Mis manos estaban temblando, mi pecho dolía enormemente y mi pulso estaba demasiado descontrolado, el dolor punzante no era solo en mi abdomen, también en el cuerpo.“Mi abdomen, mi bebé” En general me sentía destrozada, podía escuchar los gritos de las personas afuera, podía escuchar tantas cosas, pero la voz de Stan no. No lo escuchaba, intenté tocarlo pero sus manos estaban frías. —Señora Alice, vamos a sacarlos —era el jefe de seguridad de Stan. —No responde, Stan no responde —es lo único en lo que pienso y lo digo rápidamente, para que entiendan que deben auxiliarlo primero— ¿Qué pasó? —logró preguntar con el rostro lleno de lágrimas. —Los chocaron de frente, un auto de basura. El conductor salió huyendo, aunque estaba herido, es posible que lo encontremos. Estire mi mano, aún con el dolor punzante sobre mi cuerpo, alcance los dedos de Stan, estaban fríos. Demasiado fríos y las lágrimas se volvierona agonizantes, la garganta ardía y sentía cuchillos penetrar en mi corazón.
Los pies de Virginia se movían presurosos por el pasillo del hospital, dos meses después y mientras su pequeña barriga crecía y ella trabajaba sin descanso en el despacho, había recibido una llamada.Aiden había despertado. Su pecho se conmocionó, había llorado y había sentido la emoción de conectar con su bebé, yo la esperaba cerca a la puerta de Aiden, donde nadie podía entrar porque seguían examinando al que recién abría sus ojos. El hombre milagro. Dijo una enfermera.—¿Qué te han dicho? —Virginia, ten paciencia. Llevan como dos horas con él allí adentro. —Alice, sí no...—Ya despertó, es lo importante, es lo que necesitábamos. —Lo sé. Gracias por tanto apoyo. —¿Sabes algo de ella? —Si, los contactos de la hermana de Stan, la encontraron. Tal como dijiste se estaba escondiendo con sus padres. Ella estaba en una de sus propiedades. —¿Y? Pero no pudimos terminar la conversación, los doctores salieron y nos dejaron entrar, aunque yo decidí entrar unos minutos después que Vir
ALICE. Las lágrimas de esa mujer se ven honestas y reales, tras sus pasos llegó corriendo Samantha que venía sonrojada y no supe interpretar si aquello era por la carrera o porque su madre llegara así, de una forma tan sorpresiva. La chica estaba avergonzada y me lo dejó saber, sin embargo yo estaba como pegada al piso y no pude decirle absolutamente nada más. —Alice… Yo creo que nos vamos y.. —¡No! —la mujer tomó a Samantha de la mano y la miró con una profunda tristeza— Sam, por favor. —Mamá, no depende de mí, entiende que Stan… —No se si el te quiera ver y lo más probable es que hubiese estado reacio a decir que sí, pero supongo que no tiene nada de malo. Tome de la mano a la mujer y entramos en la habitación, caminamos un par de pasos y cuando llegamos junto a Stan sus lágrimas fueron más fuertes. —Sé que lo que te voy a pedir es difícil, pero no llores. Eso no le sirve a Stan. —Si, lo siento. —Y no le hables como si no estuviese vivo, porque lo está. Era cierto, pa
La sonrisa de Paris era como la de una reina de belleza, falsa y obligada, estaba casi sin maquillaje y su ropa que siempre había sido elegante y a la vanguardia, ahora era la de una mujer recatada y tranquila, casi parecía una ama de casa, de esas que no rompen un plato. Pero era Paris, ella ya estaba próxima a comprar una vajilla, nuevamente. —¿Entonces eso significa que este hombre estuvo todo el tiempo secuestrado por Stan? —Si, y no tienen forma de desmentirme, las imágenes son claras.—Si, pero Alice y la demanda que tiene en su contra por intento de homicidio múltiple…—Es un montaje, estoy aquí frente a ti, soy libre —hija de… Si estaba libre es porque su padre había pagado millones para que saliera bajo fianza. Mi madre y yo estamos frente a esa pantalla, mirando la entrevista y tomadas de la mano, el acontecimiento anterior nos había separado por segundos, pero ambas teníamos claro que teníamos que estar más unidas que nunca. Mi padre continuaba al frente de las empresa
