Despierto con el malestar apoderándose de mí, así que, salto de la cama corriendo hacia el baño donde libero incluso lo que no he comido. Al poco tiempo, unas manos recogen mi cabello mientras continúo vomitando, porque no puedo detenerme.
— Tranquila, todo pasará. — dice Maximiliano acariciando mi espalda con delicadeza.— Vete, esto es asqueroso.— Cariño, has visto como caen a nuestro alrededor cuerpos sin vida y sigues aquí, vomitar, que es algo dentro de lo permitido en la vida, no es algo terrible y asqueroso como eso. — dice Maximiliano.— Creí sentirme mejor después de estar contigo sin sentir malestar, pero ha vuelto.— Dormiste mucho y no te quejaste mientras dormías, así que, seguramente has mejorado, solo que no con la rapidez que esperas. — dice Maximiliano.Él es quien presiona el botón para queEsto es una completa locura, Maximiliano no conoce límites, la empleada doméstica quiere quitarme a mi esposo y mi suegro celebra cuando golpeo a su hijo, sin duda, somos una familia muy loca.— ¡Axael, golpeas duro! — grita Maximiliano acariciando su cabeza.— ¡Por supuesto que debo golpear duro, solo así vas a aprender la lección! — digo lista para golpearlo otra vez.— Lo siento mucho, ¿sí? Pero no me golpees, creo que me abrirás la cabeza si vuelves a pegarme. — dice Maximiliano quejándose.— Creo que sería buena idea ver tu cabeza abierta, para saber lo que tienes adentro y te impide actuar como corresponde.Los dos miramos mal a su padre y este parece inmune a las miradas asesinas porque se quita la camisa y entra a la piscina sin preocuparse por nosotros.— Padre, sin duda eres alguien sorprendente. — dice Maximiliano a
Ella me observa sorprendida e incluso, mira a su alrededor quizás esperando que alguien pueda ayudarla. Pero, aun estando hecha un desastre por enfermedades que pelean por quien me matara, me levanto y miro a la mujer que tiembla.— Señora…— ¿Por qué lo hiciste? Te estoy dando la oportunidad de ser sincera conmigo. — digo con frialdad.— Si soy sincera van a matarme.— Tal parece que es eso lo que quieres, porque yo también puedo dar esa orden.— No es justo. Usted es una mujer que está muriendo y tiene a un hombre adinerado, yo llevo años implorando por una oportunidad con él y usted la obtiene apenas aparece.>> Es un desperdicio para el señor Barack tener a una mujer que no va a vivir mucho tiempo, por eso, fingí ser buena con usted y seguirla en las locuras que se le ocurriera, para que quisiera tenerme a su lado, pero, lógi
Me despierto aturdida y muy desorientada, pero, unas manos conocidas se aferran a mis manos acompañándome incluso cuando no estoy consciente de lo que pasa. Mis ojos intentan adaptarse a la luz y yo siento que mi corazón cae a mis pies al ver que estoy en una habitación de hospital.— ¿Qué sucede, señor Barack? — pregunto confundida.— Oh, mi niña, finalmente has despertado. — dice el señor Barack.— Les dije que no quería ser internada, ¿acaso no comprenden que no quiero pasar mis últimos meses de vida en una habitación donde solo disminuyen levemente mi dolor pero no me curan? — pregunto con molestia.— Eso le dije a tu esposo, pero es terco. Además, nos asustamos porque te golpeaste la cabeza cuando caíste la primera vez y después de eso, el desmayo… no sabíamos cómo tolerarías la
