ALICE.—Mamá, necesito tu ayuda.—¿Te sientes bien, hija?—No, ven a casa. Hoy le dije a Stan que no podía ir a trabajar. Pero no me siento bien.—Enseguida voy.Colgué la llamada y caminé hasta la cocina, me sentía mareada y débil, parecía que mi cuerpo no respondía a mis órdenes, ni a lo que yo quería y necesitaba. Más temprano esa mañana lo único que pude hacer fue bañarme y tomar un desayuno sencillo que saqué de mi sistema más rápido de lo que había entrado.Tenía un retraso en mi periodo, uno grande, sabía que era una opción muy grande que estuviese embarazada, pero con tantas cosas pasando en nuestras vidas, no me había tomado el tiempo de hacer lo correcto, ir al medico por una prueba de embarazo.Sin embargo, mi malestar de ese día era extraño, los síntomas no eran los mismos de los que había tenido días atrás. El vómito y el mareo, los dolores de cabeza y mucho deseo por Stan. Ese día en especial, me sentía cansada, mareada pero como si hubiese bebido mucho alcohol y mis pi
VIRGINIA.—¿Cómo es posible que ella...—Alice debes calmarte, ella simplemente se adelantó a nuestro plan. Pero debemos mantener la cordura.—¿Cordura? ¿Me pides cordura? esa loca está diciendo que yo obligue a Stan a estar conmigo, está amenazando con mi hijo, está diciendo que yo golpeo a Ismael, que tengo a Stan conmigo contra su voluntad.Alice no me estaba ayudando para nada en mi labor para protegerla, la fundación de Aiden estaba haciendo muy bien su trabajo, la publicidad estaba por todas partes con el rostro de Alice como la abanderada de su causa, proteger a las mujeres del abuso doméstico. Lo que no era demasiado coherente con las acusaciones de Paris y todo el caos a su alrededor.&nbs
ALICE.Mis ojos no se mueven de la pantalla del celular. Estoy colapsando y mi cuerpo se siente frió. Mi padre está a mi lado y mi madre mantiene a Ismael entre sus brazos. ¿Por qué me estaba pasando todo eso a mi? ¿Por qué mi amor por Stan tenía que ser juzgado, señalado, pero sobre todo dañado?Escucho el sonido de un celular y me concentro en ese sonido como si nada más existiera. Como si todo lo que estuviese pasando fuese una mentira. Y simplemente dejo mi mente en blanco. Metí mis pensamientos en el pasado, llevé mi mente a recuerdos felices y alegres, en aquella época en la que Stan y yo éramos unos niños y nos teníamos el uno para el otro, allí en medio de esa inocencia que nos caracterizaba y dónde éramos intocables por el odio y lo que estaba pasando frente a nuestros ojos.—Hija, debemos ir —mi madre habló en voz baja y me sacudió ligeramente de un hombro. —¿A dónde? —¿Acaso había un lugar seguro para nosotros al que ir? ¿Un lugar en el que nos pudiéramos refugiar? —Por
STAN—Stan, no puedes hacer esto. No te lo voy a permitir —sus manos estaban apoyadas a lado y lado de la mesa, me miraba con rabia e impotencia.—No es tu decisión. No quiero que sigas siendo mi abogado, ni mi representante legal.—Hoy obtendrás tu libertad temporal. La jugada de Alice nos dio mucho tiempo, más de lo que esperábamos en realidad. Quiero entender, porque me estas pidiendo...—No tienes nada que entender Virginia. Nada. Es mi decisión y...—Y cuando Alice se entere, le romperás el corazón —se enderezo completamente y me miró despectivamente—. Y si tengo que declararte invalido mentalme
