capítulo 50
MI ESTÚPIDO HERMANASTRO.

CAPÍTULO 50.

Trataba de abrir los ojos, pero los sentía demasiado pesados, en el lugar donde estaba todo era oscuridad, escuché algunas voces que no lograba reconocer, gritos, cosas que decían, pero nada era claro. Empecé a sentir como si me movieran de un lugar a otro mientras toda mi vida pasaba en imágenes rápidas.

—¡Está perdiendo mucha sangre! —exclamaron.

—Abran el quirófano —alguien ordenó.

Traté de pelear contra las náuseas y el dolor, trataba de moverme y gritar, pero nada en mi respondía, mi cuerpo no me respondía, ni mis sentidos, nada, todo era oscuridad, tristeza y dolor. Lo peor, yo no quería salir de ese lugar, solo quería permanecer ahí para no sentir. Al día siguiente solo había más dolor en mi cabeza, mi pecho, mi alma, un dolor en la parte baja del vientre que me hacía quejar, solo sentía dolor y dolor. Seguía en una oscuridad espesa. Sollocé.

—¿Dónde estoy?

Aunque lo intenté, no podía abrir mis ojos, las voces poco a poco se iban acla
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