II

No quería ir hoy a la escuela, no se porque, pero no quiero ir, ¿Será miedo? No creo, desde de lo que me paso no he vuelto a tenerle miedo a nada, así que no creo que sea por eso, ¿el nuevo? Si puede que sea por el nuevo, uno nunca sabe, ya me imagino cayéndole mal.

Aunque es todavía temprano, porque Verenice no ha venido a buscarme, eso tiene que ser, que es muy temprano todavía, pero no quiero ir, no quiero ver a nadie hoy.

—¡Phoebe Ellie Dietrich! — creo que la invoque — ¡Espero estés lista, nos vamos a la escuela!

La puerta de mi habitación fue azotada haciendo que suene un golpe seco al chocar con la pared.

—Menos mal y serás la futura luna, así pagaras todos los daños que le hagas a mi habitación — ella sonrió nerviosa.

—Será tu hermano el que pague todo — niego — ¡Vamos, levántate! Tenemos que ir a la escuela y conocer al chico nuevo.

Tendré que ir porque esta chica es capaz de llegar tarde con tal de llevarme, así sea a rastras, es mejor ir a las buenas que a las malas.

Me baño, me cambio y salgo con ella de la casa, no sin antes despedirme de mis padres y como siempre un abrazo reconfortado de mi hermano mayor y un buena suerte encontrando tu pareja... Sonaba feo, pero era lo que siempre me decía desde que me transforme.

Al llegar a la escuela, podemos ver a muchas chicas en la puerta del director y ya me imagino el porqué, tiene que ser el...

Mio...

Me sorprendí al escuchar la voz de mi loba en mi mente, y mas diciendo tal cosa, esto no podía estar pasando, ¿No me digas que...?

Sin poder terminar de pensar y definir lo que estaba pasando, siento como la puerta de la dirección es abierta fuertemente y pude verlo. Al ser alto se podía ver mejor que nada y más que las chicas que lo rodeaban todas eran más bajas que el. Sus ojos se pusieron en los míos y pude ver que estos se pusieron totalmente en negro, haciendo que las lobas que están a su alrededor se asusten y se alejen de él... La maldición de los Friedrich.

El se acerco a mi a una rapidez, haciendo que en menos de un segundo estuviera frente mio y que mi mejor amiga se alejara al escuchar el gruñido que salio desde su garganta.

—Así que siempre has estado aquí — el intento acercarse a olerme, pero yo me aleje haciendo que el frunciera el ceño — ¿Me tienes miedo? ¿Es por mis ojos?—. Estos se vuelven normales, mostrando un par de ojos platinados, tan hermosos que atraería a cualquier loba o ser de aquí — me emocione tanto que mis ojos cambiaron por tal emoción al sentir el aroma de mi pareja destinada.

Los gritos de lamentos se comenzaron a escuchar en toda la escuela y allí fue cuando comenzó todo, esas chicas comenzaron a gritar que yo no merecía tal hombre, que el debería rechazame y aceptar a Anthonella, la chica que siempre me molestaba y que no se podía negar, era todo un buen partido.

Lo miro de pie a cabeza y veo lo guapo que es, su cuerpo esta bien entrenado y lo peor es cuando esa gran marca en mi espalda comienza a picar como si quisiera que me diera cuenta que si el la ve se decepcionará de mi, porque pensara lo peor.

Pero como dicen; siempre tiene que hacer una chismosa y sapa en todo.

—Un futuro alfa como tu no merece a una sucia como ella — Anthonella toco su espalda y solo ese acto hizo que algo en mi se molestara y soltara un gruñido — Tranquila, lobita, después de todo esa marca en tu espalda hará que te rechace enseguida y me tome a mi como su futura pareja y luna de la manada.

Mire al chico, pero este no hacía ni decía nada, su mirada solo estaba en mi y su ceño estaba fruncido. Se que el estaba escuchando pero no le prestaba atención y si lo hacía, ahora mismo tiene que estar buscando esa marca que tanto hablan.

—No le veo ninguna marca — por fin quito su mirada en mi y la puso en aquella loba — ¿que marca hablas?

—¡Esta! — sin que pudiera reaccionar ella me volteo dejándome de espaldas y levanto mi camisa.

Me alejo de ella y la miro mal. Como siempre queriéndose meter conmigo. En ese momento no le preste atención al chico frente mio sino a ella.

—Ya me estas hartando, Anthonella — ella soltó una fuerte carcajada.

—Querida, Phoebe, seamos realista pero esa marca te arruinará toda tu vida, porque muchos siempre te criticaran — me acerco a ella gruñiendole y esta se aleja enseguida al ver lo molesta que estoy.