AIDEN.—Virginia, no era necesario que... —Si, Aiden, si era necesario y será necesario siempre, hasta que entiendas que entre nosotros no pasa nada. No necesito que me cuides, que me quieras proteger, no necesito nada de ti. —¡¿Entonces cuando tenemos sexo, tampoco lo necesitas?! —Tampoco —sus ojos me miraban firmemente y se veía tan fría como decidida en sus palabras. —Virginia. —¡¿Qué?! —grito exasperada, mientras dejaba sus zapatos en la entrada del apartamento. —Te perdí. —Aiden —se tomó un tiempo para responder, soltó el aire y yo sabía de algún modo la respuesta—. Si. Hace mucho que me perdiste, hace mucho que ya no soy tuya como un día lo fuí. Lo siento pero no busques en mí un pasado que tú mismo ayudaste a acabar. —Quiero una oportunidad. La merezco —no me iba a rendir. —No la mereces y aún si yo quisiera de verdad darte un chance, es imposible Aiden. Ya no encuentro formas lógicas para que encajes en mi vida. Yo avance y si tu no puedes, yo... —Por favor. Sus ojo
ALICE.Es posible que la vida juegue en contra de las buenas personas, pero aún más posible es que las buenas personas sufran por el actuar de las personas malas que viven la vida sin sentimiento de culpa, sin amor y sin amar. Porque una vida sin amor no solo es triste y vacía, una vida sin amor es todo menos alegre y feliz, es una vida amarga y la amargura es un trago que deja huella por donde pasa.—¿Estás segura?—Si, no pienso vivir con arrepentimientos.—Pase lo que pase, eres el amor de mi vida, eres lo que nunca imaginé pero lo que siempre quise, Alice.—Y tú, Stan, por siempre y para siempre serás el mejor hombre del mundo, el amor de mi vida y el único que sabe darle paz a mi vida.El lugar estaba listo. Todo era blanco en combinación con tonos rosados, la función estaba por empezar y yo no estaba dispuesta a detenerme, aunque todo fuese una completa farsa. Aunque todo fuese simplemente por hacer que Paris se incendiara aún más en su odio infinito por mi y por lo que yo había
—¡¿DÓNDE ESTÁ?! —el hombre gritaba como un loco. Estaba a pocos pasos de Stan, pero no me podía mover, junto a mi estaba su ahora confesa hermana que apretaba los puños con fuerza.—¡Buscamos a una chica! Alice Harper, no es tan difícil —ese hombre gritaba con demencia y mi cuerpo se tenso. ¡Maldita Paris!El llanto de una mujer se escuchaba por el lugar. Cuando levanté mi cabeza un poco, pude ver que habían 3 hombres. Uno sostenía a Virginia por el cuello mientras le apuntaba con un arma, otro había sometido a nuestra asistente de rodillas y también le apuntaba con un arma. Sentí como mi cuerpo se ponía demasiado frío, el miedo se apoderó de mí e inmediatamente mis manos fueron a mi abdomen bajo. La hermana de Stan me miró y se puso de pie sin duda.—Soy… soy yo —dijo casi inaudible—. Soy Alice Harper.Se hizo un silencio frío y parecía que los tipos tenían miedo o dudas. Pero inmediatamente liberaron a las dos chicas, Virginia siendo Virginia se acercó a la chica y la abrazó intent
Mis manos estaban temblando, mi pecho dolía enormemente y mi pulso estaba demasiado descontrolado, el dolor punzante no era solo en mi abdomen, también en el cuerpo.“Mi abdomen, mi bebé” En general me sentía destrozada, podía escuchar los gritos de las personas afuera, podía escuchar tantas cosas, pero la voz de Stan no. No lo escuchaba, intenté tocarlo pero sus manos estaban frías. —Señora Alice, vamos a sacarlos —era el jefe de seguridad de Stan. —No responde, Stan no responde —es lo único en lo que pienso y lo digo rápidamente, para que entiendan que deben auxiliarlo primero— ¿Qué pasó? —logró preguntar con el rostro lleno de lágrimas. —Los chocaron de frente, un auto de basura. El conductor salió huyendo, aunque estaba herido, es posible que lo encontremos. Estire mi mano, aún con el dolor punzante sobre mi cuerpo, alcance los dedos de Stan, estaban fríos. Demasiado fríos y las lágrimas se volvierona agonizantes, la garganta ardía y sentía cuchillos penetrar en mi corazón.