En los siguientes tres días, Leonardo ha tratado de comunicarse con Aixa pero ella no le quiere responder las llamadas ni los mensajes de texto. Incluso ha optado por apagar su celular porque Leonardo a cada rato le está llamando, y por una parte también lo hace porque el pequeño Didier Leonardo solo se la pasa llorando que quiere hablar con su papá, entonces ella le ha dicho que el celular se le arruinó y ahora no enciende.
El señor Lozano siempre está yendo con normalidad a trabajar a la universidad, mientras que a Aixa como le dieron una semana para que se recupere del susto debido a su secuestro, entonces se la pasa en la casa y está aprovechando el tiempo disponible para remodelar el jardín.
Aixa ahora ha quedado tan miedosa, que no permite que el niño se separe de ella. Donde ella esté alli tiene que estar su pequeño, aunque en ocasiones él se aburre y llora a gritos
Aixa ya volvió a presentarse nuevamente a trabajar en la clínica, sus compañeros de trabajo se han solidarizado con ella por el suceso que tuvo, demostrandole empatía y buen compañerismo.- Doctora Lozano por qué no me quiere dirigir la palabra, ya le he pedido perdón en varias veces.- ¿Por qué lo hiciste Licha?¿Por qué actuar a mis espaldas?- El señor Leonardo me pidió que lo hiciera doctora, y yo como no sabía que él era su esposo y que estaban peleados pues acepté ayudarle, yo pensé que él se habia enamorado de usted así de la nada cuando estuvo internado aquí y que por eso la quería invitar a comer.-Mintió la enfermera, quien ahora está pagando las consecuencias de haberle ayudado a Leonardo a reconquistar a su esposa.- Aún siendo así, eso no te da el derecho a
- Doctora Lozano, aquí está la chica que anda acompañando a la paciente que usted acaba de operar-. - Está bien Licha. Gracias, puedes retirarte. - ¿Doctora usted se encuentra bien? Preguntó la enfermera al ver que Aixa estaba pálida y sudorosa. - Estoy bien, puedes retirarte ya. - Ahora si, cuéntame que es de tu persona la paciente.- Preguntó Aixa con curiosidad. - Es mi mamá doctora. - ¿Y tu padre también vino con ustedes? - No doctora, mi padre no vive con nosotros. - Entiendo-. Respondió Aixa sintiendose aún más nerviosa, ya que le parece curioso que la paciente tenga el mismo nombre y el mismo apellido que su mamá ya fallecida. Y el otro dato curioso que la jóven ha mencionado es que ellos no viven con su padre. - Digame cómo está mi mamá doctora. - Ella ya está bien gracias a Dios, y gracias a ti también que tuviste el alcance de traerla rápido porque si se hubiesen tardado
Leonardo llegó a la otra empresa y de inmediato solicitó una reunión de emergencia con el gerente de Recursos Humanos para que este lo pusiera al tanto sobre la supuesta despedida que él le hiso al gerente de finanzas.Solicitó ver los libros contables y efectivamente, como él lo sospechó desde un inicio, ese hombre le ha robado una fuerte cantidad de dinero a su empresa y por eso fingió un despido forzoso por parte del gerente general que es el mismo Leonardo.- Considerate desde ya un hombre muerto, porque a la hora que mis hombres te encuentren a esa hora será el final de tu vida.- Dijo Leonardo en voz alta cuando iba manejando de regreso a la otra empresa.En otro lado de la ciudad, el señor Lozano está atendiendo a unos estudiantes que se han peleado y les está haciendo conciencia de que están en un centro de estudio y no en la calle para que estén con peleas a
