Ese tan esperado lunes llegó, tal vez eran los únicos felices en la ciudad con eso, Camila despertaba sintiendo las caricias de Andrew y con muy pocas ganas de salir de esa cama, incluso tuvieron que desayunar ahí porque ella se resistía a moverse.

Una ducha juntos sin preocuparse de la hora, era un día para disfrutar y disfrutarse plenamente en su lugar totalmente privado y alejados de todo para vivir la pasión a flor de piel sin la presión del tiempo, sabiendo que ese era su día y lo vivirían sin interrupciones.

Mientras tanto sus vecinos después de una noche más de pasión despertaban temprano para disfrutar de esos dos días cada segundo.

En un momento Joseph guardó una caja que abrió para revisar por última vez mientras Leticia se arreglaba, eran las joyas perfectas para ese vestido que había llegado el día anterior.

Justo estaba abriendo su gaveta cuando Leticia lo vio sacar una caja doble de condones.

—¡Tantos!

—Te aviso que pediré un ceviche peruano doble que tal vez necesite