Vincenzo llegó al conglomerado de muy buen ánimo, lo que había sugerido Martina, ahora lo tenía más convencido de que la niña no era suya. No había manera de que esos resultados fueran alterados, su personal era de suma confianza. Había sido, por ese motivo, que él se ocupó de elegir el lugar en el que se realizaría la prueba, no iba a dejar que esa mujer se saliera con la suya, comprando los resultados a su conveniencia.Ella podía hacer el intento por sobornar a cualquiera, pero no lo iba a lograr. La clínica del conglomerado era un lugar seguro, nadie se iba a vender por ninguna cantidad de dinero o chantajes que quisiera hacer con ellos esa mujer.— ¿Cómo fue todo, mi amor? Aunque estaba tranquila esperándote, no puedo negar que me sentía un poco preocupada por ti.— Muy bien, aunque Martina llegó tarde y con unas indicaciones de su abogado, pretendía no hacer la prueba en la clínica. Seguramente ella quería salirse con la suya, de comprar los resultados de la prueba a su convenie
Con esa información en las manos, no había necesidad de esperar a que salieran los resultados de la prueba de paternidad, si Vincenzo se movía con rapidez, podría tirarle el teatro a esa mujer. Martina no se había medido, al llegar tan lejos con toda esta situación, de inventar eso de que su hija, era supuestamente hija de Vincenzo.Tenía que hacer las cosas a su debido tiempo, para que todo lo que esa mujer había planeado cayera por su propio peso. Era una cuestión de tiempo y de que la mujer, se diera cuenta, que todo cuanto había hecho, había sido en vano, pues con la inteligencia y con los recursos que tenía Vincenzo, no tenía manera de ganar.— Por tu cara de felicidad me puedo dar cuenta que esa información era la que estabas esperando. Apenas si puedo creer, que tus sospechas hayan sido ciertas, en lo que pensabas, que todo fue manipulado por esa mujer.— Desde luego que sí amor, y déjame decirte que estabas en lo cierto, pero hay otra cosa más. Es increíble, como bien lo menci
El día pasó más rápido de que se hubieran imaginado, ya habían arreglado todo para quedarse de nuevo en el ático, ambos así lo deseaban y lo habían acordado. Lo bueno era que no se iban a tener que volver a encontrar a Martina. Ese capítulo con ella ya debía quedar cerrado a la brevedad. Solo la vería el día de la entrega de resultados y eso sería todo, con la prueba ella quedaría convencida que su hija no era hija de Vincenzo.— Las cosas se han sentido tan tensas estos dos días que me había estresado demasiado. No quería que nuestro regreso se tornara tan turbio. No quería causarte ninguna molestia. Créeme mi amor que lo que menos deseo en esta vida, es causarte molestia o algún tipo de daño.— Pero afortunadamente todo está encontrando su rumbo, ha sido muy ruin de parte de esa mujer usar de esa manera a su pequeña hija. Creo que debería actuar antes. Lo siento mucho por esa pobre pequeña, que tiene ese tipo de persona como madre, sinceramente, no merece que la estén usando para co
Martina se encontraba muy preocupada por la salud de la niña, en verdad no hubiera querido que se enfermara, estaba segura de que en esa clínica había agarrado ese virus y ahora su niña estaba muy inquieta y lloraba por todo. Por ese motivo, ella hubiera deseado llevarla a hacer la prueba a otro lugar, pero no pudo hacer nada, ante la negativa de Vincenzo, por eso ahora, él debía ayudarle a solucionar la situación.No lo pensó más y se acercó a la recepción del conglomerado. Ya era bastante tarde y de seguro ya estaban saliendo los trabajadores. Ella esperaba, que al ser Vincenzo, el más alto mando de la empresa, aún se encontrara ahí, realmente estaba desesperada y necesitaba mucho de su ayuda.— ¿En qué puedo ayudarla señorita? Dígame ¿Qué puedo hacer por usted?Una empleada de la empresa, le preguntó amablemente.— ¿Estoy buscando al señor Vincenzo Leonardi? Es urgente, por favor, necesito verlo ahora mismo. El asunto por el cual lo necesito, es de índole personal, le pido de favor
