Bufé empujando un poco a Pedro que estaba recargándose en mi hombro y miré a Matt entrecerrando mis ojos mientras negaba despacio cuando me sonrió desde la celda frente a mí, así es…dije celda, el id*ota de Wesley nos arrestó desde hace unas horas por golpearlos, excepto a Carmen que estaba con Mateo alejada de la pelea, obviamente la mandé a la casa. -No los puedo dejar solos porque hacen un desastre… ¿no entienden que deben de pensar las cosas con la cabeza fría? —fruncí mi ceño al escuchar la voz de papá. —ustedes son peor que unos chiquillos, ahora estoy seguro de que tantos golpes les dañaron la cabezota. —papá se acercó en la silla de ruedas mirándonos molesto. —me sorprende más el saber que fue Matt quien empezó todo. -No empezó él y eso no importa ahora, no debiste salir del hospital. —le dije frunciendo mi ceño al recargarme en los barrotes mirándolo. —nosotros lo íbamos a resolver. -¿Cómo lo hicieron con su renuncia? Porque ya me enteré de eso. —rodé mis ojos separándome
Un camino de velas estaba frente a mí, al caminar por esté llegamos a un árbol repleto de luces, había una manta en el césped con almohadas, él dejó una canasta encima de una pequeña mesa, frente a esto se encontraba la pantalla de un proyector y el camino de velas seguía hasta una hermosa cabaña que tenía un moño rojo en la puerta. Miré a Matt sonriendo y mordía mi labio emocionada…jamás pensé recibir algo así, más porque no es un día especial, se siente extraño. -¿Te gusta? Traje un proyector, sé que te fascina ver películas, la comida chatarra. —dijo mientras encendía el proyector y mordí mi labio mirándolo, se veía bastante ansioso por mi respuesta. —y también un postre. —me dijo sacando todo y lo acomodó sobre la manta antes de acercarse a mí. -Es hermoso…yo…gracias, todo esto es hermoso. —sonreí abrazándolo con fuerza hundiendo mi rostro en su cuello y suspiré al sentir sus brazos a mi alrededor. —no creí que serías del tipo romántico, pero me gusta. —me sujetó de las mejillas
-¿Le pediste ayuda a Jasón? A la próxima que quieras que las cosas salgan cómo esperas dile a Carmen o a Marcus. —él sacó las esposas de la canasta y mordí mi labio negando despacio. —no usaré eso…tengo un pequeño problema con estar esposada o atada… -Pero no es necesario que las uses tú. —levanté mi ceja mirándolo curiosa y me acerqué a él colocando mis manos en su pecho. —estoy dispuesto a probar esto en mí, úsame a tu antojo. -¿En serio quieres que te ponga las esposas? —sonreí bajando mis manos al borde de su playera, pero antes de levantarla sujetó mi mano entregándome las esposas. Se quitó la playera aventándola a alguna parte de la habitación, mientras él terminaba de desnudarse yo disfrutaba de la vista de su abdomen marcado y reí sonrojada cuando se dio cuenta que me lo estaba comiendo con la mirada. -¿No crees que tu ropa está estorbando demasiado? —el tono de voz se volvió más ronco y cuando acercó sus manos para levantar mi blusa coloqué las esposas en una de sus muñecas
Ambos estábamos en la cama, la tenía abrazada de la cintura acariciando suavemente su vientre con la yema de mis dedos, mordí su piel antes de apoyar mi mentón en su hombro haciendo que ella pegará más su espalda a mi pecho. Sonreí al escucharla suspirar y sentir su mano sobre la mía, levanté un poco mi cabeza para mirarla mejor. -Me hubiera encantado estar contigo durante el embarazo, estoy seguro de que te veías preciosa con tu vientre abultado. —sus ojos estaban cerrados y sonrió. —me da un poco de tristeza no haber estado durante tu embarazo ni en los primeros días de vida de Mateo. -Yo estuve en coma casi todo el embarazo así que tampoco disfruté de eso, pero el dolor del parto sí que lo sentí, fue lo que me ayudó a despertar y fue algo difícil verlo en la incubadora, pero ahora está muy bien, ambos estamos con él. —giró un poco su rostro mirándome y acaricié su mejilla asintiendo despacio. -Sí, tienes razón, quizá después tengamos otro hijo. —sonreí viendo cómo se sentaba en l
