“Has perdido completamente la cabeza William”
El día del baile, Rachel había llegado a mi departamento desde la mañana asegurándose que no me fuera escapar, así que decidí encerrarme en mi habitación, que fastidio estar en cautiverio en tu propia casa. Decidí ver si se encontraba conectado esa “Ranita”, pero ni sus luces. Furioso encendí un cigarrillo observando de nuevo por mi ventana, y ahí estaba de nuevo, esa extraña chica rubia con su rostro triste, tenía en las manos una enorme caja, se veía que platicaba con alguien a quien no pude distinguir, supongo que será el anciano de la otra vez, “¿Qué te importa Will?”
Encendí más cigarrillos que perdí l
Había tomado la oferta que me ofreció Rachel, aun a pesar de mis enormes ganas de quererme irme lejos aprovechando el hecho de que me perdí de vista al tío Peter… Después de que Caty me dio la idea de que no renunciara a mi papel de chico, tendía que buscar un lugar donde vivir por el momento, tal vez era buena idea el seguir trabajando, al ser un chico no me encontrará tan fácil, también porque por lo que vi anoche, el tío Peter no conoce ni tiene relación alguna con la empresa de William, eso también es favorable para mí, pero solamente el hecho de volver a verle hace que me recorra un escalofrío en todo mi cuerpo. Leí la servilleta quedándome perdida en mis pensamientos hasta que un leve golpe que me dio mi amiga, reaccioné continuando con mi llamada con Rachel. Le explique superficialmente que tenía problemas, que por ser personales no quería involucrarlos a lo laboral. Entre que no importaba y en que contaba con su apoyo, Rachel prácticamente me forzó a explicarle, obviame
No puedo comprender el plan que tenía en mente Rachel, pero conforme han pasado estas dos horas que llevo en el departamento ha sido incómodo, Willam no ha dejado de maldecir infinidad de veces que lo forzara su hermana a que viviera yo con él. Utilizo de pretexto que ocuparía mi ayuda para asesorarlo el mayor tiempo posible y se entregara cuanto antes los videojuegos para el campeonato. Decidí salirme en medio de una pelea de los hermanos, Caty me aviso que ya tenía la ropa de su novio, pero fue inútil, Rachel me subió a la que se suponía sería mi habitación, era la puerta al lado de la habitación de Will. Antes de entrar rogué a Dios que aquel lugar tuviera un baño separado, tendría que ingeniármelas para que no me descubrieran, o al menos en lo que se me ocurría como irme de aquí, tengo planeado seguir hasta poder ahorrar un poco de dinero para irme algún lugar lejos y ya volver a Nueva York para reclamar mi herencia apenas cumplidos los 21 años que me exigen. Tuve suerte de que
¡Rayos!, ¡Estoy harto de todo esto! Desde que Marion trajo a este rubio entrometido a mi casa, no he tenido un momento de tranquilidad, estoy vigilado las 24 horas del día. El día mi cabeza había estado estallando, no pude quitarme de la mente cómo es que esa tonta chica me despreció. Me dejé llevar por lo que sentí en ese momento y le di el privilegio de que pasara la noche conmigo, no solo hablo de haberme acostado con ella, me inspiró una extraña confianza cuando la encontré llorando en Central Park, esa sensación me inundó por completo, no me permitió llamarle al acostumbrado taxi como con otras mujeres con las que he pasado la noche, e inclusive con Sabine. Todo parece indicar que tendré que buscar un nuevo departamento, ¡Gracias Rachell!, acabas de arruinar mi refugio... Todo el domingo me la habia pasado sin poder quitarme ese maldito dolor de cabeza, no puedo creer que ¡Esa tonta chica me haya rechazado! ¡Qué le pasa! Conforme avanzó el día, me venía su recuerdo a mi
Colgué el teléfono gritándole a Sabine que la esperaría esa tarde, espero aguantar hasta esa hora Arroje el móvil sobre la cama maldiciendo una y mil veces lo que acababa de hacer, ¡Te estas volviendo loco William! Me acerque al computador para borrar mi nueva creación, hasta que... - ¡Buenos días "Corazón"!... - esa voz tan chillona que me aturde.- ¡Qué diablos haces aquí Rachell-me gire para gritarle tratando de ocultar la pantalla,- Pero hermanito, ¿No te alegras de verme?- dice haciendo una mueca de tristeza. - ¡No!, ¡Largo de aquí!, y... ¡No me vuelvas a llamar "Corazón"!-le gritó furioso, intenté llevar una de mi mano tras de mí para alcanzar el monitor y tratar de apagarlo.- ¡Vamos hermanito!, vine a ver como habían pasado la noche René y tu- dice mientras se va sentando sobre mi cama. - ¡Qué me importa ese tipo!, y no digas cosas con doble sentido - le gritó furioso mientras mi mano continúa buscando el apagador.-¿Doble sentido?, ¿No comprendo?- dice sin comprender.-
