Encerrada en la habitación tenía la sensación de que nunca más podría salir de ahí, los gritos desesperantes de Anne se oían en toda la mansión, los sirvientes que habían desaparecido misteriosamente comenzaron a regresar uno por uno, cuando Anne comenzó a escuchar que ellos estaban presentes en la mansión perdió la cordura, de su boca solo salían maldiciones, ¿Cómo habían podido marcharse y dejarla sola? si tan solo ellos hubieran estado ahí, tal vez su padre le hubiera creído

Cada día que pasaba encerrada era un día más de locura, la lucidez comenzaba a desaparecer, se negaba a comer, la deshidratación hizo efecto en su cuerpo, después de todo era joven y una chica frágil, luego de dos meses y tres semanas encerrada Anne despertó en un hospital, no recordaba exactamente como había terminado ahí, sin embargo estaba recibiendo tratamientos y tenía ajugas debajo de su piel, apenas si empezaba a reaccionar cuando una enfermera hablo

— Ve y avi