Ivanna Kridmman─ ¿Podrías decirme que hacemos en una plaza? ─ Le pregunté a Maximiliano, al ver que estacionaba el vehículo en plena plaza. ─ ¿Recuerdas esta plaza? ─ Me preguntó. ─ Por supuesto, es la plaza donde solíamos venir, ─ le respondo mientras él, sonríe guiándome hacia un frondoso árbol, que tiene una cascada de ramas que hacen como especie de una cueva donde sus hojas y ramas no dejan ver nada de afuera hacia adentro, es decir, hacia su tallo. Maximiliano, abrió unas de las ramas como si fuesen unas cortinas para que pudiésemos ingresar, recordé que esto lo hacíamos cuando niños para jugar al escondido y cuando adolescentes para estarnos toqueteando alejados de ambas familias, pero ahora, estábamos bien grandecitos y no necesitábamos para nada buscar un refugio para adolescentes inexpertos. ─ ¿Qué hacemos aquí? ─ Le pregunté al notar que se sentaba a los pies del árbol y me llevaba hasta su regazo.─ ¿No te trae recuerdos este lugar? ─ Preguntó con una sonr
Ivanna KridmmanSilenciosamente llegamos a la casa, preparé el baño para Ashley, la niña estaba eufórica con la noticia y sólo hacía preguntas de: ─ ¿Cuándo será la boda? ¿Cómo sería la fiesta? ¿Donde sería la fiesta? Y yo, en ese momento no sabía cómo responderle.─ Debemos planificar todo, pequeña. Todavía no sé cuándo, cómo, ni donde será la boda ─ musité.─ Pero, tía. Eso hay que planificarlo rápido antes que mi papá se arrepienta, ─ musitó la pequeña haciendo un puchero de preocupación. Sonreí con sus pensamientos hechos palabras.─ El que menos se arrepentirá será Maximiliano. ─ Pensé observando a la pequeña imaginando todo lo que habrá percibido en el matrimonio de sus padres. quizás ha escuchado a Maximiliano, hablando del arrepentimiento de su matrimonio con Gianna. ─ ¿Qué te hace pensar que tú padre se arrepentirá? ─ Le pregunté a mi pequeña sobrina.─ Ella frunció el entrecejo y su mirada era cautelosa. ─ ¿Confías en mí? ─ Le pregunté.─ Sí, tía. ─ respondió observándome
Maximiliano FreetmanEstos dos días he sentido que Ivanna y Jordan, se han unido nuevamente. Quiero pensar que es por el procedimiento de Quimioembolización de Ethan, ya que la siento un poco alejada. Creo que el pedirle que nos casáramos ha causado una pequeña brecha entre los dos. No puedo evitar sentirme frustrado y celoso, con él pensaba casarse y hasta ya habían hablado de tener hijos; en cambio conmigo prácticamente se vio obligada por su padre. Hasta siento que la acorralamos, quizás eso sea lo que la tenga con ese proceder, hasta la salida para pasar la noche en un hotel se vino abajo. Muy educadamente me rechazó con la excusa de que estaba indispuesta. ─ Vamos para la casa de tus padres, necesito hablar con el oso, antes de hospitalizar a Ethan. ─ Solicitó Ivanna, y allí estaba otra vez, la palabra oso, esas tres letras que presentía se había convertido en una forma de expresión afectiva entre ellos. ─ Pensé que ya habías aclarado todo con él, ─ mencioné sin ocultar el
Maximiliano Freetman─ ¿Ya el abuelito Ethan está bien? ─ Le preguntó mi hija, a su tío Jordan. ─ Debemos realizar unos estudios en unos días, pequeña. ─ Le respondió Jordan, con una sonrisa reflejada en su rostro. Ivanna, lo observó con cara de preocupación. ─ Todo va bien, ─ pronunció Jordan y se le acercó a Ivanna, abrazándola y besando su frente para tranquilizarla, yo solo observé a ambos. Había pasado una semana desde la salida de Ethan, del hospital, el cual se recuperaba a paso lento. Ashley, había asistido a sus dos terapias semanales y Nathalie, había hablado con Ivanna y conmigo. Como sugerencia debíamos separarnos un poco más de la niña. Cómo consejo sugirió una salida un fin de semana con sus abuelos o su tía, para ir bajando los niveles de dependencia y que la niña, se diera cuenta que una separación momentánea o temporal no sería un abandono. Jordan y Abigail, se despidieron de todos. Ambos se iban juntos para los Ángeles, la relación entre ellos parecía haber