-Lo, lo siento CEO, es solo que… - parezco que soy retrasada mientras trato de explicar mi estúpida idea de averiguar si él estaba aquí. "Por dios Rene, Era obvio que estaría aquí" Permanecí unos segundos tratando de recordar cómo es que termine frente a su puerta. Habla escuchado los gritos del CEO hacia Rachel, después escuché cómo llegó Marion justo cuando estaba vistiéndome, para mi mala fortuna tuve que volver a vestirme con la misma ropa de ayer, me urge ver a Caty. Escuché como comenzaron a discutir, no comprendí nada de lo que decían, solo unos golpes y lamentos. Estúpidamente decidí salir de mi nueva habitación, mis pensamientos me traicionaron, por un lado, pensé que se había ido a la oficina, por otro que se lastimó de alguna manera, puesto que se escucharon un par de sollozos de dolor, aunque también... pudiera ser que que estuviera con alguien haciendo… Fue más mi inquietud que terminé caminando hasta su puerta nada convencida, estaba todo en silencio, creí que
-¿No piensas responder?- No me atrevo a girar a verle. Pasan unos segundos en los que me mantengo en mi lugar sin poderme mover, mientras que Will se escucha como se va acercando. -I¿Acaso ahora ya eres sordo?!, ¡Te hice una pregunta!- gruñe furioso. Me levanté del piso lentamente, me giré hacia el cabizbaja, algo dentro de mi duele -lo-lo siento CEO-digo en un hilo. - ¡Genia, que faltaba!, ¡Ahora resulta que eres un busca pleitos!- grita haciendo que retumben sus palabras en mi mente - Más vale que te mantengas al margen, por mi esta noche estarías en la calle para seguir peleando, date de suerte que no estoy de ánimos para aguantar a Rachel - dice mientras se regresa a la cocina. -L-lo siento CEO... - le respondí con un hilo de voz. Con la mente en blanco tomé los materiales de curación, subí a mi habitación donde mejor tomé una ducha con un enjambre de pensamientos en mi cabeza. Cuando sali continué curando mis heridas frente al espejo del baño, veo mi reflejo sin poder re
Limpié lo más rápido que pude, espero no baje Will, me repetía una y otra vez en mi cabeza, cuando deje todo reluciente, me dedique a buscar algo para comer, en estos días no han traído el supermercado, saque lo poco que encontré. Como pude termine de cocinar un par de huevos con un poco de tocino, una manzana algo pasada y un zumo de naranja que estaba abierto desde hace días. Comencé acomodando todo en una charola para subirlo a mi habitación, cuando escuché que tocaban la puerta, deje todo en la barra de la cocina, tenía que abrir, ese es mi trabajo aún. Apenas si me acerqué a la sala, vi como Will se pasó de largo abriendo aquella puerta, ágilmente me oculté regresando a la cocina de donde no pude escuchar bien, solo que al abrir la puerta distinguí una voz de un hombre con quien el CEO hablaba. A los pocos segundos cerró la puerta para seguir de largo hacia las escaleras, después de que paso me asome un poco y pude ver como cargaba una caja de gran tamaño que por poco y no
Salimos de aquella oficina, Marion había alcanzado a Rachel quien hervida de coraje, mientras que yo trataba de no caerme por culpa del peso de aquella caja. Al llegar al ascensor tuvimos la suerte de ir a solas, por los que Rachel se desahogó con Marion, comenzó a contarle lo humillante que fue para ella aquella vez en un restaurante que ha sido nombrado como el nuevo 5 estrellas Michelin. Marion intentó animarla un poco, pero su llanto apareció dejando un poco corrido su maquillaje. - ¡Lo sentimos René !, tenemos que ir al tocador para que trate de tranquilizarse Rach - dice Marion tomando de un brazo a su amiga. - No sé preocupen, entiendo - digo sin más mientras sigo peleando en no tirar la caja. - Vamos a llegar al tocador del piso 16, dónde está mi oficina, ha y René , te pido de favor que le entregues a William y te asegures de que empiece a trabajar en ello hoy mismo - me ordena Marion señalando la caja. - Por supuesto - le respondo. - Puedes pedir un taxi en la recepc