestros anillos, unas esposas como estas, no va a ser un gran problema, esposa.Tensiono mi cue
Su mirada amenazante me dice que no está interesado en dejarme ir con vida y yo no quiero morir, aun no quiero dejar este mundo cuando no he arreglado las cosas para mi hermana y no he ido al cementerio a pedirle disculpas a mis padres por no cuidar de mi hermana más.Tengo muchas cosas que hacer, aun no estoy lista para dejar este mundo y no me parece justo que deba hacerlo cuando yo no le hago mal a otras personas… no es justo.— Eres un maldito bastardo.— Sí, eso soy. Pero, dime jefe bastardo. Me ha costado mucho ser el jefe para que no lo menciones, querida.— ¿Crees que es momento de bromear?— También muestra el respeto que me tienes, así que, hablo en serio con eso de llamarme jefe cuando vas a insultarme.— No me hagas esto, Maximiliano. No me condenes a vivir mis últimos meses de vida en peligrosos donde tu propia gente te traiciona.— Eso es algo que arreglaré, pero, querida, no podrás marcharte. Tú fuiste un pequeño pájaro que tuvo la desgracia de posarse en mi ventana y y
Maximiliano me sonríe como si celebrará haberme hecho tanto daño, porque aunque no estoy herida y solo aturdida por todo lo que ha sucedido, sin duda, esto que he experimentado me ha dañado la mente y herido mi corazón.Sobre todo, porque ni siquiera en mis sueños más locos habría visto algo así. La crueldad de ellos supera incluso lo inimaginable y yo ya no puedo escapar de esto. Él no lo permitirá y yo no puedo salir por mi propia cuenta cuando no tengo un respaldo que Maximiliano posee y sabe utilizar.— Esto no va a cambiar por mucho que te lamentes, Axael y si lo que pretendes es que me canse de ti, lamento decirte que ver a mi pequeña pajarita intentando salir porque apenas ha descubierto que está una jaula, me resulta tan reanimante y divertido que disfruto de tu espectáculo.— Eres un desgraciado, un mal hombre que merece tener todos esos monstruos que le impiden ser feliz. No puedes serlo cuando provocas tanto dolor.— Los que han muerto, no son buenas personas, Axael. El peq
Trago duro, porque no tengo instintos suicidas para desafiarlo, sobre todo, cuando tiene en su poder a mi hermana, pero tampoco tolero que me haya engañado así, porque sí, él es un mafioso, pero eso no quiere decir que me va a obligar a aceptar y ser parte de sus crímenes.— Como será mi vida después de la muerte también es importante y sin duda, he perdido la oportunidad de estar en la gloria de Dios al hacerme parte de ese enfrentamiento.— Si tanto te molesta ello, puedes verlo como sucedió: tú heriste a Antonella en la garganta y los demás la asesinaron. — dice Maximiliano encogiéndose de hombros como si eso le restara la suficiente importancia para olvidarlo de inmediato.— No es así de simple.— Hazlo simple entonces, Axael. Estas muriendo y llevas más de dos horas valiosas quejándote por algo que no puedes cambiar. Así que, deja de perder más tiempo y ve de compras o donde deseas, pero no molestes más. No me hagas perder la paciencia. — dice él lanzándome varias tarjetas de col
Siento que no soy yo, que todo el enojo que sentí de un momento a otro, fue el que almacené cada vez que era maltratada pero no podía decir algo al respecto. Porque por mucho que quisiera defenderme, nadie respaldaría a una empleada de medio tiempo que no tenía el respaldo de alguien más.Justo como ahora sucede cuando en mi hombro caen gotas de sangre de la herida que Maximiliano acaba de realizarme sin algún tipo de remordimiento o culpa.— ¿Te has calmado o debo dispararte de nuevo? — pregunta Maximiliano con enojo mientras el cuchillo que le había lanzado a él permanece incrustado en la espalda del hombre que se lanzó para proteger al animal a quien le sirve.— No, no me he calmado, así que, ¿vas a matarme por eso?— Reacciona, Axael o realmente acabaré con todos para que me obedezcas.— Hazlo y entonces te darás cuenta que así como no me importó casarme contigo porque moriría pronto, tampoco me importará asesinarte antes de yo morir.— Llévense a Francis para que reciba atención
No puedo confiar siquiera con el hombre me casé, pero, no es sorprendente, confíe en mi cuerpo y ahora estoy muriendo, así que, creer en su palabra, cuando ahora está calmado, es la única opción que me queda.— Tu punto débil es tu familia, pero te aconsejo que no muestres esa debilidad delante de alguien más, porque lo usarán y te dolerá la forma en que…— Lo entiendo, no seré así de sensible. Ahora, vete, por favor. Necesito que te marches.— Sal de todo este desastre, ve a alimentarte.— ¿Por qué te importa tanto que me alimente?— Un hombre que no cuida a su familia nunca será un hombre completamente y tú eres eso: mi familia. — dice Maximiliano con seriedad.Familia… ¿sabe él lo que significa tener una familia? Las cosas no son como él cree donde solo un buen techo y c
Miro con dolor a Maximiliano, porque él tiene razón. Esas personas son sus enemigos, pero no atacarán a la familia de él porque como Maximiliano mencionó, ellos pueden defenderse.Además, tienen la experiencia que les impedirá cometer errores, pero el orfanato muchas veces no tiene suficiente comida para poder alimentar a todos los niños a su cargo y tampoco tiene la experiencia que es crucial en este mundo tan violento.— Acaba con todos ellos, Maximiliano. Necesito que vengues a los niños que sin tener algo que ver, han perdido la vida. — digo llorando.— ¿Estás segura de lo que estás mencionando? No quiero que después te enojes conmigo porque he estado asesinando.— Eres un asesino, Maximiliano. Yo no me enojé porque mataste, lo que si me molesto fue tu engaño.— ¿Engaño?Maximiliano sonríe como s
Los dos nos disculpamos por las cosas incorrectas que hicimos, pero eso no quiere decir que voy a ser parte de su siguiente enfrentamiento que puede costarme la vida.— Acepté que asesinaras a esas personas, pero en ningún momento acordé que iría contigo.— Dónde va el mar, va la arena. Eso quiere decir que donde va el esposo va su esposa, querida.— No, Maximiliano. No vas a salir con eso, por favor.— Te espero en media hora, si no bajas, vendré a buscarte solo para llevarte como si fueras un pequeño y rebelde animal. Así que, dime si quieres por la fuerza, entonces que así sea. — dice Maximiliano marchándose.Al poco tiempo, aparece una de las empleadas con timidez, sabiendo que ella es la encargada de convencerme de algo que no deseo.— Jefa…— No voy a ir. Yo no quiero ser parte de esa violencia y nada de lo que digas o hagas