Liam camino hasta donde se encontraba Emmett, ambos estaban sorprendidos, aquel chico que había guardado silencio durante todo el camino a la Villa, ahora por fin hablaba, además parecía que las cosas no habían terminado del todo bien puesto que Anne no había salido y lo único que ellos habían escuchado antes eran los sollozos y llantos de la joven
— Podrías llevarme hasta la cuidad porfavor
Emmett dudo un momento, volteo a ver a Keira, pero ella parecía querer quedarse ahí, ella le sonrió y lo tomó de la mano, dándole un pequeño apretón
— No iré a ningún lado, además Alfred esta cuidando la entrada, solo envíalo aquí, quiero quedarme y estar con Anne, si te parece te gustaría venir por mi mañana, podríamos pasar un lindo día aquí, es muy hermoso este lugar
Keira hizo un puchero y Emmett no pudo resistir a su encanto, así que accedió y la dejo en aquel lugar mientras que el ayudaba a Liam a subir a la camioneta para poder regresar
— Durante todo el camino no hablaste, ahora vuelves a guardar silencio, apenas si conozco tu voz— ¿Cuál es el caso de hablar eso cambiaría algo?— Supongo que no, tienes toda la razón, lo siento— Eres algo diferente a él, pero para ser sincero no confío en ti, dime vas a matarme— Fuiste tu quien pidió que fuera yo quien te sacara de la Villa y ahora piensas que voy a matarte, eso si es escalofriante— No soy estúpido ella, ella debió hacer algo para que yo pudiera salir de ese horrible lugar— Te equivocas Anne no dio nada en absoluto ni esta en deuda con nadieLiam solo dio un largo suspiro, no podía creer en las palabras de aquel hombre, como era posible que le dejaran ir tan fácilmente después de dos años en ese horrible lugar, mirando a través de la ventana los árboles que pasaba se veían increíbles, ahora la noche parecía más llevadera, la luz de l
Extrañas sensaciones recorrían su cuerpo, de alguna manera aquellas palabras dichas por Liam le habían removido la conciencia, nacer en la familia Dankworth significaba vivir atado, al nacer mujer tus posibilidades de alcanzar la felicidad eran muy escasas, él conocía el destino de las mujeres en su familia, ellas sólo servían para reforzar alianzas y hacer negociosSin embargo él poseía mejores oportunidades pero entonces le habían criado como un hombre sanguinario para poder amarrarlo a la silla de un heredero fuerte, despiadado y cruel, la historia de su familia siempre fue violenta, nunca hubo un solo hombre que fuera honesto y sin manchas de sangreLos recuerdos florecian dentro de su mente, las innumerables muertes y lo mucho que disfrutaba aquello, las torturas se habían convertido en parte de sus pasatiempos, no podía negar que disfrutaba la sensación de arrebatar vidas ajenas, pero ahora se preguntaba si era posible cambiar ese estilo de vida miserab
Estaba inmóvil, cerró sus ojos por los nervios traicioneros que tenía, Emmett reía como un niño pequeño, le parecía tan divertido ver como Keira reaccionaba ante sus acciones— Vamo abre los ojos— No quiero, Emmett eres malo— Vamos abre los ojos o no te dejaré ir de aquí nuncaKeira abrió los ojos y se encontró con aquellos ojos verdes profundos, unos ojos que le traían nostalgia, sin embargo su vista se desvío hasta quedar fija en un solo punto, sus labios, esos labios rosados en forma de corazón tan tentadores, tenía tantas ganas de besarlos y morderlos pero si lo hacía terminaría cediendo ante él y ella en verdad no quería arriesgarse, así que intento soltarse pero le era imposible después de todo Emmett poseía más fuerza que ella, por lo que comenzó a darle pequeños golpes en el pecho— Vamos sueltame o me enojare Emmett— Esta bien, esta bien, te soltaré, ahora dime ¿Por que estas aquí tan temprano?