Ahora el que se encontraba en un apuro, ciertamente era Alonzo, esa mujer había llegado con una intensión, aunque el señor no se encontraba, él como su asistente tenía que atender a Martina, esperaba que los que habían escuchado sus palabras no comenzaran las habladurías.Era algo muy común en esos casos, la gente siempre malentendía las cosas y luego comenzaban las especulaciones y Alonzo no quería que su jefe pasara más penalidades por culpa de esta mujer.— Pase conmigo a la siguiente sala, señorita, por favor, tengo que llamar al pediatra, para que nos pueda atender. Trataré que lo haga en el menor tiempo posible, para que su hija se sienta mejor.Alonzo se iba a esforzar a que la hija de Martina pronto recibiera la atención que necesitaba. Entre más rápido se pudiera arreglar esa situación, mejor sería para todos.— Prefería que llamaras al padre de la niña, es el que tiene que estar al tanto de lo que le está sucediendo. Yo agradezco que quieras ayudarnos, pero el que debe ocupa
A llegar a la consulta, la asistente, del doctor Tribbiani los hizo pasar, Alonzo estaba pensando que el hecho de que esa mujer no haya llevado a la niña desde que la había notado mal era una negligencia de parte de la madre de la pequeña. Era de no creerse lo que había hecho Martina, su hija no estaría en tan delicada condición de salud, si ella se hubiera preocupado por atenderla antes, pero claro, ella estaba más preocupada, en querer chantajear a Vincenzo.En esos casos, cuando hay fiebre, primero hay que bajarle la temperatura y llevarla al doctor. Es bien sabido, para que una persona que se encuentre con fiebre, es necesario bajarla cuanto antes o puede haber consecuencias y más tratándose de una pequeña niña. Martina era sin dudarlo una mala madre.— Buenas tardes, Alonzo. Adelante, pasen por favor. Bienvenidos.El doctor los saludó cordialmente y los invitó a pasar a su consultorio, claramente lo primero que pudo observar a simple vista, era que la pequeña que iba a consulta i
No había nada de que preocuparse, a la niña se le había empezado a bajar la temperatura en cuanto le administraron el antitérmico. El doctor Tribbiani había recomendado tener unos minutos a la niña en el consultorio para ver el avance y así poder darle un último chequeo. Él quería ser muy meticuloso y asegurarse que cuando la niña dejara el consultorio, lo hiciera ya en mejores condiciones que en las que había llegado y se notara cierta mejoría en su estado de salud.— Por el momento eso sería todo, Alonzo, y señora Caetani, si persisten las molestias, podría traer a la niña de nuevo, no hay necesidad de hacer una cita, estoy a sus órdenes. Siga el tratamiento sin dejar pasar un solo día y en cuanto se termine el tiempo del tratamiento, la trae de nuevo, para asegurarnos que ya todo esté bien con ella y que haya recuperado totalmente su salud.— Muchas gracias, doctor, agradezco que nos haya atendido, estaré muy atento a que se lleve el tratamiento al pie de la letra. Cualquier cosa o
Vincenzo había dejado a Kaia en la sala en lo que fue a hacerle la llamada a Alonzo, no iba a molestar a su esposa con esos asuntos. Su esposa ya bastantes problemas había tenido con la aparición primero de Fiorella y ahora de Martina, ella ya no estaba para estar teniendo disgustos, pues cada día estaba más cerca el nacimiento de su pequeña y él no quería, que por ningún motivo su esposa estuviera alterada, por cosas que no debía de estarse preocupando. Y estuvo bien porque estuvo a punto de llamar a Martina por lo que era. Estaba seguro de que antes de que salieran los resultados ella iba a hacer un escándalo o ya no había propiciado.— Alonzo, necesito que estemos preparados, Renato debe darse prisa en encontrar el paradero del padre de la niña, si Martina pretende hacer un circo de esto, nosotros también tendremos como ayudarla. Esto será una gran lección para ella y se le olvidará, por completo, cómo manipular a cualquier persona. Conmigo no se juega y si pretendía que su teatro