Quiero decir muchas cosas, gritarle al ser encargado de proporcionar suerte a los humanos, porque sin duda, ninguno de los dos ha tenido alguna. Yo por enfermarme tan terriblemente y a él por encontrarse conmigo e interesarle.— Estaré bien, incluso aunque muera ahora todo estará bien, así que, no sufras innecesariamente, esposo.— ¿Cómo puedes decir algo así cuando todo se ha complicado?— Bueno, eso es algo que puede pasar, me lo advirtieron. — digo sonriente para que él intente tomar las cosas con calma.‘Lo hicieron, pero no creí que sería tan pronto, no es justo.’ Me digo mentalmente.— ¿Cuándo te dijeron eso? ¿Por qué fuiste al doctor y no me dijiste? — pregunta Maximiliano enojado.— Me lo dijeron el día que nos conocimos, Maxi. Ese día supe que el camino no sería sencillo y p
‘No puede ser posible, seguramente he escuchado mal.’ Me digo mentalmente.Mi deseo por tener una familia en un futuro, parece que ha hecho que tenga alucinaciones auditivas y es por ello, que escuché algo que seguramente no ha mencionado, porque no es lógico que esté embarazada.— Sí, señora Barack. Tiene siete semanas de gestación, ¿no tenía conocimiento al respecto? — pregunta el doctor y yo niego.— ¿Cómo puede ser posible?— Axael, ¿has estado tomando la medicación para no embarazarte?— Sí, lo hice, solo vomité las de hace dos días cuando el vómito se hizo frecuente en mí, pero…— Ya estaba embarazada. — dice el señor Barack.Ni siquiera sé que decirle a Maximiliano, él está tan aturdido como yo, por lo que, agradezco mentalmente que su p
Mis palabras también le impactaron a él, después de todo, llamarlo por su apellido es retroceder mucho en nuestra relación donde incluso ya lo llamaba usando un diminutivo y peleaba por él.Pero todo avance ha quedado en el olvido gracias a su reacción, una que no me agrada pero acepto de la mejor manera posible para seguir con mi camino.— No me llames así, Axael, soy tu esposo.— Entonces actúa como tal, como el hombre que está recibiendo terapia para lidiar con su mente y no como el asesino que es jefe de la mafia.— Te casaste conmigo, así que, tendrás esas dos versiones de mí.— Entonces, no muestres tu segunda versión, porque ahora no puedo lidiar con tu salvajismo. — digo con dolor.Sin deseos de quedarme más tiempo, entro al baño con la máquina que muestra mis latidos y me quedo en la ducha mojándom
Duele todo en mí, me causa tanto dolor tener cuatro de mis deseos más grandes y tener que renunciar a todo ello porque a falta de buenas noticias, Maximiliano decidió actuar así. Pero, no puedo hacer algo para cambiarlo, solo lidiar lo mejor que pueda ante las malas noticias que no dejan de presentarse.— Señorita…— No, por favor. — pido mientras corro hacia las escaleras, deseando que nadie me persiga.Con mi mente en blanco, bajo cada escalón sintiéndome patética por creer que las cosas podrían funcionar cuando mi conteo regresivo parece acelerarse. Es por eso, que lloro como una tonta. Una que no tiene un hombro en el cual llorar ni un respaldo familiar que pueda protegerme de cualquier tontería que decida Maximiliano.— ¡Axael, espera un momento! — grita alguien desde arriba, pero yo no me intereso por mirar quien me llama.— Esta en el
Maximiliano no me deja sola y eso no es lo mejor para ninguno de los dos cuando parecemos dos erizos esperando el momento perfecto para herir con nuestras púas a cualquier que intente tocarnos.— ¿Seguiremos así a partir de ahora?— Quiero ir con mi hermana, llévame con mi hermana. — pido y Maximiliano suspira profundo.— Si es eso lo que deseas, está bien, pero, háblame, dime…— Organiza tu vida, Maximiliano. retoma tus asuntos en el trabajo y sigue en lo tuyo que yo seguiré en lo mío.— ¿Podrías decirme que es lo tuyo?— Sufrir hasta que la muerte venga por mí.Maximiliano sonríe carente de gracia y yo solo niego ante cualquier drama que él pueda darme en estos momentos.— Sé que no quieres hablarme con…— No, Maximiliano, no quiero esto.— Lo siento, pero debemo