Al día siguiente Rafael se levantó temprano, era día de exámenes con los chicos. Estaban los tres en el despacho sentados alrededor del escritorio con algunas hojas, lápices y colores que utilizarían.
“¿Listos?” Rafael preguntó con un cronometro en la mano, listo para activar.
Los chicos asintieron y se prepararon para contestar cada uno sus hojas.
“¡Ahora!”.
Los exámenes eran de todas las materias, Renzo era bueno en Español, ciencias entre otros por su parte David era muy bueno y rápido en matemáticas y razonamiento, ambos era niños excelentes.
Rafael anotaba los tiempos de cada uno en sus hojas, al terminar cada uno tenía que construir una réplica de algún edificio o lugar famosos del mundo desde la Torre Eiffel hasta una pirámide de Egipto tenían un tiempo determinado que con después de semanas ellos eran más rápidos y creaban estrategias para formarlo de manera adecuada, al final Rafael les extraía sangre a los pequeños pero esto lo hacía
Rafael entro con el niño a urgencias mientras lo examinaban, su mano tenía un pedazo de vidrio de una botella creando un corte cerca de la muñeca y de la vena. David estaba perdiendo mucha sangre, Rafael, lo llevo a quirófano para retirar el vidrio, pero antes le pidió a la enfermera que pidiera sangre para David, Ella regreso al quirófano. “Doctor Ibáñez, no hay sangre del tipo que pidió”. Rafael giro para verla mientras se preparaba. “¿Cómo es posible?”. Rafael tenía claro que la sangre de David era rara y tenía que ser precisamente la misma para la transfusión, ni siquiera Aurora era compartible. Rafael siguió asintiendo al niño para ganar tiempo, giro para ver a la enfermera, “Llama a Carlos y dile que busque en los hospitales cercanos, ¡Pero rápido!”. La enfermera salió corriendo, en la sala de espera todos estaban reunidos, la maestra les explico que todos los niños estaban pasando el rato en unos juegos mientras el autobús los recogía, Da
David escucho lo que su padre dijo, miro al hombre arado en la habitación y le preguntó. “Mamá ¿Quién es?”. Aurora miro por un momento a Damián y luego giro para ver a su hijo. “Es el señor Alcántara, hoy dono sangre para ti”. David lo miro detenidamente, algo en él, le parecía familiar sentía algo extraño en su corazón. David sonrió. “Gracias señor”. Damián se acercó y le sonrió, Aurora quedo perpleja el cabello negro, los ojos azules sus facciones y hasta la sonrisa de ambos… era tan parecidos. Se alejo un poco de ellos para mirar por la ventana estaba completamente angustiada y confundida, < ¿Porque el parecido era tanto? ¿Por qué David y Renzo son tan diferentes?>. “Un gusto ayudarte, ¿Cómo te llamas?”. “Mi nombre es David Ibáñez”. Damián frunció el ceño por un momento que el pequeño no noto, estaba disgustado al escuchar el apellido del niño. “Yo soy Damián Alcántara… eres muy valiente”. David levanto
Al salir del baño Rafael observo la habitación vacía, se puso su pijama y se recostó esperando a Aurora, pero ella nunca volvió, él salió a buscarla y no la encontró por ningún lado, hasta que llego a una de las habitaciones de invitados, giro la manija de la puerta, y se dio cuenta que estaba cerrada, Rafael cerro sus ojos recargando la frente en la puerta estaba a punto de tocar, pero al final dejo su mano en el aire. ¿Como enfrentar a Aurora? sabía que al decirle el secreto sobre los niños desencadenaría un montón de problemas. Barbara abrió la puerta de un lado. “¿Qué le hiciste?”. Rafael se levantó de la puerta y miro a su hermana con cara de frustración. Ella suspiro y le dijo. “Vamos a la cocina te hare un té”. Ellos bajaron a la cocina, ya era muy tarde, los empleados estaban dormidos, Barbara coloco la tetera en la estufa mientras sacaba dos tazas y el té de la alacena. Los puso sobre la barra donde Rafael pensativo recargaba
