Cuando Vincenzo regresó al ático, casi podía asegurar que su esposa lo estaba esperando, no se iba a dormir con la duda y aunque ya era bastante tarde, se merecía saber por lo menos que ya no había ningún peligro que temer, ella iba a tener más calma sabiendo que no había nada que pudiera poner en peligro su vida y la de su bebé. Pero al entrar, se dio cuenta de que ella estaba profundamente dormida y que en el sillón estaba dormido su sobrino Kell.No iba a despertarla, pero movió a su sobrino, para que fuera a dormir a la habitación que le había asignado, él se encargaría en esos momentos de velar el sueño de su amada esposa, ya en unas horas le contaría con lujo de detalles todo lo que había sucedido con esas mujeres y estaba seguro de que ella se iba a alegrar de saber que seguían con vida y que todo había salido bien.— Hola dormilona, buenos días. Cuando llegué no quise despertarte, estabas plácidamente dormida.Le dijo Vincenzo a Kaia al salir del cuarto de baño, y estaba a pu
Temprano a la mañana siguiente Vincenzo decidió que ese era un buen día para ir a ver la casa de los dos, habían desayunado con Kell en el ático y este ya se había ido a la mansión Leonardi, también lo hacía Vincenzo para estar más despejados y poder eliminar las evidencias. Ya no quería que quedara ningún indicio de lo sucedido con ellas, quería cerrar para siempre ese capítulo dando un carpetazo.— Aquí están las fotos que les tomaron a esas mujeres. Como puedes darte cuenta, hicieron un excelente trabajo, muy profesional. No parece que no sean reales.Vincenzo le entregó el sobre con alguna de las fotografías, las menos comprometedoras, pero que aun así dejaban muy poco a la imaginación. Nadie podía dudar de la veracidad de lo que ahí se mostraba. Se había sacado un diez con esas fotografías.— Esto es espectacular, si no me has dicho desde un comienzo que es todo escenificado, te podría asegurar que sí pudo haber pasado. Ahora entiendo por qué las cosas resultaron bien, ellas segu
Cuando los videos se empezaron a reproducir, en un comienzo, Kaia había visto a un par de mujeres al borde de la histeria y no era para menos, ellas se creían víctimas de tratantes de blancas y sus destinos habían sido inciertos por esos momentos de tanta imaginación.— En verdad estuvieron muy asustadas, de solo imaginarse a donde las hubieran podido mandar se me eriza la piel. Esos casos ocurren en muchos países, y nunca se sabe el destino de muchas de esas mujeres.La situación que ellas vivieron, aunque fuera de forma de ficción, era la triste realidad a la que se enfrentan mujeres de muchos países y por eso era de esperarse que ellas creyeran que en verdad habían sido tomadas por esas malas personas.— No quiero que te angusties, afortunadamente no cayeron en manos de nadie, sé que muchas veces las peores cosas ocurren en nuestras mentes y eso fue lo que les pasó a ellas. Esa ha sido la peor de las partes, lo de los castigos es solo una milésima parte de lo que les pudo haber pas
Ahora solo faltaría poner a su esposa al tanto de lo que había sucedido con el contenido de los suplementos, a Vincenzo le parecía que ya estaba lo suficientemente estable para que pudiera saber la verdad sin que alterara de más. A él no le gustaba esconder nada a ella, pero lo había hecho por protegerla en esos días en que su estado de salud estaba muy delicado y no quiso exponerla a que le ocurriera nada, ni a ella, ni a su bebé.Kaia ya lo iba conociendo bastante bien y ese silencio que se había manifestado entre los dos, debía tener un motivo, pero sabía que su esposo no le iba a ocultar nada, su matrimonio se basaba y no guardarse nada para el otro, siempre debían mantener la comunicación, esa era la clave y lo más importante para que siempre hubiera confianza en la pareja.— Sé que tienes algo más que decirme, no creas que ese beso iba a hacer que me olvidara de tu angustia, aunque fue momentánea, me ha hecho sentir que hay algo mucho más turbio que esto. Así que ya, lo que teng
