Los días fueron pasando y llegó el momento de que regresara el sobrino de Vincenzo a la mansión. Kell estaba regresando de unas vacaciones bastante largas. Tanto así que se había perdido la boda de su tío.Kaia se había mantenido en la mansión, ya que su esposo le había pedido que esperan a que llegara su sobrino, por lo menos su madre no iba a sentir mucho la partida de los dos.–Muy bien, lo voy a hacer porque mi suegra me ha tratado muy bien, pero no quiero que tengamos más atrasos.–No vamos a demorarnos mucho tiempo aquí, ya he hablado con mi padre y siente que en la situación en la que están las cosas, no tenemos ningún problema.Bajaron al comedor y Vincenzo parecía que la vida lo había cambiado, hasta había dejado de usar ese producto que mantenía su cabello todo liso hacia atrás.–Buenos días.–Buenos días.Todos estaban pendiente de la llegada de Kell, en cuanto Aitana escuchó que un auto se detenía afuera de la mansión, se levantó de su silla.–Mi hijo ha llegado.Aitana sa
Aitana estaba disfrutando todo en primera fila, como su sobrino se estaba revelando en contra de su tío, no le había gustado que mantuviera a Kaia en la mansión estando en edad de estudiar.–Y escuchaste a mi esposa, Enzo, solo ella puede tomar esa decisión.–Te conozco y sé que tú has podido influenciarla en que tome esa decisión.Todos en la mesa estaban en shock. Miraban entre Vincenzo y el pequeño granuja, cómo se atrevía a hablarle así a su mayor.Se notaba que Enzo estaba de parte de Kaia, aunque ella ya había dado su opinión al respecto. Ella se iba a esperar hasta no saber que estaba embarazada.–Te recuerdo que yo tengo voz propia, y nadie me va a obligar a hacer lo que yo no quiera.–Pero…–Pero nada – Exclamó Kaia por la actitud de su amigo.Después de haber dicho eso, los recién casados se miraron, ella le estaba dando su apoyo a su esposo, si ella hubiera dicho que quería estudiar, entonces después lo iban a discutir.Los demás no se iban a enterar a qué conclusiones lleg
Como parte de la bienvenida hacia los chicos, Vincenzo decidió quedarse ese día en la mansión, por lo que se encontraba en el despacho trabajando al igual que su hermano Keelan.Kaia como todos los días, para evitar cualquier enfrentamiento con Aitana, se encontraba en la biblioteca y ahí la encontró Enzo, tenía que pedirle perdón por la imprudencia en el desayuno. No había sido su intención que el desayuno fuera tan tenso.– ¿Puedo pasar? – Enzo estaba un poco tímido.Creía que su amiga no iba a querer hablar con él después de lo sucedido en el desayuno. Había sido muy insistente.–Desde luego es la biblioteca de tus abuelos.–En realidad no son mis abuelos, les llamo así porque conozco a Kell desde pequeños.–Bueno, ellos te tratan como si tú fueras su nieto, no me interesa si no los une la sangre – Enfatizó Kaia.Ella le estaba diciendo eso por si en verdad él tenía algún sentimiento hacia ella. No quería ningún malentendido desde ahora. Era una mujer casada y nunca había sentido n
Muy pronto llegó el fin de semana y estaban todos reunidos en el patio trasero, las cosas entre Vincenzo y su sobrino Enzo, estaban bien. Enzo había aceptado que no tenía cabida en el corazón de Kaia. Aunque ese sentimiento que él sentía no iba a ser fácil de borrar.–Me alegra que los chicos se lleven tan bien.El día lo habían pasado en la piscina, sacaron una pelota y jugaron hasta el atardecer, ya cansados regresaron a donde estaban los demás, la cara de Kia estaba sonrojada, a Vincenzo le encantaba verla así, lástima que no todos podían ver la hermosa belleza que tenían ante sus ojos. Esperaba que siempre lo tuviera reservado para él.–Me encanta estar de regreso en la mansión, Kaia es tan divertida – Dijo Kell, para el disgusto de su madre.–Ella siempre ha sido divertida.– Tío, Enzo y yo vamos a una reunión a casa de unos amigos, queremos que la tía Kaia vaya con nosotros – Dijo Kell nervioso esperando la respuesta de su tío.– ¿Y por qué me lo dicen a mí? Ella es la que tiene