Rafael abrazo a Aurora mientras ella se ajustó a su pecho, levantó su barbilla con cuidado y la beso, ella entre sueños sintió sus labios moverse cálidamente, la somnolencia empezó a desaparecer, abrió los ojos y se topó con la cara de Rafael que la besaba cariñosamente, sus manos ya recorrían su cuerpo buscando seguir al siguiente nivel, pero Aurora lo empujo y se levantó de la cama acomodando su ropa. Rafael la observo desconcertado se sentó en la cama, Aurora prendió la lampara de la mesa y lo miró fijamente. “Ya estas listo para hablar y me vas a decir todo”. Rafael trago grueso. “No puedo dormir sin ti”. Aurora sonrió tristemente. “Mientras no contestes lo que pregunte no dormiré contigo”. “Aurora…” El suplicó. “No Rafael, quiero que me digas todo lo que paso aquel año, no me gusta que me ocultes cosas, si no me dices será mejor que salgas de la habitación”. Él se levantó de la cama y la miro detenidamente por un rato, quiso decir
Diana observaba a su amiga entrar a la casa cubrió su boca con sus manos sollozando. Aurora sonrió y los saludo cortésmente. “Hola”. Diana se acerco y la apretó fuerte en sus brazos, no podía creer que Alba estuviera viva. Aurora, aunque no la recordaba correspondió el abrazo Giovani ya le había puesto al tanto de su pasado. Mario también se acerco a ellas y le dio un fuerte abrazo. “Te extrañamos mucho Alba”. Diana trato de calmarse. “Pensábamos que estabas muerta, gracias a Dios estas aquí con nosotros”. Aurora sonreía. “Lo siento, pero he perdido la memoria”. Diana negó. “No te preocupes, lo importante es que estas con vida”. Los mellizos se acercaron y los saludaron cortésmente después de que Aurora los presentara. Después de charlan por un tiempo, Todos se dirigieron al cementerio donde descansaban sus padres, al ver la fotografía de la pareja en la lápida aurora sintió un dolor en su cabeza, imágenes de sus padres pasaron
Rafael se levantó de la cama. “¿Se desmayo?” Renzo le explicó. “Su presión arterial subió mucho”. “Esta bien niños, vayan a dormir llamare a su madre, descansen”. Los niños colgaron y se acomodaron en sus camas, Aurora terminaba de darse un baño cuando el teléfono sonó, ella lo tomo y leyó la pantalla para saber quien era la persona. Contestó la llamada. “Hola, Aurora”. Ella cerro sus ojos. “Hola”. Rafael al fin escucho su voz después de tantos días, la extrañaba mucho. “¿Cómo estás?”. “Bien”. Rafael caminaba por el lugar. “Se que tengo que explicarte muchas cosas, solo dame tiempo, no es fácil”. Aurora suspiro. “Lo sé, no es fácil decirme que experimentaste conmigo y con David y que creaste a Renzo”. Rafael se quedo en silencio. “¿Por qué Rafael? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no me dijiste? Todos estos años creyendo que ambos son tus hijos, ¿Por qué ocultarme tantas cosas?”. Rafa
Al terminar la comida, Renzo y David fueron al baño juntos, Aurora y Damián se quedaron sentados en la mesa. Damián observo a Aurora. “Son unos chicos increíbles Alba”. Aurora lo miro. “Mi nombre es Aurora”. Damián sonrió. “Está bien Aurora”. “¿Qué es lo que quieres Damián?”. Ella le preguntó duramente. El la observo detenidamente, su mirada era diferentes y lo llamo por su nombre. “¿Quiero recuperarte? ¿Quiero recuperarlos a los tres?”. Ella se apretó las cienes. “Ellos no son tus hijos Damián”. Damián tomo un sorbo de su bebida y la giro mirándola. “Son míos Aurora, aunque digas que no, ya sé que no los perdiste en aquel incidente, cuando desapareciste seguías embarazada”. Aurora lo miro de forma indiferente. “Yo no recuerdo nada de ese tiempo, además Rafael los ha criado y eso lo hace su padre, seria confuso para ellos meterles ideas de que tiene otro papá, espero que nos dejes en paz y siguas con tu vida”.
Álvaro intento detenerla, Einstein no le gustaban los extraños y podría morderla, pero milagrosamente el perro lamio sus dedos y estaba contento con ella. La siguió, mientras caminaba, él miraba su cuerpo, era muy atractiva, llevaba un vestido de tirantes floreado circular encima una chaqueta de mezclilla y unos botines negros, su cabello era largo hasta los hombros. Llegaron lejos del estacionamiento y la chica abrió la cajuela de un taxi viejo. Álvaro frunció el ceño. “¿Este es tu taxi?”. Ella asintió. “Es viejo, pero funciona muy bien”. Dijo dandole golpecitos al taxi con cariño. El estaba apuntó de negarse a viajar con ella, pero cuando vio a toda la gente buscando taxis subió al auto de la chica resignado. “Llévame al hotel Fontaine”. Álvaro le dijo para recargarse en el respaldo, estaba cansado de viajar cada ciertos meses, solo duraba en cada lugar hasta que la construcción se terminara y poder empezar una nueva en otra ciudad.<