Aixa colgó la llamada dejando a Leonardo con la intriga de no saber con quien es que ella y el pequeño Didier Leonardo saldrán de paseo el día de mañana. Ella sonrió y retomó el camino hasta la habitación de la señora, su supuesta madre.- ¿Cómo está tu mamá, ya no le ha seguido doliendo la herida?Preguntó Aixa a la joven Margaret, quien según sus sospechas debe de ser su hermana.- No doctora, el dolor se le calmó y ahora está tranquilita dormida.¿Usted sabe cuando nos dejarán ir a casa doctora?- Sí, ya mañana se le dará de alta y podrán irse.- Está bien doctora, gracias por estar pendiente de ella. Y créame que se ha ganado el cariño de mi mamá por su amabilidad.- Es parte de mi trabajo Margaret, con todos los pacientes soy así.<
- ¿Desde cuando dejaste de sentir el amor que decías tener por mí Aixa?Preguntó Leonardo con su rostro cabizbajo.- Desde el momento en que decidiste abandonarme junto a mi hijo en el vientre.- Amor yo no quise hacerlo.- Basta por favor, no necesito tus explicaciones absurdas.- ¿No me vas a perdonar entonces?- No Leonardo, eso que me pides es imposible.- Está bien, lo acepto. ¿Pero siempre me prestarás a mi niño verdad?-.Preguntó Leonardo haciendo como si ya se ha resignado a perderla a ella, pero no, él es astuto y siempre tiene un haz bajo la manga.- Puedes venir a verlo pero no llevartelo.- En ese caso voy a invitar a mi suegro para que vayamos a cenar.¿Así si me puedo llevar al niño verdad?- Bueno dile a mi papá y con suerte decida acompañarte.Aixa muere por las
- Mira hija, ¿acaso ese no es el auto de tu esposo?Preguntó el señor Lozano al ver que cerca de la casa estaba un auto estacionado y es idéntico al de su yerno Leonardo.- Si papá se parece a su auto pero no creo que sea él porque hubiese dentrado.Respondió Aixa y al final casi ni bola le paró por ir acómodando al niño en su sillita viajera.Llegaron al hospital y Leonardo como iba detrás de ellos también se estacionó allí. Pero lo raro que vio es que Aixa iba acompañada por su padre y no de un extraño como él se lo imaginaba.- ¿Será que hasta más tarde es que se va ir a ver con su amante?.- Se pregunta Leonardo en su mente.Aixa y su padre dentraron a la clínica y de inmediato pidieron la autorización del médico de turno para que les permitiese ver a la paciente, pero tremenda so
- Papá tranquilizate por favor, vas a asustar al niño si sigues llorando.- Es que no ves hija que yo estaba muy contento porque se suponía que la señora era tu madre y al final resultó que no lo es.- Papá la señora que estaba allí con la joven Margaret no es la madre de ella, me imagino que debe de ser su patrona y por eso cuando ella me vio me hiso una señal para que pasara de paso y no me detuviera frente a ellas.- ¿De verdad hija?- Sí papá, vamos ya deja de llorar porque aún no has perdido la esperanza de que tu esposa sea la que hemos encontrado. Esperaré a que la joven Margaret me vuelva a llamar para que me diga que fue lo que pasó.Por otro lado, Leonardo que ya estaba arto de no saber que son las vueltas que Aixa anda dando tan misteriosamente decidió llamarle y salir de dudas.- Hola Leonardo.- Respondió A
Han pasado varios días desde que sacaron a la joven Margaret y a su madre de la casa en donde estaban trabajando practicamente como esclavas. Se comprobó que en realidad la señora sí es la madre de Aixa y la joven Margaret también es la hija del señor Lozano.La señora les contó como es que sucedieron las cosas en aquel entonces, y ahora se sabe que el único culpable de esa separación forzada fue su propio padre, o sea el abuelo de Aixa.- Mamá se me hace bastante raro llamarle así, pero me gusta que usted esté con vida y junto a nosotros.Pero ahora cuentenos a detalle que fue lo que pasó y por qué es que mi abuelo no quería que ustedes dos estuvieran juntos.- Buenos pues les contaré...Mi papá, o sea tu abuelo, no quería a tu padre porque él era de muy bajos recursos económicos, era mucho más i