Esta vez Joseph entró al salón a buscar a Leticia, las chicas que trabajaban ahí quedaron encantadas con él, mientras ella iba por sus cosas él se acercó a la dueña y le dijo que después le gustaría hablar con ella, pero prefería que fuera a solas y que Leticia no lo supiera, tomó una de las tarjetas del lugar y la guardó, se despidió de todas con una sonrisa, tomó la mano de su novia y salieron del salón, todas se miraron y suspiraron al mismo tiempo y sus comentarios fueron.

—Creo que san Pedro dejó caer un angelito.

—Dios mío por qué no los clonan, así yo quiero uno igualito.

—Yo que ella agarro a ese hombre y lo llevo a la primera iglesia que esté abierta y me caso este mismo día.

Sandy la dueña del local las interrumpió —Ya por favor dejen que esa chica sea feliz de una buena vez, es una buena muchacha muy trabajadora con un corazón enorme hace cosas por las personas que la mayoría ni sabe, si ese hombre es inteligente como espero que sea no la dejará ir y será él quien la lle