Fin de semana… Mansión Hufman. Desde muy temprano, se hayan Danielle y Sofía corriendo, de un lado a otro en la enorme mansión de Tony. Por ahora, son los pies de Ana, quien apenas puede moverse, por su avanzada gestación. En fracciones de segundos, Danielle hace contacto visual, con Rebecca y la mira con recelo. Rebecca de inmediato, se le acerca a Ana, para decirle: —Tus amigas son bien diligentes, ellas misma se cercioran, de que todo esté bien arreglado, las felicito. Yo estoy acostumbrada, a pagar y que el festejo haga todo por mí. Ja, ja, ja—señala Rebecca sonriendo. —Sí, son muy buenas amigas, si no me sintieran tan fatigada, las estuviera ayudando. —¿Te sientes mal? —pregunta Rebecca. —No, solo que mis pies se hinchan, si camino mucho. Es el peso, por mi embarazo. —Ya pronto, van a nacer cuento los días, para que nazcan rápido. Ya quiero, tenerlos entre mis brazos. Mis nietos, desde que supe de su existencia, soy tan feliz. —Yo también soy muy feliz, aunque estoy muy ne
—Todo bien Tony—pregunta Justin. —Si amigo, todo bien. —Te ves pálido. —Sí, me he sentido un poco mareado. —Vamos a sentarnos, así te refrescas un poco. —Te confieso, que me siento algo fatigado. Solo, que no quiero aguarles la celebración a los muchachos. —Sí, esto parece una verbena estudiantil. Hasta con show musical incluido, de la mano de mis hermosa Sofía. —Si son muy ocurrentes, pero hay que entenderlos, sus edades oscilan entre dieciocho y veintiún año. —Si son muy jóvenes, hasta embarazaste a una. Te hubiesen, podido denunciar por estupro. —Ja, ja, ja. Justin, que cosas dices. El amor entre Ana y yo, rebasa todos los limites. Hasta los de mi enfermedad. —No hablemos de cosas tristes, que tú te vas a salvar y veras a tus hijos crecer. Tony ¿Cuándo perdonarás a Alfred? Míralo está muy cabizbajo. —Justin, no es el momento. —¿Entonces cuando? La vida es muy corta Tony. Él se equivocó sí, pero te ha pedido perdón, de todas las formas, habidas posibles. —Está bien Justi
Reacciona Ana, dejando de lado el raciocinio. La duda, enseguida se apodera de ella. —Tony cómo pudiste, al menos me lo hubiese dicho. Criticabas a Alfred cuando, tú eres el más mentiroso de todos. —Ana, te lo puedo explicar, no es así como Grace lo señala—mira Tony a Grace con aprensión. —Grace, es mejor que vayas. No entiendo, porque tanto daño, si yo te albergue en mi casa, eres una egoísta—le reclama Rebecca. —La ingrata es otra, cuando tú fuiste quien me trajo, para que sedujera a tu hijo y me casara con él. Pero, de la nada me echaste como a un perro, desde que comenzaste a emparentar con la plebe. —Basta Grace, sal de mi casa ahora mismo o llamo a seguridad—advierte Rebecca. —No es necesario, que yo me la llevo—indica Justin. —De aquí, no me voy hasta que Tony, se comprometa en reconocer a mi hijo. —Que conste Grace, que se te pidió, que te fueras por las buenas—la levanta en peso Justin, quién es bien fortachón y la saca, rápidamente de la fiesta. El resto de los invita
Este escenario de intrigas, apunta con dardos al corazón de Tony, quien está muy afectado por esta situación con Grace. En éste instante está dormido, por los medicamentos, que le suministró nuevamente Timothy. —Buenas noches, Rebecca nosotros nos vamos. Mañana a primera, vengo para acompañarte a la clínica—menciona Alfred. —Esta enfermedad de mi hijo, que llegó de la nada, me tiene muy mal—señala Rebecca con preocupación. —Tranquilízate Rebecca, no todo está perdido—asienta Alfred. —Claro que sí, ya pronto Ana tendrás a sus bebes—le comenta Justin. —Ana, se fue muy molesta. Es muy orgullosa, ¿si no quiere darle las células a mi hijo? —Si se las dará, descansa Rebecca está muy alterada—indica Justin enseguida. —Escucha a Justin, deja toda la negatividad de lado, que todo estará bien. —Gracias muchachos ¿Tony se reconcilió contigo? —pregunta Rebecca a Alfred. —Creo que si Rebecca, o al menos está a punto de hacerlo. De igual manera, vengo mañana para dejarlo en la clínica. —Ha
