Nina:
Semanas Después
Nunca me mencionaron que las guerras podían durar días, semanas o meses… y bueno, esto cada vez me resulta más horrible. Los días pasan y no sé nada de Anker. Una sombra de tristeza me acompaña de arriba abajo durante mis días. Nunca creí extrañarlo tanto.
Hace cinco semanas que han partido y el mensajero que prometieron mandar cada tercer día solo ha venido una vez, y ha dicho que la guerra sigue.
He dormido casi todo el tiempo, me siento muy cansada. Solo salgo de vez en cuando con Adonia al jardín pero hay un extraño olor en el lugar que me hace sentir náuseas.
Tomo mí, ya habitual, taza de té y la llevo a mis labios, y casi al instante comienzo a sentir un leve mareo.
—Entonces yo digo que sí… la chica está muy interesada en Deo —cierro los
Anker:Una semana más… mis guerreros están exhaustos al igual que yo, han sido las peores semanas de mi vida, sin Nina.Tengo pequeñas heridas abiertas en algunas partes de mi cuerpo. Trato de desinfectarlas lo más rápido posible.—Están perdidos, no les quedan más hombres en el campo, creo que podremos retirarnos en el amanecer —anuncia Bastiaan.—Eso espero, porque la comida se nos está por terminar y estoy exhausto —confieso.—Lo he visto yo mismo, no hay más, estoy casi seguro de que nos podremos retirar, aunque el hecho de que Lander no haya aparecido no es una buena noticia —asiento de mal humor.—Eso solo significa otra guerra y ya hemos perdimos a dos —miro a Deo recostado viendo la luna, me pregunto ¿Qué estará pensando?—Bueno, descansen y mañana vemos que es
Nina:Miro como el hombre mezcla mi orina con un liquido extraño y luego este comienza a subir.—¿Lo ve?, esto quiere decir que está embarazada —un grito de Adonia inunda la sala, Isadora comienza a llorar y me abrazan, no puedo ocultar mi sonrisa, no puedo dejar de llorar tampoco, estoy feliz porque dentro llevo un pequeño… un hijo de Anker.—Espera a que se entere, se volverá loco, ¡Neo!, ¡Neo, ven acá! —Isadora abraza a Neo y le dice la nueva noticia, sus ojos se abren como platos y comienza a reír a carcajadas—¡Felicidades hija, que gusto! —dice besando mi mano y abrazándome. Después de otro par de revisiones el doctor Homer se despide y nos deja que sigamos festejando.—Así que la mantita funcionó —miro a Adonia de mala gana.—Ni se te ocurra mencionarle eso a Anker
Nina:Entre abro mis ojos al sentir los rayos de sol entrar por el balcón y una sonrisa se apodera de mí. Me giro para encontrarme con Anker dormido. Beso su mano y me estiro un poco.Me pongo de pie para ir al baño, el calor cesó o no sé si fue Anker quien me calmó a mí. Sigo caminando hacía el cuarto de baño cuando un fuerte mareo me sacude.Me apresuro a llegar a la pared más cercana y aferro mi mano a la orilla, pestañeo varias veces intentando estabilizarme un poco pero comienzo a sentir mucho calor.Me giro lentamente hasta tener la cama de frente pero lejos, así que me decido a sentarme poco a poco. No quiero caer desmayada y afectar al bebé.—Anker… —susurro y trato de tomar varias bocanadas de aire. No sé porque rayos me pasa esto—. Anker, Anker… Anker.
