El cabello de Charlotte es una bendición, porque fue un velo para cubrir aquel beso lujurioso de James.

Charlotte al escuchar los pasos de sus hijos, se separa de James. —¡Aquí tienes madre!— Extiende Justin el azúcar —¡Papá has despertado!— Justin sonríe aliviado

—tu madre me despertó— susurra, pues le cuesta hablar porque le arde mucho la garganta

—¡Mamá eres maravillosa!— Stiven coloca el vaso de agua sobre la mesa y luego la abraza

Pero Charlotte está en total silencio, James también le jugó sucio, y bien sucio, por lo tanto, la tiene muy enfurecida, si sus hijos no estuvieran, la pequeña chica ya le hubiera lanzado su tacón por la cabeza.

—¡Papá qué susto! Al parecer no te gustaron las tortillas de mi mamá— Justin coloca también el azúcar sobre la mesa y luego se acerca nuevamente a sus padres

—no hijos, las tortillas estaban exquisitas, es que hay un dicho que dice ojo por ojo y diente por diente—James se sienta y Charlotte se coloca de pie, su rostro se ha enrojecido

—¿Qué