Los chicos habían llegado a la casa donde se llevaba a cabo la reunión. Pero primero habían pasado por Fabrizio, era alguien que no podía faltar. A Kaia le encantaba estar con su amigo. Además, tenía mucho que contarle. Pasaron un buen rato en su mesa, hablando y divirtiéndose.–Están esas chicas de allá viendo hacia nosotros, creo que ha llegado la hora de ir a conquistar.–No se preocupen por mí, en un momento los alcanzo.Kaia se había prometido que hasta no estar bien segura de no estar embarazada, no iba a tomar nada de alcohol. Y no había tomado nada desde que llegaron.– ¿Te ofrezco algo de tomar? Veo que no estás tomando nada.Un hombre alto, con una apariencia muy sofisticada, cabello negro y su cara libre de cualquier barba o bigote, que lo hacía lucir mucho más joven que los años que ella le detectaba.–Muchas gracias, señor, pero ya tengo una bebida.Ella le enseñó el vaso al sujeto, no iba a aceptar ninguna otra bebida que no fuera la que tenía en sus manos. No había pasa
Durmieron abrazados, Vincenzo y Kaia acordaron que se debían esperar hasta no saber la noticia, él no quería dañarlos, pensaba que podría ser muy brusco y lastimarlos a los dos.Al despertar, ella fue a ver su calendario y se dio cuenta que su periodo se había retrasado y no se había dado cuenta, eso aumentaba más la posibilidad de que estuviera embarazada. No le quiso decir nada a su esposo para no crear falsas esperanzas, pero ella siempre era puntual. Pero solo estaba retrasado por un par de días.–Iremos a la clínica del conglomerado. No vamos a desayunar aquí, lo haremos cuando te tomen la muestra de sangre.Vincenzo quería invitarla a un desayuno de celebración cuando les dijeran que sí, que serían padres.–Claro que sí, no hay problema, pues me tienen que hacer las pruebas en ayunas.Ambos entraron al baño a asearse y cada uno se metió en la ducha que le correspondía, era lo bueno de tener un cuarto de baño tan grande. Kaia estaba un poco nerviosa, no sabía cómo tomar este pron
La doctora regresó y le entregó a Vincenzo una receta con las indicaciones para que se surtieran los suplementos prenatales. Unas anotaciones como prevención y la cita para la próxima consulta.–Los veré en unas tres semanas para empezar a llevar el control del embarazo.No había forma de describir sus emociones en esos momentos, era una parte de ellos que estaba empezando a crecer en el vientre de Kaia. Con el corazón latiéndole con fuerza, Kaia pensó con ardor que le iban a dar la bienvenida a un nuevo ser. A una pequeña parte de ellos dos.Vincenzo llevó su mano al vientre aún plano de su mujer, a pesar de que no había cambios externos, sabía que ahí estaba su hijo o hija. Ahora no se iba a querer separar de su esposa, debía tener mucho cuidado de que algo le pasara. Era su responsabilidad mantenerlos con bien.–Vamos, iremos a la oficina, se me ha ocurrido una idea.Estaban caminando sobre nubes de algodón, la felicidad se les notaba en sus ojos y es sus sonrisas. A pesar de que n
Subieron al ascensor y Vincenzo oprimió el último botón y sacó una llave de su bolsillo, en cuanto llegaron, ingresó la llave a una puerta que daba directo al ático. Estaba decorado con tonos claros, se veía muy sobrio, pero a la vez era muy elegante. Un lugar solo para descansar.— ¿Por qué no me habías dicho antes de este lugar? Es espectacular – Dijo Kaia en cuanto le enseñó el sitio.—No habíamos estado antes en una situación como la de ahora.Su esposa y su hijo eran ahora una prioridad absoluta, no se iba a fiar de nadie.—Pero nos hubiéramos venido cuando comenzaron los problemas con tu cuñada.—Ni siquiera eso había pasado por mi mente. No creí que Aitana siguiera molestándote.—Pues ya vez que es como si no le hubiera dolido todo lo que le hice.—Ahora menos que nunca puedes hacer algo como eso, si ella te llega a tocar, no quiero ni imaginar que le puedo llegar a hacer.—Así come me dijiste hace poco, no hay que prestarle atención, además ya no la voy a ver tan seguido.Dich