El enojo de Kaia era palpable, abría y cerraba las manos de la rabia, ella sabía que eso le hacía daño al bebé, pero no lo podía evitar, respetaba a todos mientras no se metieran en su vida y en la de los que más quería y esa mujer se había atrevido a tocar a su bebé. Eso no lo pensaba pasar por alto de ninguna manera. Ella podía tolerar que la ofendieran a ella, pero nadie debe meterse con su hijo.— Estoy muy enojada con esa mujer, que si la tuviera delante de mí en estos momentos, le daría su merecido. No entiendo qué le hemos hecho, mi bebé y yo. Ella también va a ser madre y no sé cómo pudo ser capaz de llegar tan lejos.— Tú no le has hecho nada a nadie y no te vas a pelear con ella, tienes que pensar en el bienestar de nuestro bebé, debemos protegerlo a toda costa. Él debe ser lo más importante para ambos y en verdad no lo podemos arriesgar por alguien que no vale la pena.— No voy a responder si alguna vez la tengo al frente, es algo que no te voy a prometer. Esa mujer atentó
Tanto Hermes como Chantal, llevaban todas las de perder, no habría poder humano que los salvara de recibir el peor de los castigos, habían atentado en contra de dos seres inocentes siendo ese un acto de lo más despreciable, pues el pequeño de Kaia aún no llegaba a este mundo y estuvo a punto de no hacerlo por culpa de esas mentes enfermas. Ahora no iban a tener a nadie que los protegiera, cuando se supiera la verdad serían señalados como las personas más detestables del mundo. Nadie que atenta contra la vida de un inocente puede tener algún tipo de perdón.— Ellos no se van a salir con la suya, Vincenzo, estoy calmada, pero eso no me va a quitar de la cabeza que deben pagar por lo que estuvieron a punto de hacer. Es inaudito que ellos hayan hecho ese daño y caminaran por el mundo como si nada.Kaia tenía razón, personas como esas no merecen andar por la vida como si no tuvieran ninguna culpa o no hubieran hecho mal, debían pagar la lección y de un modo peor que el de Dasha y Regina,
A Vincenzo le dolió el corazón todos esos días que su esposa estuvo en reposo y todavía le dolía al saber lo expuesta que había estado en las manos de Chantal, no iba a poder confiar en nadie más, por eso siempre mantenía su rostro frío y su cuerpo mantenía un aura oscura que no permitía que nadie se le acercara con otras intenciones. Nunca debía bajar la guardia, pero no se esperó ese ataque por la espalda.— Ahora tú eres el que está pensando demasiado, vayamos a la sala de cine y sigamos viendo esa película que nunca hemos terminado. Debemos despejar un poco la mente y pensar en otra cosa.Kaia le proponía a su esposo que se ocuparan de otra cosa, no quería que él se envenenara de odio y terminara por querer hacer justicia por su propia mano contra esos dos.— No la hemos terminado porque cierta señorita no aguanta ni cinco minutos cuando ya se ha dormido. Siendo sincero, no me gusta ver las películas si quien me acompaña no las ve conmigo.— Esta vez te prometo que estoy completam
A la mañana siguiente los dos estaban listos y los esperaba el chofer para llevarlos a la consulta con la obstetra, estaban ansiosos, pero al mismo tiempo, muy optimistas de lo que les iba a decir la doctora, sus pensamientos siempre eran positivos, pues ahora más que nunca tenían que decretar que de ahí saldrían con excelentes noticias, sabiendo que su bebé estaba bien, muy sano y fuera de peligro. Eso era lo que más deseaban ambos.— Buenas tardes.— Buenas tardes, señores Leonardi, esperen un momento en que la doctora termine con una paciente. Tomen asiento, por favor ¿Gustan algo de tomar?–Así estamos bien, muchas gracias.Los dos se sentaron y a su alrededor había mujeres en diferentes etapas del embarazo, a Kaia ya se le empezaba a notar un poco más su pequeño bulto en el vientre y estaba dichosa de poderlo mostrar al mundo. Luego de unos minutos la asistente los hace pasar al consultorio. Era lo bueno de su doctora, siempre era muy puntual con todos sus pacientes y si les tocó