Milenka KellerUna persona caminaba de manera apresurada hacia la casa que le habían asignado a Nora, tocó la puerta y esta, de inmediato, se abrió, permitiéndole la entrada.–Nora, espero no estar interrumpiendo tu descanso o retrasando tu hora de dormir. Necesito hablarte, por favor. Es algo muy importante y no hubiera venido de no ser así.–Para nada, todavía tengo demasiadas cosas que hacer. Pero cuéntame ¿Qué te trae por aquí? ¿Cuál es tu inquietud?Nora se mostró ansiosa por saber el motivo de esa visita inesperada, algo debía perturbar su mente y sus sentimientos para haberse atrevido a venir a hablarle, pero de cualquier modo se lo agradecía mucho.–He tenido un presentimiento, algo muy profundo en mi corazón. Pienso que Ramsés se está tratando de comunicar conmigo, pero es algo muy raro. Cómo que está presente y a la vez no. Es como si algo no lo dejara contactar conmigo del todo y es confuso.–No dudes que él esté haciendo todo eso, acuérdate que está luchando constantemente
Ramsés KellerDespués que habían regresado de la caminata, a Mildred se le hizo raro que Ramsés no pronunciara ni una palabra más, pero durante lo que restó de la noche, se mantuvo tranquilo, su respiración era acompasada, no como la de las noches anteriores. Cerró los ojos y esperaba tener un sueño reparador. Ella pese a que se sentía frustrada por no dormir con él en la misma cama y porque no lograba hacerlo, no le quedó más que quedarse dormida.A la mañana siguiente, Ramsés se volvió a comportar de manera normal, hacía cada una de las cosas que le sugería Mildred, al parecer todo había vuelto a su estado normal. –Veo que has podido dormir bien, mi amor y eso me alegra mucho que estés descansando bien. Me preocupaba que no pudieras conciliar el sueño.–Así es, preciosa, dormí muy bien y todo gracias a ti, me acompañaste en ese momento de inquietud. Eres la mujer más buena que existe, Mi amor.–Me alegra saberlo, mi amor que fui de ayuda para tu malestar. Quiero que vayamos con M
Milenka KellerEn Silver Claw, las cosas marchaban de la mejor manera, empezaron a llegar los demás discípulos a la manada. Siempre se daba como clase de campamento, iban llegando y eran acomodados en las diferentes familias que los hospedarían, algunos lo llamaban como si fuera un internado. Pero siempre se daba en vacaciones, cuando terminaban la temporada regresaban a sus manadas.Pero no dejaba de ser algo divertido para los chicos, pues estaban haciendo lo que más les gustaba, no venían obligados, todos sabían que todo era para su propio beneficio. Eran los mejores de cada manada y ni siquiera venían a competir, solo daban lo mejor de ellos. –Este año han llegado más de lo habitual, pero eso me gusta, las nuevas generaciones están más despiertas y más abiertas a aprender todo lo que se les fuera inculcando.Ragnar estaba viendo cómo iban llegando los nuevos integrantes, al parecer tendrían un grupo bien nutrido y variado. Le gustaba ver llegar a muchos integrantes a la manada, e
Ramsés KellerLos días en Black Claw, seguían su curso y los avances de Mason iban de lo mejor y para Mildred era la mejor noticia que había recibido, por lo que estaba lista para que regresaran a su manada. Estaba segura que allá sería muy distinto el comportamiento de Ramsés. Es lo que ella más quería que él se soltara del todo con ella y se entregara a ella en cuerpo y alma y en su pensamiento estaba que si lo alejaba terrenalmente de Milenka, eso se iba a lograr.–Esas palabras alegran mis días, hermano, ya podemos empacar para irnos. Ramsés y yo, no vemos el día y la hora para irnos a White Claw, allá nos espera una vida maravillosa.–Desde luego que sí, hermana, solo tengo que darles unas indicaciones a los agricultores. Me puede tomar este día y podemos irnos mañana, te aviso de una vez para que dispongas de tus cosas.Mildred casi corrió a la casa, entró a la habitación y empacó en un tiempo récord, lo que había llevado, con ella y ahí estaba esa bolsa donde mantenía los manus