Maximiliano Freetman─ En los Ángeles, tomé la decisión de olvidarte, ─ declaró siguiendo enfocada con cada botón. ─ Al principio fue tan dificil, todo me recordaba que existías, que te amaba y que me habías traicionado con mi hermana ─ musitó.─ Yo nunca te traicioné ─ le aclaré. ─ Por favor, déjame explicarte lo que siento, ─ interrumpió abriendo completamente la botonadura de mi camisa y acariciando lentamente desde mis pectorales hasta mi bajo abdomen. ─ Principalmente mi padre, te traía una y otra vez a mi memoria, con las constantes llamadas a mi madre, dándole a conocer que no querías responderle a Gianna. Yo, me ahogaba en el dolor. Cuando se casaron todo cambió, me hice la idea de mi cuñado, pero los recuerdos de nosotros dos, durante años me persiguieron. Tus besos, tus caricias, tus dedos y tú boca en mi piel, me llenaban de rabia recordarlo con dolor, me atormentaron durante cuatro años, porque ahora te sentía ajeno, eras de ella, no podía continuar con ese tor
Maximiliano FreetmanUn sonido lejano se escuchaba, la claridad de la habitación molestaba mis ojos, observé el ventanal que se nos había olvidado correr la cortina, el ruido cesó dándome cuenta que era mi teléfono, observé a la mujer desnuda que tenía envuelta entre mis brazos y piernas, no sabía que horas eran, sólo deseaba seguir en esa posición con mi novia. Otra vez el molestoso ruido llamó mi atención, pero esta vez era el celular de Ivanna, sabía quién era, así que estiré mi brazo tomando el celular de la mesa de noche. No me equivoqué era Ashley, que ya estaba inquieta. ─ Amor, ahora vamos, tú tía todavía está dormida, ─ interrumpí su parlamento y me sorprendió cuando mi hija me señaló que eran la una de la tarde. Ivanna, se movió entre mis brazos. ─ Anoche nos acostamos tarde, amor. Ahora te pasamos buscando, ─ le indiqué a mi hija, besé ligeramente los labios de mi novia al notar que había despertado. Ivanna, quitó el teléfono de mi oreja. ─ Buenos días, mi amor ─ salud
Maximiliano Freetman─ Es muy tarde, Valerie. Mejor nos vamos ya, ─ le dijo Samuel, a su esposa que estaba observando una revista con Ivanna y mi hija, en sus piernas con sus ojitos pequeños del sueño. ─ Recuerden que la próxima semana nos iremos a los Ángeles y viajaremos con Ashley ─ expresó Valerie, a mi hija se le desapareció el sueño con una chispa reluciente de alegría en su rostro y una sonrisa de oreja a oreja. Todo lo contrario de mi novia y yo, que nos observamos ya que temíamos una recaída por la separación de ambos, así hubiésemos acordado unirnos nosotros unos días después. Ivanna, debía renunciar en su trabajo en los Ángeles y luego buscar a Jordan, Abigail y al señor McCarthy, para seguir a unas vacaciones planificadas por Valerie, en Miami. No me gustaba mucho la idea porque allí pasaron una especie de luna de miel Ivanna y Jordan, aunque nosotros tuvimos en Miami, muchos momentos en nuestra infancia y adolescencia.─ Ya todo está preparado, ─ Continuó mi
Maximiliano FreetmanEstábamos en el aeropuerto despidiendo a mi pequeña que viajaría a los Ángeles, con su tía Valerie y Samuel. La pequeña estaba muy entusiasmada, sin embargo, la preocupación por la distancia estaba latente en todos. Era la primera prueba de fuego que tendríamos con mi hija, el vuelo estaba siendo anunciado para el abordaje, la pequeña con una gran sonrisa se despidió de todos. Valerie y Samuel, nos observaron con cautela. ─ En dos días estarán tus abuelitos en los Ángeles y en seis días nosotros, ─ le recordé a mi hija.─ Estamos en contacto, ─ indicó Samuel, tomando la mano de Ashley, para dirigirse hacia la puerta que divide el paso para el abordaje del avión. Horas después, me sentía inquieto, no lograba concentrarme en el trabajo, me dirigí al consultorio de Ivanna y ella no estaba mejor que yo.─ Creo que ahora todos necesitamos una terapia psicológica, ─ bromeó Ivanna, abrazándome.─ Creo que es así, ─ sonreí levantándola y sentándome en el mueble, a