Levanté una ceja sin quitarle la mirada de encima mientras me acercaba a ella, pero sentí en mis hombros las manos de Jasón evitando que siguiera avanzando. Respiré hondo tratando de calmarme, ya decía yo que cuando me pasa algo bueno después me pasa algo peor. -¿Anahí? Wow…te ves muy bien, hola. —rodé mis ojos quitando las manos de Jasón y miré a papá ignorando por completo a Sonia. -Sin rasguños, jalones de cabello, armas o cualquier herida grave. —dijo papá mirándonos y le hizo una señal con su mano a los chicos para que se quitarán. En cuanto se alejaron me abalancé hacia ella, al estar en el suelo me coloqué encima golpeando su rostro con mi puño un par de veces hasta que me hizo girar, cubrí mi rostro con mi brazo antes de darle un golpe en la garganta que la hizo quitarse de encima, al levantarme pateé una y otra vez su abdomen hasta que sentí que me levantaron alejándome de ella. -¿Qué está pasando? ¿Por qué mi*rda no las detienen? —Matt les gritó mientras me sujetaba con fu
-¿Por qué una sorpresa? ¿Qué hice o qué? —fruncí mi ceño al detenernos. —chicos no es que desconfié de ustedes, pero a veces me dan miedo. —murmuré tratando de no sonreír. -No hiciste nada, enana. —dijo Diablo y quitó su mano de mi espalda. —ya puedes mirar. —cuando Tato quitó sus manos abrí mis ojos mirando el auto frente a mí. —es para ti, queríamos darte algo de lo mucho que nos has dado. -¿Para mí? Pero…es que es… ¡Jod*r ¡me encanta! —corrí al auto acariciando el cofre y al abrirlo solté un pequeño grito emocionada. —chicos…esto es demasiado, no creo que debería aceptar, de seguro les costó demasiado. -Lo reconstruimos durante todo este tiempo para distraernos, lo hicimos pensando en ti y bueno ahora que estás aquí podemos dártelo, tardamos en darte la sorpresa porque le agregamos unas cosas más. —dijo Tato abriendo la puerta trasera y al asomarme reí levemente al ver el asiento para bebé. —le pusimos una tablet, aunque ahora es muy pequeño para eso, pero después le va a gustar,
*Narra Matt* Cuando Anahí se fue aliste las cosas de Mateo para salir e ir a la empresa de mi padre, ya que tenía algo que hablar conmigo. Al llegar las miradas se posaban en mi hijo y en mí, pero no quise alzar la voz para no asustar a Mateo, así que solo me dediqué a seguir caminando, al subir a su oficina fruncí mi ceño al ver una cabellera pelirroja en una de las sillas. -Buenas tarde, ¿para qué me necesitas con tanta urgencia? —al ver la silla girarse apreté mi mandíbula. — ¿qué hace ella aquí? -Hola Matt…también me da gusto verte. —ella se levantó acercándose a mí para abrazarme, pero se detuvo al bajar la mirada y ver a Mateo. — ¿Ese bebé es tu sobrino? No sabía que Alexa había tenido un bebé, felicítala de mi parte. —acercó su mano a la cabeza del pequeño y la sujeté antes de que pudiera tocarlo. -No tienes por qué estar enterada de la vida de mi hermana, pero no, no es su hijo…es mío, Nadia. —quité su mano bruscamente y caminé unos cuantos pasos más para quedar frente al e
Le pedí a la secretaria de mi padre que nadie nos molestara antes de entrar a la oficina azotando la puerta. Mi padre me miró confundido, pero después su rostro se endureció haciendo un ándame para que me sentara frente a él, pero negué despacio respirando agitado. -¿Es verdad lo que ella me dijo? ¡¿Me engañó con mi hermano?! —pregunté molesto apoyando mis manos sobre el escritorio. —quiero la m*****a verdad, ¿por qué no me dijiste nada? quedé cómo un imbécil, se burlaron de mí. -Primero cálmate y siéntate. —respiré hondo tratando de calmarme y me senté frente a él. —lo que vi fue a esos dos en la oficina teniendo sexo, ellos dijeron que se iba a terminar en ese instante, pero no fue así, en cuanto me enteré le cerré las puertas de la empresa y de nuestra familia, le pedí que te dijera la verdad, sin embargo, cuando se fue no me atreví a decirte la verdad…por eso insistí en que te alejarás de ella. -¿Sabías que no abortó? ¿qué tuvo una hija mía? —negó despacio frunciendo su ceño e h