Milenka KellerLiam llegó a altas horas de la noche a Silver Claw, había dejado a Yulenka durmiendo en su cama, era el momento para que les diera la noticia a Nora y a Milenka, que eran la que estaban esperando. –Liam, espero que tu visita sea para decirnos que ha llegado el momento. Nosotras ya no vemos la hora en que podamos darle fin a todo esto.Se levantaron en cuanto les avisaron que Liam, había entrado al Silver Claw. Él no quería esperar a que el día de mañana no tuviera oportunidad de salir, traía las mejores noticias para la nueva Reina y quería dar, por supuesto, una información que fuera fiable y segura para que ellas supieran cómo manejarla. –Así es mi Reina, mi Alfa Lycaon viene en camino, le he avisado en cuanto supe que el día de mañana partirán Mildred, su hermano y el Alfa Ramsés. Los he escuchado hablar que ya están por irse a sus tierras, ya que su misión en Black Claw casi ha terminado.Lían venía a dar buenas noticias, ya todo estaba en marcha para el rescat
Ramsés KellerEl Alfa Ramsés había dormido muy inquieto, no sabía por qué de repente su corazón, daba saltos acelerados y luego se calmaba, despertó en medio de la noche y vio que Mildred estaba profundamente dormida. Daría un paseo nocturno, como esos que daba para calmarse, y se ocupó de salir sigilosamente sin ser visto por ella.Empezó a caminar sin rumbo fijo, sabía que no se iba a perder, algo le decía que no se preocupara que todo estaba bien, pero no entendía a qué se refería, como si alguien estuviera depositando en su mente mucha calma. Era una sensación extraña pero al mismo tiempo muy agradable.“Esta casa la conozco, creo haber venido una vez aquí, o más bien estuve cerca”La mente de Ramsés se estaba revelando, estaba seguro que nunca había vivido antes en Black Claw, pero se sentía como en un déjà vu, algunas cosas ya las conocía, pero no sabía desde cuándo. Era como si de nuevo estuviera viviendo cosas que le resultaban demasiado familiares.Entró a la casa que había o
Milenka KellerEstaba todo listo, llegó al cuarto donde estaban los niños y empezó a despertarlos, le hubiera gustado que ellos descansaran un poco más, pero había llegado la hora y era necesaria la presencia de los dos. El Alfa Ramsés necesitaba de sus dos hijos, ahora más que nunca, era un momento muy importante y decisivo para todos.–Mis amores, ha llegado la hora de partir. Espero que ya estén preparados para las indicaciones que les hemos dado, lamento haberlos venido a despertar, pero las cosas tienen que ser así.A Milenka no le gustaba importunar a sus hijos, pero en asuntos de vital importancia, como era este que estaba por pasar, no podía hacer caso a sus sentimientos, debía obedecer a la razón.– ¿Ya es el momento, mami? – Preguntó Alexis.–Sí, ya su padre volverá a estar con nosotros, tenemos que darle la bienvenida, ha sido mucho el tiempo que se ha tomado, pero volverá para siempre a nuestro lado y vamos a recibirlo del modo que se merece.Esa era la mejor noticia que a
Ramsés KellerMildred se acostó abrazada a Ramsés, estaba segura que él ya había empezado a quererla, de lo contrario no hubiera accedido a dormir con ella en la misma cama. Se durmió con una gran sonrisa en los labios, todo estaba dando resultados, sabía que solo era tiempo de esperar y ahora dormía con más tranquilidad estando en los brazos del lobo que ella pensaba que sería suyo por siempre, sin saber que esa era la primera y la última vez que iba a dormir a su lado.Ramsés había normalizado su respiración como si estuviera durmiendo, cerró los ojos para que Mildred no sospechara. Pero su mente ya estaba trabajando de diferente manera. Ella podía ver solo que él le quería mostrar. No tuvo que ejercer ninguna disputa interior, pues ahora sabía por qué su corazón no latía por ella y nunca podría hacerlo, su corazón había sido entregado tiempo atrás a su verdadera dueña.–Hola, mi amor, buenos días. No quería despertarte, estabas muy a gusto durmiendo y quise dejarte descansar. No me