Vincenzo regresó al ático, llegaba con una sensación de desolación en el pecho, pues se daba cuenta de que esa verdad le había hecho daño a su abuelo, aunque era una noticia muy alentadora para su caso, lo que había descubierto a través de Alessandro lo había dejado un poco abrumado.Su abuelo lo había pasado muy mal, se había vuelto a enamorar, pero las cosas no le salieron como él pensaba que saldrían. La mujer de la que se enamoró tomó una decisión que solo debían tomar los dos. Y desafortunadamente el que más había salido perjudicado fue Alessio. — Buenas noches, mi amor, ya tengo lista la cena, solo nos hace falta colocar la mesa. — Kaia se acercó y le dio un beso de bienvenida.Él seguía pensando en todo por lo que había pasado su abuelo, no creía poder soportar, estar separado tanto tiempo de la mujer que amaba, en su caso hubiera movido cielo y tierra hasta encontrarla. Pero sabía que si el abuelo en esa época se hubiese enterado del embarazo de Aurora, no hubiera tenido desc
Vincenzo le había mandado la información a Alessandro y este lo leyó de inmediato. Quería estar empapado de todo lo que le pudieran contar sobre Aurora y su hijo. Él estaba muy intrigado por todo lo que estaba pasando y pensar que él solo buscaba la información, sobre el padre de la hija de Martina y se vino a topar con todo esto, parecía increíble, que esto le estuviera pasando a él, era para no creerse.Ellos estaban dispuestos al diálogo y Alessandro iba a ir con la bandera de la paz, ellos no iban en busca de problemas con nadie, sino todo lo contrario, querían que las cosas, se dieran de buena manera para todos. Ya no eran momentos de reclamos y peleas, tenían que aprovechar lo que la vida les tendría preparado para el futuro. Era momento de mirar hacia adelante y dejar todo lo pasado atrás. Después de todo, era algo contra lo que nadie podía remediar ya nada.A la mañana siguiente Alessandro ya tenía todo listo y esperaba a su nieto con muchas ansías, a él se le hacía eterno el
Mucho mejor para ellos, ahora no se iban a demorar tanto en llegar a Fiesole, aunque Alessandro estaba dispuesto a quedarse en Florencia hasta arreglar un asunto que lo tuvo toda la noche despierto, y quería hablarlo con su hijo, él quería darle su apellido. Él quería tener una relación con su hijo y aunque no sabía cómo iba a reaccionar, nunca era tarde para poder estrechar un vínculo familiar y siendo ellos padre e hijo había altas posibilidades que eso se lograra.Sabía que eso iba a representar un dilema para todos, Alessandro le quería dar todo a su hijo, no importaba cuantos años habían pasado, por derecho propio le pertenecía lo que era de su padre. Además, él quería que se supiera ante todos que Alessio era su hijo, quería reconocerlo debidamente y que poco a poco ellos se fueran conociendo como padre e hijo que eran. Él no quería irse de este mundo sin al menos haber pasado un tiempo de calidad compartiendo y conociendo a su hijo.— Muy bien, Renato, eso está perfecto, llévan
Aurora se acordaba muy bien de una escena que fue la que la llevó a tomar definitivamente la decisión de no acercarse nunca más a Alessandro. Y aunque habían pasado muchas cosas en el pasado, lo cierto era, que ahora que lo tenía frente a ella, no podía negar que le provocaba mucho gusto el volver a verlo. Aunque Alessio le había pedido conocerlo cuando tenía siete años. Eso había sido muy normal en su hijo, pues todo niño, desde pequeño, siempre tiene la intención de conocer a su padre o a su madre según sea el caso.— Recuerdo que una vez había regresado a Florencia con Alessio en unas vacaciones, aun sabiendo que te podía encontrar. Mis padres me habían dicho que venías regularmente y preguntabas por mí. No te puedo negar que todo este tiempo, yo también tuve muchas ganas de saber de ti. Y en aquel tiempo, traté de encontrarte varias veces y no lo conseguí, la suerte no estaba de nuestro lado y no hacía que nos encontráramos cuando tú llegabas a venir a Florencia.Aurora varias ve
A llegar a Roma, Vincenzo le llamó a Kaia, para avisarle que ya iba en camino al ático, habían quedado en ir a cenar a uno de los restaurantes favoritos de su esposa, pero ella le tenía una sorpresa de la que él no tenía idea, era algo que a él iba a gustarle mucho.— Hola preciosa, espero que estés lista, yo solo llego a darme una ducha y a cambiarme. Me moría de ganas de verte. Te he extrañado mucho, parece que hace días que no te veo.Vincenzo decía la verdad, había extrañado muchísimo a su esposa y ahora que la tenía de nuevo con él, se sentía como si de nuevo le hubieran recargado un aliento de vida. Por eso no pudo y no quiso quedarse en Florencia con el abuelo, porque no podría dormir, ni un solo día sin estar con su esposa.— Hola, amor, por eso no te preocupes, puedes llegar con toda la calma, hoy ha venido mi mamá y hemos preparado una cena deliciosa, además debes llegar cansado. Podemos dejarlo para mañana u otro día. Yo sabía que lo más lógico era que llegaras a descansar.