Todo había terminado, Anne había vuelto a su vida tan normal como siempre a excepción de una cosa, ahora ella se estaba preparando para tener una cena con su padre y ¿unos socios? Tal vez....Ella no mostraba algún cambio en su semblante, aquel actuar había quedado en el pasado, tanto Anne como el vestido blanco de ese día, ambos habían desaparecido no había rastros de ellos por ningún lado y no precisamente de la manera que se imagina, la joven había muerto, ahora solo quedaba una mujer madura, aquella niña dulce y tierna ya no estaba, con su alma hecha pedazos tomo el vestido y lo quemo e intento hacer los mismo con sus sentimientos pero fue en vano, como si se tratara de un cuento de hadas, tomó el amor que tenía en su corazón y lo deposito en un pequeño baúl y lo guardo en el armario, ahora intentaría vivir para cumplir sus promesas a cambio de que "él estuviera bien"Anne aparentaba ser una mujer, su comportamiento había cambiado tras la desaparición de Liam
Como si el mundo no existiera ambos se habían quedado en aquel lugar tres días a Keira le había encantado estar ahí, era maravillo, taciturno y lleno de paz, algo que pocas veces podía disfrutarTemprano en la mañana ella había ido a despertar a Emmett, aun que la primera vez lo encontró durmiendo, los demás días que fue a buscarlo el ya estaba despierto, aun así ella insistió en "Según ir a despertarlo", cada que abría la puerta de la cabaña, abría un poco más su corazón, cada vez que caminaba hacia la habitación en donde usualmente al abrir la puerta le encontraba leyendo un libro, avanzaba un paso más su relación, una que ella se había negado a aceptar, ¿podría ser tal vez el miedo?Como si todo lo demás fuera solo el pasado, ella corrió a su lado sentándose frente a él— ¿Qué es lo que lees?Emmett siempre escondía el libro, después de todo ella ya no tocaba la puerta y eso era algo que nunca molesto a Emmett, ella podía hacer lo q
Cuando ella despertó se dio cuenta que se había quedado dormida en el regazo de Emmett, ella inmediatamente se levantó, estaba sonrojada y un poco entumecida debido a la posición en la que había dormido, cuando miro a Emmett a los ojos este la veía con mucha ternura, lo que la hizo pensar que tal vez tenía un poco de baba en la cara, así que comenzó a limpiar cerca de su boca a Emmett le pareció divertido ver aquello— ¿Qué es lo que te parece tan gracioso Emmett?— Ja, ja, ja, tu expresión es muy divertida, créeme que aún que tuvieras baba al rededor de la cara te verías igual de hermosa— ¿Tengo baba en la cara?— Por supuesto que no, si la tuvieras entonces la lamería— ¡Emmet! pero que cosas dices, eso sería algo asqueroso— Es lo mismo, si te beso entonces estoy probando tu saliva, ¿Cuál sería la diferencia si decido lamerla de tu mejilla?— S-solo n-no lo hagas, s-sentiria vergüenzaEl rostro de Keira se torno t
Estaba agotada apesar de haber dormido, le pesaban los párpados y cuando abrió los ojos pudo percatarse que era tarde, la luz era fuerte y está se veía por la pequeña ventana de la habitación, a largo la mano y tomó un pequeño reloj el cual se encontraba cerca, se quedó sorprendida al ver la hora pues era la primera vez que se levantaba tarde— 11 de la mañana, ¡dormí demasiado!Froto sus ojos e intento levantarse de la cama pero un dolor agudo provino de su parte baja, aun así trato de ignorar aquello pero cuando se disponía a ponerse de pie, el dolor en su espalda se lo impidió haciéndole recordar lo que había pasado en la noche, así que comenzó a golpear su cabeza tratando de borrar aquellos recuerdos que le hacían sonrojar— ¡Ahh! Debo estar loca, debo haber perdido la cabeza, ¿Qué demonios hice?Mientras ella se cuestionaba todo lo que había pasado con Emmett, él se encontraba ordenando el desayuno, estaba emocionado debido aque s
Ambos se dirigieron a tomar el desayuno donde Alfred los esperaba, caminaban lentos pero en sintonía, en sus rostros había una sonrisa, dulce, tierna pero al mismo tiempo llena de deseo y pasión, a la mente de Alfred solo vino una cosa, su señora Keira habia arreglado las cosas y al fin se daría una oportunidad de ser feliz, las cosas no iniciaron de la mejor manera pero al menos ella estaba dispuesta a vivir mejor y eso hacia que el corazón de Alfred se sintiera mejor, quizá más relajado, el sabia que tenía una deuda pendiente, una que quería saldar pronto, ahora no fallaría, protegería a su señora así tuviera que entregar su vidaPASADO— Hola, ¿Cómo te llamas?— Mi nombre es Alfred joven señorita— Mucho gusto Alfred, mi nombre es Diane— Es un lindo nombre— Emmett dice lo mismo, je, je, je, je, je, ummm te he visto muchas veces por aquí, ¿Quien eres?— Aun no estoy autorizado para decirle joven señorita— Todos dicen que soy