−No nací ayer señora...
−Rachel, dime Rachel – Se pone nerviosa.
−Rachel quiero que su otra mano alcance mi correa, va a escalar mi cuerpo.
−Me duele el bra.....
Legamos al centro comercial de la ciudad, es grande y las variedades de tiendas giran alrededor de 200 tipos. −Emma te veo muy feliz. – Apuntalo Chris, arqueando sus comisuras. −Sí, me alegra escuchar que se casara, espero que él sea un buen chico. −Estás tan feliz que me has llevado jalando de la mano todo este momento. −Upss.... – Lo suelto de golpe. No tengo la menor idea cuánto tiempo llevamos tomados de las manos. −No me sueltes. – Vuelve a coger mi mano −. Si no te perderás y no quiero buscarte. −Entonces me perderé. −No juegues Emma, si lo haces lo pagaras en la cama. Eso hace que ponga los ojos en blanco. −Eres un pervertido de los más pervertidos que pueden existir, incluso te has metido a mi cama sin permiso. −Solo contigo lo soy, y no me gusta dormir solo.− Hace una sonrisa pícara. −Acaso tienes tres años. −No, pero no llámenos la at
Ahora que lo pienso, he llegado al punto de acostumbrarmea verlo cada mañana. En mi cama. A lado mío. Se ha vuelto como una rutina. Perfilo su rostro sin que las yemas de mis dedos lo toquen. Se mira delicado cuando duerme. Me acerco un poco más, me provoca besarlo, solo falta un poco y a una distancia corta él abre sus ojos. −¿Emma? −Hola. – Lo quedo mirando. −¿Ocurre algo? −No..no...solo es hora de irnos, alístate rápido. Desayunamos y bajamos al estacionamiento, está vez usamos el auto de Chris. Al llegar Takeru, es quien nos saluda primero. Tiene dibujada una sonrisa esplendida. −Hola Emma. Hola Chris. −Listo para perder. −Ni lo pienses.... – Guiña su ojo. −¿Qué fue eso? – Dice Chris enojado. −No tengo ni la menor idea. Al entrar, la primera en aparecer es mi hermana mayor.Romina, una mujer alta y delgada, bastante para mi forma de ver. Cabello largo negro,
Narra Emma..... Por uno corto tiempo no hemos visto a los chicos. No sé, si es porque se esconden muy bien o están esperando que pisemos su trampa. De cualquier forma, todo es válido, no hay tiempo límite solo diversión. −Esta vez los chicos quieren ganar. – manifestó mamá. −Tal vez… no quieren terminar con la diversión. −opine, mientras estaba atenta a sus espaldas −. ¿Dónde quedo papá? −Tuvo una reunión. −¿Te quedaras después? −No, tengo asuntos en el hospital. ¡Ah! Mamá siempre tenía asuntos en el hospital, si fuera por ella el hospital sería su primer hogar, su familia y su vida. No la odiaba por ello, la admiraba por ello. No sé cómo pudo ajustarse a una vida hogareña y una laboral sin desajustarse en ninguna de las dos. Siempre recta. Correcta. Directa. Términos perfectos para la señora White. −Conoces a la señora Rachel.– pregunte sin r
Después de semejante jugada todos nos amontonamos en una sola masa para la foto de recuerdo. ¿Mamá salió en ellas? Sí, y no solo en una sino en algunas. Chris, bueno, él era demasiado fotogénico en todas ellas salía muy bien y aunque se miraba despeinado no se le quitaba esa guapeza que siempre se cargaba. Era bellísimo, tal como lo decía ese meme. En la noche ...... −¡Salud chicos!– Romina, alza el vaso y todos responden en una perfecta sincronización. −Vamos que suene la música. – Empezó a decir Masao, en un tono un tanto ebrio −. Ten, este es para ti primo y, este para él alemán. ¡Salud! Ignoraba el contenido de aquel vaso, pero por sus expresiones que eran un tanto chistosas y más la del alemán, sabía que se trataba de un trago sumamente fuerte. No uno americano sino uno coreano. Uno que no quería probar. −¿Qué es esto? – Preguntó el alemán, casi con un toque de carraspeo −. Mi garganta, siento que se disuelve<
Narra Emma... Después de la gran bienvenida y bautizo por así decirlo, todos regresamos a la normalidad.Mi hermana como siempre salió en el primer vuelo junto con su esposo, mi hermano que ahora tenía un postizo como ceja también volvió sin antes hacer media guerra con mi hermana. Por mi parte, por mi maravillosa parte… Llego ese día en que toda mujer mira las cosas de diferente forma. Sí, esa misma que molesta por todo y si se decidía podía terminar con la paz mundial. −Emma voy al trabajo, nos vemos en la noche. – anunció Chris, como siempre tan guapo. −Cuídate. Al momento que escuche la puerta cerrase me levante. No quería que Chris, me viera de este modo; el modo de rabieta que me daba, el modo de encierro total. La única que ha podido soportarme es Jhoana. La puerta suena. Perfecto… ¿quién será la primera víctima de mi grandioso humor? ¿A quién debía colgar esta vez? − ¡¿Quién es?! –
Al día siguiente, Jhoana, me lleva a Canadá sin que aliste mi maleta, a duras penas logro tomar mi visa y salir con la ropa que estaba puesta. Mentiría si dijera que no siento una pesadez en el cuerpo, pero no podía dejar que Jhoana, fuera sola. Debo saber quién es Víctor.−¿Seguro que quieres que me adelante? – volví a preguntar para estar segura.−Ve tranquila, yo iré en la noche – confirmó Chris −. Tengo que terminar unos documentos.−Bien, cuídate.Me sorprende que me deje ir a otro país sin que él estuviese a lado mío. Al salir se despide con un beso y me desea surte.−¿Por qué Chris esta tan feliz?− preguntó Jhoana, mientras me miraba de pies a cabeza. Como si la respuesta se encontrada escrita en mi cara.−Porque quiere estarlo – respond&iac
Después de todo el viaje a un no puedo olvidar lo que vi. Suena mi teléfono, es la notificación de que Emma, está en el aeropuerto, la busco hasta que la encuentro sentada en la sala de espera.−¿Qué haces aquí? – preguntó.−Hola Chris, hasta que por fin llegas.−¿Te hizo algo Jhoana?−No exactamente ella. Su nueva suegra paso todo el día midiendo mi cuerpo, experimentando peinados. Estoy completamente cansada, aparte la casa es muy bulliciosa.−Entonces tendré que desaparecerla – lanzó un comentario para sacarle una sonrisa y tengo éxito.−No es necesario.Esa sonrisa me trae a la mente las imágenes del primer vídeo. ¿Debería preguntarle? No, si lo hago tal vez se ponga triste.−Vamos, Jhoana, nos alojara en la casa de sus padres. Debe estar bus
Toda la fiesta fue un éxito, hubiera sido mejor si el no novio no fuese ese tal Víctor. Después de esa conversación me encontré con Chris, también lo estaba siguiendo, solo que él lo escucho desde la sala y cuando lancé la cuchara no tuvo más opción que salir por la ventana directo a la fiesta de mujeres. Por poco lo confunden con un bailarín, jamás me imaginé verlo rodeado de muchas chicas. Cuando terminé la llamada, tuve que quitarlas de encima explicando que no es del grupo de policías bailarines. Supuestamente aquel grupo de disfrazados era un re