Él se lleva las manos a la cabeza mientras se rasca su cabello en una evidente señal de frustración. Clara aparece con bebidas para ambos, las deja en el escritorio y se retira rápidamente al notar la tensión en el ambiente.—¿Estás… estás embarazada, Savannah? —mi respuesta es sonreír, pero él parece no gustarle—, no es nada gracioso, esto es serio.—Sí, sé que es algo serio. Es muy serio que tu padre prácticamente te venda a un hombre como si estuviéramos en los tiempos de la esclavitud —él suspira apenado bajando su cabeza, pero luego la levanta para verme.—Yo no te vendí, hija, no te obligué.—No, no lo hiciste, sé que no pusiste una puta arma en mi sien, pero sé que pusiste toda la responsabilidad sobre mí imponiéndome el hacer eso, el aceptar —me apresuro a contestar—, y lo más fuerte de todo esto es que no solo debo estar allá y coger con él con muy seguramente sabes.—¡Savannah! —exclama.—¡Papá, es así como debo hablarte! Es momento de que sepas la verdad; firmé un contrato,
El auto se detiene frente a una casa que parece de la realeza. Mi familia desde que tengo uso de razón tuvo dinero, pero nunca de esta forma, nunca de la forma en la que puedes vivir cinco años en Paris y una vida entera en Versalles en una casa que se asemeja a la de María Antonieta. Cuando nos bajamos un hombre nos saluda con amabilidad mientras recibe las maletas del chofer.—Savannah, él es Dorian, el encargado de la mansión —me lo presenta James.—Hola, Dorian —él me sonríe en respuesta mientras tiende su mano para luego alejarse con las maletas—. ¿Estoy bien? ¿me vestí bien? —le pregunto y él solo me toma de la cintura y me atrae hacia él.—Te ves preciosa… te amarán —me responde y luego me da un beso en la punta de la nariz para luego tomarme de la mano y llevarme hacia dentro de la casa.Dentro se ve todo como un palacio, con enormes candelabros, con pinturas en casi todas las paredes y con lujos en cada esquina. La primera en aparecer es la que creo es la madre de James con s
En cuanto entro a la casa ya las lágrimas han salido de mis ojos como un sunami, mientras camino tratando de despejar mi rostro de ella me golpeo contra un pecho duro. Al levantar mi rostro para disculparme noto que se trata de James. Él me ve llorando e inmediatamente coloca sus manos en mi rostro para inspeccionarme.—¿Estás bien? ¿qué te pasa? —de pronto alza su rostro hacia la ventana y luego su mandíbula se tensa—, ¿qué te dijo Laurent? ¿qué te dijo para que te pusieras así? —inquiere.—Nada que yo no supiera ya —le respondo luego de sorber mis mocos. Él frunce el ceño.—Savannah, él dirá y hará lo que sea para tener la empresa, te lo dije —me contesta.—No es solo él, James… —cuando estoy por continuar, Laurent pasa por nuestro lado y se aleja a lo que mi acompañante me toma de la mano y me lleva escaleras arriba.Llegamos a la que es nuestra habitación y entramos.—No quiero que nadie escuche nuestras conversaciones —responde antes de que yo pueda hacerle la pregunta.—No es so
Tuve que quedarme escuchando en completo silencio los gemidos de Hayley y los gruñidos de Laurent mientras tenían sexo a solo metros de mí. cuando acabaron, hui de allí lo más rápido posible y ahora busco desesperadamente a James por toda la casa, sin embargo, no logro localizarlo hasta que lo veo fumando un cigarrillo en el jardín trasero, justo donde Laurent lo hacía hace solo unas horas, está bien vestido y arreglado. En cuanto lo veo es como si el alma volviera a mi cuerpo ya que no dejo de sacarme de la mente las palabras de Laurent, “solo debo sacar a James del camino…” eso para mí tiene un significado muy, pero muy claro y debo decírselo cuanto antes al involucrado. Salgo al jardín abriendo la boca para decirle todo, pero debo frenar en seco cuando lo veo charlando con su madre, así que suspiro y me acerco a ellos tratando de verme más tranquila.—Hola, ¿me extrañaron? —saludo y ambos me miran en cuanto me escuchan—, salí con vida —decido bromear y ambos ríen.—Vaya, fue una ch