A pesar de haber nacidos prematuros, los hijos de Ana y Tony, se hallan estables en las incubadoras. Aún, deben perecer un tiempo en el hospital, Ana por su parte, se encuentra convaleciente en una de las habitaciones. —Ya nacieron tus hijos, Ana. Son bien chiquitos—señala Abel y su padre lo mira de reojos. —Son prematuros. Tengo miedo papá—manifiesta Ana su angustia. —Tranquila, el médico dijo que estarán bien. Abel también, nació prematuro y míralo. —Ve papá, con razón no es normal—señala Ana ingenuamente. —Ana respeta, que tus hijos también nacieron igual. —Ya por favor, maduren—los reprende su padre. —Lo siento papá—se enoje Ana de hombros. —Hija, a Tony lo trajeron hace rato. —Yo tengo, que verlo. —Tranquilízate, acabas de salir de una cesárea. —¿Dónde está? —pregunta Ana. —Lo están preparando, para operarlo. —¿Tan pronto? —Te acuerdas, lo que te explicó el doctor, bueno le están haciendo eso. Para salvar su vida—menciona Anderson. —Dios mío. Pobre Tony, aunque este
Tres días después… Titular de Prensa, Diario “Un nuevo tiempo” “EL HOMBRE CORRECTO, EN EL LUGAR EQUIVOCADO” Así amaneció el país, con este peculiar titular. Tobías, quien es bien inteligente, no se iba a quedar cruzado de brazos, con la información que le llegó de la mano de unos de sus colegas. Un periodista grafico le envió la imagen, que se había viralizado por la web y no dudo, ni un minuto en sacarla a la luz con encabezado incluido. Helen, fue la encargada de darle vida a la reseña noticiosa. Quien empleó, todos sus conocimientos periodísticos, para hacer una excelente nota. Al fin la vida, le hizo justicia y todos sabrán de buena fuente, quien es el CEO del diario “La verdad” Sala de Redacción: —La cara de Dominick, es un poema—expresa Tobías muerto de risa. —Te la comiste con la nota, eres buena redactora Helen—la felicita, Alfred por su labor. —Gracias, se lo merecía ese hombre, por infame—menciona Helen. —El puñetazo, que tiene en la cara adornó, muy bien la fotografí
Diario “La verdad” Dominick, está hecho una furia en su oficina, es el hazme reír de la cuidad, ese titular de prensa hizo rápidamente meollo en él. Se esconde en su oficina, no quiere ver a nadie. Su secretaria toca la puerta, para avisarle: —Señor… —Te dije, que no estoy para nadie, ¿eres sorda o qué? —detalla muy molesto. —Señor Dominick Lance—mencionan su nombre, uno de los efectivos de seguridad. Que irrumpen de manera abrupta en su oficina. —Si—musita Dominick atónito, ante la presencia de los policías. —Queda usted detenido, por intento de violación y abuso de autoridad, entre otros delitos. Llévenselo—describe el comisario, encargado de la investigación. —¿Qué pasa agente? Debe de haber una confusión, Claire llama rápido a mi abogado y cuéntale del atropello, que soy víctima. —Vamos muchachos—indica el comisario con dureza. Todos se quedan petrificados, mirando fijamente como se llevan esposado, a Dominick hasta la comandancia. Internamente, la mayoría de sus trabajad
Después de tanto batallar, Anderson terminó aceptando que Ana, se fuera a vivir a la mansión Hufman. Ana, ya se encuentra instalada en la recamara de Tony, esperando que su padre y su hermano, le lleven todas sus cosas. Recorre cándidamente la habitación, se percata que es enorme, casi del tamaño de su antigua casa. Se sienta y el retrato de Micaela, la difunta esposa de Tony llama su atención. Lo toma enseguida, en eso ingresa Rebecca, para saber si necesitaba algo: —Era muy bonita la esposa de Tony—le dice Ana a Rebecca. —Sí, era muy buena mujer. Tengo que reconocer, que al principio no la quería, por sus orígenes humildes—señala Rebecca apenada. —¿Cuéntame de ella? —se despierta la curiosidad de Ana. —A esa muchacha, Tony la conoció en Ohio, donde tenemos una finca. Ella era la hija, de unos de empleados de la granja y de inmediato, se enamoraron perdidamente. Yo por el tema de las clases sociales, inicialmente no la aceptaba. —Al igual que a mí—musita Ana repentinamente. —As