ALICE. Ambas miramos a través del cristal, el rostro sonriente y tranquilo de Paris, de verdad era asombrosa la capacidad de esa mujer de mantenerse fresca y radiante ante tal situación. —Esta mal de la cabeza —le dije a Virginia que no paraba de acariciar delicadamente su panza más notoria que la mía —Mucho, pero no voy a dejar que la procesen por eso, tiene que pagar como la criminal que es. —Virginia, la quiero en el calabozo más profundo de la tierra. —Así será. Los abogados de Paris y sus padres estaban moviendo cielo y tierra, pagando dinero a todo aquel que les prometía o les aseguraba que la iban a ayudar a judicializar como una mujer con problemas mentales, pero Virginia se había adelantado a todo aquello. Se había adelantado ella y su equipo de abogadas asesinas, así solía llamarles yo de manera divertida, porque eran varias chicas que en su trabajo eran letales y conocidas. El listado de cargos que se le imputaron a Paris iba desde e****a, lavado de activos y los
STAN. Abro mis ojos lentamente solo para darme cuenta que la cabeza aún me duele horriblemente, me sigo sintiendo mareado y aún no se muy bien qué es lo que está sucediendo, intento recordar, intento que mi mente funcione, pero es como si todo estuviese en blanco para mi. ¿Por qué me cuesta tanto mover mis piernas y mis brazos? Es como si pesarán una jodida tonelada. Además el frío que siento es doloroso, quiero… ¿Qué quiero? ¿Cómo me llamo? ¡Maldita sea! No puedo recordar prácticamente nada. Sin embargo había una voz, esa voz que gritaba estruendosamente cuando abrí mis ojos y vi al hombre con el arma en mi frente. Ella me llamó por un nombre, ella estaba llorando y eso de alguna manera me hizo llorar, la vi siendo arrastrada a la fuerza por un camino que no era mía, luego la lanzaron como si fuese una pluma y se golpeó la cabeza, pero yo no me podía mover para ayudarla, pobre chica. Tal vez si lograba ubicarla ella me podría ayudar a recuperar la memoria, pero lo primero que
STAN. Pude contar y exactamente han pasado 10 días desde que abrí los ojos, la chica rubia se ha portado muy bien conmigo y me ha contado historias sobre mi vida, una y otra vez me recuerda que ella era mi novia, que estábamos comprometidos y que mis padres murieron. Que mi única familia es ella y que por ahora estamos lejos de casa para que mi cuerpo y mi mente se recuperen correctamente. Mi cuerpo no me preocupa demasiado, he podido recuperar las fuerzas correctamente y el tipo que se encarga de mis terapias me ha ayudado demasiado, aunque nunca me dice nada, excepto las instrucciones para los ejercicios. Le he preguntado si se sabe mi nombre completo, si sabe de donde vengo, si sabe algo que me pueda ayudar a recordar, pero el tipo solo me dice que espera que me recupere pronto. La chica que me entrega la comida ni siquiera me mira a los ojos y los guardias que están por toda la enorme casa de campo, me ignoran todo el tiempo, solo me ayudan a subir y bajar en esa horrible sill
ALICE.—Alice, hija, abre tus ojos. —Madre, yo… —Alice, debes comer, por el bebé, por Ismael. El golpe había sido grave, estuve varios días inconsciente y que aún tuviese bebé, solo era un milagro que nadie en ese hospital podía creer. Había pasado de estar cuidando a Stan a ser ahora una paciente más. No teníamos rastro de su paradero, Paris supo ocultarse perfectamente entre la ciudad y el único registro que dejó fue el de ella saliendo del país junto a Stan, algo que estaba segura había hecho a propósito. El dolor, la impotencia, la ira, la amargura me estaban gobernando, la estaba dejando ganar, pero es que yo también estaba cansada. Le había jurado a ismael que todo estaría bien y ahor ami niño tenía sus ojos hinchados por que ya no tenía a su papá, a ese que visitaba todos los días y le narraba historias para que abriera sus ojos pronto, ojos que me miraron antes de caer y que estaban llorando cuando yo lo llamaba. No sabía si me había recordado, no sabía si estaba bien,