Pasaron tres días y el abuelo regresó a Roma, tenía que hablar con sus hijos, aunque ellos ya habían recibido la información de manos de Alessandro, estaban preparados para conocer a su hermano. Solo que antes de eso, él debía hacerle unas aclaraciones y hablarles de la decisión que había tomado. No quería que después, el no hablarles claro desde un principio, diera motivos a que hubiera malos entendidos. Quería que ellos supieran las cosas de su viva voz.Maximus y Mauro llegaron puntuales a la casa de Alessandro, el llamado de su padre no había sido apresurado, ellos habían pensado que les iba a decir que fueran a Florencia y más bien, él era el que ahora se estaba presentando aquí frente a ellos, ambos sabían que si los había convocado era porque se trataba de algo muy importante con respecto al hermano aparecido.— Hijos los he citado el día de hoy, porque he tomado la decisión de irme a vivir con Aurora a Florencia. Todo lo que tengo pasará a manos de Alessio, yo no quiero seguir
Han pasado seis días desde que se tomaron las muestras para la prueba de paternidad, Vincenzo y Kaia han llevado sus vidas de lo más normal. Han hecho todos sus pendientes y han pasado momentos especiales juntos. Han tenido asuntos muy importantes que atender, pues debido a que después que les entreguen los resultados, ellos partirán de regreso a Santorini donde van a establecer su hogar.Ellos quieren disfrutar todo lo más que se pueda de su vida en pareja, pues ya que nazca su hija, nada podrá ser igual. Están conscientes que una vez que sean padres su vida cambiará radicalmente, pero con todo y eso es lo que más quieren ambos que llegue el momento para conocer a su hermosa hija.Todo estaba listo, Alessio y Aurora habían llegado el día anterior y se habían instalado en la casa de Alessandro. Se habían hecho las presentaciones y Maximus y Mauro ya conocían a su otro hermano, la familia estaba feliz porque llegaron los otros miembros que faltaban por conocerlos. Todo estaba bien y e
— Ni siquiera hemos llegado tarde, solo han sido quince minutos, no seas exagerado, ¿Puedes detenerme un momento a la niña? Creo que se me ha pegado algo en el zapato.Martina se quería valer a esas alturas, de cualquier pretexto, pues ya podía notar en la cara de Vincenzo, que las cosas a lo mejor, pudieran no salirle del modo en que ella esperaba, la expresión en la cara de él, se veía muy relajada, como si escondiera un secreto o una sorpresa, que no iba a ser grata para ella.— Muy bien. — Sabía las intenciones de Martina y no se negó. No se iba a exhibir ante los presentes, haciéndole un desplante a la niña.Vincenzo tomó a Donatella en brazos, la niña le sonrió como si lo conociera o se acordara de él, Martina veía la interacción de la niña con Vincenzo y se alegró, como si le hubiera dicho a su hija, que actuara de esa forma. Ella quería a como diera lugar, que se diera un vínculo entre ellos, pues eso era crucial, para que se llevaran bien a cabo los planes que tenía en mente.