—¡Anthonella, ya basta! — Verenice se interpuso entre las dos y empujó aquella loba — Esto lo hablare con el alfa, en esta manada no está permitido tratar a nadie mal y tu desde que estar aquí solo has sabido fallarle el respeto a la hija del alfa y eso no le gustara.

—Mis padres son los mejores guerreros de la manada, así que el alfa jamás nos echará de aquí.

Tomo la mano de mi amiga y comienzo a negar, ella no puede estar amenazando con el alfa y menos cuando será la futura luna. Se que dirán que tengo un gran empeño de esto, pero es así, ella es la futura luna y tiene que tener un perfil bajo, uno donde comprenda a los demás, bueno de comprender lo hace, pero de cuando se trata de mi, esa mujer desataba toda su ira.

—Vere, no tienes que hacer esto, yo se defenderme — ella me miro molesta.

—¿Y que te expulsen, porque te pelearte de nuevo? — es verdad, si vuelco a pelear me podrían echar de la escuela, así sea la hija del alfa de la manada, me tocaría irme.

—No voy a pelear con ella — la tranquilice.

—Así es, has caso a lo que te dice tu futura luna — la fulmine con la mirada, pero Verenice hizo que mirara hacia otro lado.

—Esto tendremos que hablarle con el director, no podemos permitir que tu sigas molestando a mi mejor amiga — Anthonella bufo.

—Dejen de discutir, chicas — todas volteamos cuando vimos a Bryan, el presidente del consejo y el encargado que la escuela siempre esté bien — Dietrich, te recuerdo que otra firma y estas fuera, ya son muchas peleas — miro a la otra loba — tu igual Anthonella.

—¿Solo a mi me llamas con mi apellido? — el siente sonriendo — como quieras, Howland — suspiro.

—Perdona a estas chicas, Ben, siempre están peleando esas dos — paso su brazo por el hombro del chico nuevo.

Y como hace unos momentos, mi mirada vuelve a estar en la suya y la de el en la mía.

—Veo que al fin encontrarte a tu pareja destinada, ¡enhorabuena! — notaba que el presidente estudiantil conocía al chico nuevo — Bueno chicas les presentaré a este galan — su mirada se posa en mi — aunque ya tiene que olvidarse de él, porque ya desde el primer día, encontró a su pareja destinada, así que miren hacia otro lado y no molesten a mi amigo — levanta las cejas esperando que todas asientan y esta al hacerlo, el sigue con su presentación — Benjamín Friedrich, futuro alfa de la manada BoodMoon, la manada donde pertenezco, si preguntan, tiene dieciocho años y hace dos meses fue su transformación, esta en su último año y bueno ya pueden ver que es muy alto.

—Bryan — una de las chicas lo llaman y este enseguida permite que hable — ¿Qué es del joven Friedrich?

Al nuevo lo llamaban así al ser un alfa y todavía ser un lobo adolescente, y que todavía le falta para tomar el puesto de su padre y decirle joven es una forma de respeto hacia el futuro alfa de la manada vecina.

—Seré su futuro Beta, así que, ¿como no conocerlo? — bufo.

—Qué no sea como tu, o lo aburrire — siento un gruñido y venía del chico que ahora conozco con nombre Benjamín — no quería decir eso, lo siento.

—Espero y la domes, esa chica es una fiera — miro mal a Bryan — ¿Qué? No me mires así, después de todo eres tu su pareja destinada, ha decía yo que tenias que encontrar a tu pareja o tendríamos a una loba furiosa en los pasillos — el se separa del nuevo y se acerca a mi, yo retrocedo al verlo — No te asustes, lobita, después de todo ya llegó tu cura, el puede quitar esa gran marca en tu espalda, así que aprovecha.

Se despidió de nosotros y se llevo de allí a todas esas chicas, incluso a Anthonella, que como la tuviera más tiempo a mi lado, la mataría.

Mi mejor amiga por nada del mundo me dejó sola y ya que yo no hablaba lo hacía ella. Le preguntaba que horarios tenía y por cosas de la vida, estaba en el mismo salón que yo.

Mi día no podía ser peor.

Encontré a mi pareja destinada, pero es como si hubiera encontrado más bien el fin de mi vida... Porque estoy segura que el al ver la marca pensara lo mismo que las demás, bueno, los también, porque hasta los hombres se solían meter conmigo, aunque no todos, pero eso sí, no eran mis amigos, después de todo ellos no quieren juntarse con una loba con cicatriz y una bien grande.

Benjamín Friedrich, por favor no me decepciones tu, solo espera a que te cuente lo que paso y demostrarte que esa marca no es para nada como muchos hablan, sino que es solo una marca por descuido.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo