Brando, que en ese momento estaba maldiciendo aquella malvada bruja, volvió a decir y la muy maldita no contenta con convertirme en un simple perro, al darse cuenta de que como un animal doméstico estaba llevando una buena vida, pues mi dueña me cuidaba y me trataba muy bien.

Ya que todos en su familia me trataban como un miembro más de esta, me infectó con el virus de la rabia y nadie se había dado cuenta de esto, ni siquiera yo que conocía los alcances de esa malvada bruja.

En un momento que estábamos jugando, aquella niña me recompensó con un beso en mi boca como siempre lo hacía, por haber hecho lo que me pedía a la perfección, de un momento a otro ya la estaba mordiendo y destrozándole sus labios y si no me la quitan de mi hocico, el daño hubiera sido peor.

Después de ese incidente me llevaron a la perrera y ahí fue cuando pude escapar y volver a la manada y los ancianos me volvieron a mi forma normal, ya te había contado varias veces esta misma historia, ¿acaso ya se te olvidó p