Nina:—Hermosa… —la voz de Anker me sobresalta y lo miro con los ojos bien abiertos—. Lo siento, te he asustado.—Estoy bien —digo rápido y es cuando el atractivo hombre de ojos verdes toma asiento a mi lado.—¿Qué haces aquí? Y sola —lo miro sin decir nada, tengo que mentir…—Yo… sólo quería reposar un poco el desayuno, a veces siento náuseas por la mañana —una media sonrisa aparece.—Me has hecho el hombre más feliz del mundo ¿sabes? —sonrío y me atrevo a besar sus labios cuando un carraspeo nos interrumpe, es Deo.—Anker —no puedo evitar sonrojarme—. Está todo listo para irnos.—Gracias chico —Deo se va.—¿A dónde? —pregunto acariciando su barba poblada.—Bajaremos al pueb
Anker:Salgo a toda velocidad con rumbo a las islas de Los Hera. Tengo que recuperar a mi hermana. Cierro los ojos mientras cabalgo y la mirada de pánico de Nina no se aparta de mi cabeza.He sido un idiota con ella y he sido aún más idiota al hablarle así y ella cargando a mi hijo en su vientre. ¿Pero cómo debería de reaccionar si ha apoyado a mi hermana en su estúpida fantasía de amor?Todos sabemos que Emerick es un hombre del que hay que cuidarse, no por nada lo nombre capitán del ejército.Es agresivo, un animal, imposible imaginarlo con mi hermana formando una familia. Maldigo entre dientes y sigo cabalgando hasta el lugar donde sé perfecto que encontraré a Lender. Me parece estúpido que haya hecho esto si terminamos con la mayoría de los hombres de su ejército. Nunca ha sido un verdadero líder.—Aqu&ia
Nina:Deo me conduce hasta el último piso de esta enorme fortaleza. He tenido que exponer una y otra vez mis razones por las cuales necesito conocer a ese hombre y averiguar qué es lo que ha pasado, Anker habló sobre acabar con su vida… necesito saber dónde está Adonia.—Anker me matará —niego—No lo hará, tendrá que hacer lo mismo conmigo, ahora abre esa puerta —digo indicando el enorme portón de madera.Nos adentramos al lugar repleto de celdas. Camino sin poder evitar temblar.—Es aquí —dice señalando una pero no veo nada—. Emerick.Y de entre las sombras un enorme hombre va abriéndose paso. Su espalda es ancha, aunque no es tan alto como Anker, su físico es imponente. Su cuerpo está sorprendentemente ejercitado y lleva el cabello un poco largo al igual que su poblada barba.
Anker:Salgo de la habitación completamente destrozado. Me recargo en el muro más cercano y comienzo a llorar, por Nina… por mi hijo.—Anker… —escucho la voz de Bastiaan pero yo niego—Vamos, tiene que servir de algo —caminamos en dirección a la celda de nuevo. Bajo las escaleras y puedo ver el pequeño rastro de sangre de Nina, no sé si era de su cabeza o…—¿Lo libero? —asiento y abre la puerta de la celda—Sal — digo con voz ronca, subimos de nuevo las escaleras hasta llegar al despacho y tomo asiento. Un fuerte dolor en el pecho me hace estremecer.—Ve, búscala y encuéntrala, si no lo haces desaparece, o te mataré —Emercik me mira negando.—No descansaré hasta encontrarla, es por eso que sugiero, nos unamos con los Kana, juntos podemos hundir a esos malditos &md
Nina:Despierto sintiéndome un poco mejor, el dolor de cabeza es un poco intenso pero me siento bien. Isadora me mira paciente en el sillón que hay frente a la pequeña cama.Siento un vacío, una ausencia de calor corporal y la ausencia del aroma de la piel de Anker.—Hola mi niña —noto en sus ojos que no ha dormido, noto también que ha llorado gran parte de la noche, su hija ha sido secuestra y yo…—Gracias por quedarte Isadora, deberías ir a dormir un poco —niega—No tengo ánimos —hago un puchero—. ¿Quieres comer algo?—En un momento —asiente y se recuesta en el sillón—. No sabes nada de… Anker.—No mi niña —asiento y una punzada de dolor se apodera de mi pecho. No entiendo por qué no ha venido a verme, ¿es que no le importa su hijo?, ¿