—Si quieres cabalgar aquí me tienes a mi —me sonríe pícaro. Siento mis mejillas calientes tan solo imaginarme eso. —¡Que asco! —me tape la cara. Luke rio. —Cuando estes encima veremos si te sigue dando asco. •Estaba frente al espejo y me sentí linda. ¡Yo soy linda! El sol estaba fuerte, así que había elegido una gorra rosa pastel. Ir a un parque de diversiones me traía buenos recuerdos, especialmente cuando era pequeña. Me gustaba ir, pero mi padre siempre me llevaba a los juegos menos peligrosos. Yo siempre quise subirme a los extremos, pero hasta el día de hoy, todo eso había sido solo un sueño frustrado. De cierta forma, reviviría a la niña que llevo dentro.—¿Ya estás lista? —pregunta Luke del otro lado de la puerta.—Estoy lista —dije, dando una vuelta frente al espejo para verme la espalda. Todo estaba más que listo.—Estás… —Luke se detiene cuando salgo del cuarto y me observa de los pies a la cabeza.—Lindísima, lo sé —palmeé su hombro, dejándolo en confusión.Luke tampo
Su gesto me dio cosquillas, pero al mismo tiempo lo empujé.—Eso es muy asqueroso —Luke se puso a reír, dándole otro mordisco a su algodón.—Bien que te gustó, te conozco, Amanda —me puse seria.—Mejor subamos a tu gran “Carrusel” —la fila de aquí no era grande. La mayoría de los que estaban eran niños. Fue un poco vergonzoso subirse a un caballito teniendo en cuenta que delante y detrás había niños.Los caballitos empezaron a girar a velocidad lenta. Luke parecía estar disfrutándolo. Este hombre es un poco extraño, es como si hubiera tenido una infancia frustrada.Finalmente, después de varias vueltas, esta cosa se había detenido.—Estuvo bien, ¿cierto? —apreté los labios para no soltar una carcajada de golpe.—Sí, aunque tengo un poco de hambre —me llevé las manos a mi panza que estaba haciendo ruidos.—Podemos ir por unas hamburguesas si quieres o bien un hot dog. Ven, que creo que es por acá —Luke entrelazó sus dedos con los míos. Creo que se le está volviendo una costumbre y no s
Mientras tengo entre mis brazos a Amanda, puedo ver un mundo delante de mí en sus ojos. Es mi perdición, es lo más hermoso que puedo tener en mi mundo desastroso. Quisiera congelar este momento para siempre, pero sé que las cosas en la vida no son siempre perfectas. Me he enamorado de ella profundamente desde la primera vez que nuestros ojos se cruzaron. Supe que es la mujer ideal para mi vida, para mi historia. Desde ese momento supe que no tenía ojos para ninguna otra mujer. Al inicio mis sentimientos por mi antiguo amor eran fuertes y sinceros. Si me mantuve firme es porque aún le guardo luto. Pero ahora que conozco a Amanda, sé que Olivia se sentiría contenta de verme feliz, de intentarlo con alguien más. Aunque sé que Amanda tiene a Kev, sus acciones me demuestran que no lo ama profundamente, porque cuando uno ama, no puede pertenecer a nadie más. Es terca, lo sé, pero es encantadora. Tanto así que lo que en un momento para mí fue una estrategia para quedarme con la fortuna
Sinceramente me estoy cansando de estas actividades tontas. Es decir, pasar tiempo con Luke no es tonto pero hacer todo esto si, se supone que es para llevarnos bien y hacer que la herencia quede en buenas manos. Ayer le comenté a Luke que me estaban siguiendo, como siempre dijo que se encargaría. Yo me puedo hacer cargo de mi propia seguridad. Me fui al baño después de levantarme y como sospeché; me vino la regla. Con razón hoy me sentía de un humor horrible, solo quería estar acostada todo el día y que nadie me molestara. Además, siento muchos cólicos. Necesito ir a la empresa. A la mierda, soy la jefa, puedo faltar cuando quiera. Tome el celular con dificultad y le marqué a Patricia. —Buenos días, señorita Amanda. —Hoy no iré a la empresa, me envías cualquier cosa a mi correo. —Oh… está bien. Así será. El señor Luke está aquí ya, solo le aviso.Fruncí el ceño, apenas eran las siete de la mañana. —¿Por qué tan temprano? —bostecé. Ni me di cuenta de a qué hora se levantó. —Es