James.La veo salir del baño al tiempo que yo termino de lavar mis manos y no puedo parar de sonreír. Me acomodo el traje y la corbata luego de secar mis manos y cuando considero pertinente salgo del baño de damas cuidando de no ser visto. Cuando llego a la mesa todos parecen vernos, todos parecen suponer lo que hacíamos allá adentro, pero para mi sorpresa Savannah se encuentra muy cómoda así que me siento en la mesa junto a ella y llamo a la camarera que no para de lanzarme miradas provocadoras como si yo quisiera cogérmela. Le pido la cuenta y ella me la tiende, así que cancelo y tomo a Savannah de la mano mientras noto cómo sus mejillas se ponen coloradas, tal vez porque está recordando lo que acaba de pasar.Salimos del establecimiento ante la atenta mirada de todos y nos subimos al auto que nos espera afuera. En cuanto subimos noto que ella no me mira, pero no para de sonreír lo que inmediatamente me hace sonreír a mí.Me gusta Savannah por muchas cosas, me gusta porque tiene ese
Savannah.Esta vez se siente diferente volver a la universidad, es como si fuera mi primer día, pero en realidad solo vengo de haber estado en las vacaciones más extrañas de toda mi vida pues han pasado demasiadas cosas; en un momento perdemos casi por completa nuestra empresa y nos ahogamos en tantas deudas que el banco se nos lleva todas las cosas y al segundo yo firmo un contrato con un hombre que apenas conozco, pero que me ha revuelto todo el corazón en tan poco tiempo que parece imposible y difícil de creer, entonces definitivamente vuelvo cambiada a la universidad, vuelve una Savannah diferente que no tiene ni idea de cómo explicar todo lo que ha pasado y es difícil porque sé que lo primero que harán mis dos amigas es bombardearme con preguntas, tal como lo hicieron en el chat de grupo cuando subí a Instagram fotos en Versalles.Cuando llego a mi primera clase, me maldigo en mi interior al ver a Miranda y no a Zoe y es que no recordaba que esta clase la compartía con la amiga m
Todo el tiempo estuve pensando en las palabras de Zoe, en las palabras de mi amiga y es que no puedo creer que sea cierto lo que dice. No sé si soy demasiado estúpida o indiferente a lo que pasa, pero creo en Mirando y creo en su amistad. Solo espero no equivocarme.Llego a la casa de James en donde él me espera con una sonrisa de oreja a oreja. Dejo el bolso sobre la mesa y simplemente me acerco a él, pero el se dirige hacia la cocina sin decirme nada. En ese momento voy tras de él y para disimular un poco mi insistencia tras de él me acerco al refrigerador a tomar un poco de agua.Me mira fijamente y se empieza a acercar a mí, en acto reflejo retrocedo hasta chocar con un mesón.James ríe y se acerca aún más. Puedo oler su aroma. Es embriagador.—No tengas miedo, —susurra sobre mis labios antes de besarme.Sus labios son cálidos y seductores. El beso se intensifica y él empieza a pasar sus fuertes manos por todo mi cuerpo. Toma mis piernas y me sube al mesón, luego las pasa por su c
James.Cuando entramos a la habitación Savannah me mira como un pequeño corderito llena de miedo y no puedo describir lo mucho que eso hace que mi pene se ponga duro como una maldita piedra. Ella se muerde el labio inferior mientras que yo le sonrío. Me acerco a su rostro mirándola fijamente.—No tienes idea de lo mucho que me gustas, Savannah. Cuando no te tenía, ya me gustabas, pero ahora, ahora te has convertido en mi obsesión. Quiero tenerte en mi cama todos los días de mi puta vida —ella baja la cabeza un poco colorada cuando termino de hablar para luego levantarla de nuevo con una sonrisa de oreja a oreja.—No sé qué decirte, James…—No tienes que decirme nada… —acerca mis labios a su oreja—, solo tienes que dejarte llevar, solo debes dejar que tome el control.La siento sobre la cama y me paro frente a ella mientras ella me mira desde su posición vulnerable. Tomo mi pantalón abriendo el cierre para luego bajármelos sacándome el pene. Ella sonríe. Se relame los labios y se inca