No respondí. Esperaría un poco. Es decir, Luke duró horas en responder. —Quiero llevarte a la playa hoy —me dice Kev—Te hace falta algo de sol… yo se por que te lo digo. Miré a Lupe y ella me dio una mirada incómoda. —Lo que pasa es que hoy tengo día de pesca con Luke… en el lago. —dije con pena. Casi me estaba terminando la sopa. —¿Que? ¿Hasta cuando se acabará esto? —quiso saber, un poco molesto. Y no lo culpo.Suspiré. —Pues… Alicia, cariño —expliqué—lo bueno es que dijo que si Luke y yo seguíamos así nos reducirían la cláusula donde en vez de pasar un año sería menos. Así que… si, es necesario hacer todo esto. Lupe recogió los platos. Había quedado satisfecha. —Si es así entonces esta bien —dijo Kev—pero también quiero tener mi tiempo contigo, cariño —me dice—vamos a la piscina. Nos pusimos de pie y nos dirigimos a la piscina, para sentarnos en el sofá bajo una enorme sombrilla. —Quiero que también tengamos actividades así —me dice—me estoy sintiendo celoso. —No tienes
AMANDA—Agradece que aún se pudo rescatar, de lo contrario ya habríamos tenido dos días perdidos. Qué estrés lidiar con una mujer loca como tú —Luke entró empapado en la sala. No me importaba; se lo merecía por ser un tarado conmigo.—No me importa, en realidad estoy considerando que todo esto es una locura. Si no fuera por el respeto que le tengo a mi padre, no seguiría luchando con un cabeza hueca como tú —subo las escaleras, pero también escucho sus pasos apresurados detrás de mí. Me toma del brazo.—Créeme que también estaría encantado si desistes. Me quedaría todo el camino libre y ya no tendría que pasar mis días con una loca como tú —me suelto de su agarre y lo empujo.—Pareciera que otro es el que anda en sus días —apresuro el paso, pero antes de entrar en el cuarto, una vez más me toma del brazo—. ¡Me estás lastimando, Luke! ¿Acaso no sabes cómo tratar a una mujer? —me suelta. Suspira y me dice:—No vuelvas a provocarme, Amanda; no me gusta —niega con la cabeza, con sus ojos
AMANDACuando subí al coche de Kev, no me sentí tan bien. En otros tiempos, creo que esto sería maravilloso, pero ahora ya no me siento con el mismo ánimo, con la misma ilusión de cenar con mi novio. ¿Por qué? Estoy tan segura de que había visto un atisbo de tristeza en los ojos de Luke.—¿Estás bien, mi amor? —me pregunta Kev mientras conduce. Coloca su mano en mi pierna y la frota de arriba hacia abajo.—Sí, no pasa nada, solo que hoy no ha sido un buen día con todos estos síntomas —mentí. En realidad, no sé qué es lo que me está pasando, pero no son los síntomas de la regla.—Te llevaré a un nuevo restaurante que inauguraron ayer; dicen que la comida es muy deliciosa —asiento, mientras mi cabeza está en otro planeta—. Además, sirven unos tragos muy ricos.—Está bien —le dije y guardé silencio hasta que llegamos a un restaurante cerca del mar. Había luces tenues y velas en las mesas. Aquello lo hacía sentir… ¿romántico?—Buenas noches, señores, sean bienvenidos. Soy Alfred y seré su
•Definitivamente estoy harta de Luke y de sus estupideces. ¿Cómo se le ocurre llegar al mismo sitio de donde yo estaba? Esto no fue casualidad. Solo quería restregarme en la cara a Celeste. O sea, me da completamente igual.—¿Que es lo qué pasa, Amanda? —Lupe entra a la sala, un poco preocupada. Es que había entrado dando un portazo. —Luke. Me tiene cansada. Es un… insufrible, ya no lo soporto mas. ¡Se atrevió a llegar con su supuesta novia al mismo restaurante que estaba con Kev! Definitivamente esto no es casualidad. Los mariachis seguían afuera.—¿Quien demonios te trajo serenata, Lupe? Estoy cansada y quiero descansar, diles que gracias pero que no estamos de humor. —me dispuse a subir pero ella me detuvo…. —Amanda… no es para mi —hizo cara de vergüenza—… es de Luke… para ti. Sentí algo en mi estómago cuando ella me dijo eso y tragué grueso. ¿Que? ¿Acaso oí mal? ¿Luke me envío serenata? —¿Que? Estás mal —rodé los ojos y volví a bajar las escaleras. Lupe y yo nos asomamos a l