VincenzoEstaba saliendo de casa cuando llegó Marcus.- Vincenzo, mi compañero, hace tiempo que no hablamos... - dijo.- Créeme, Marco, es un alivio para mí... - le dije.- Siempre tienes un gran sentido del humor, ¿verdad? Vamos al pub, quiero saber cómo va mi casa, o mejor dicho, nuestra casa de lujo.- Tu casa, esta casa no es mía y nunca volverá a serlo... -dije.- ¡Vale! Como quieras. Vámonos... - dijo, y yo también me vi obligada a volver. Fuimos al bar y nos sentamos.- ¿Has visto que Rebeca ha vuelto? - dijo.- Sí, ya lo he visto, ¿por qué la has vuelto a llevar? - le pregunté.- Porque es demasiado buena, y además me prometió que no causaría problemas contigo y con tu mujer. ¡Y por supuesto! Porque ella me satisface muy bien..." dijo.- Huum... ¿esta vez no caerás en su idea de tomar una copa y luego darte la vuelta? - dije, riendo irónicamente.- Hoy estás alegre, ¿verdad? Es bueno saberlo. Así no me causarás problemas cuando te enteres de que a partir de mañana venderé drog
LorenzoY yo que pensaba que iba a pasar el fin de semana disfrutando de la vida nocturna. Que va. Me toca cuidar a mis angelitos de sobrino, que la parejita vaya a la "casa de la playa" y "jueguen mucho" hasta que ya no quieran más... Siempre me toca a mí, ¡siempre!... Pero me gusta, mis sobrinos son listos hasta el extremo. Y me vuelven loca...Me los llevé a los tres a casa, pero sabía que querrían salir de fiesta a la calle. Bueno, ¡pues ya está! Por lo menos a ver si estas monadas me consiguen alguna tía con lo monas que son.Cogí a los tres y nos fuimos a dar un paseo por la playa. Cogí una esterilla para ellos y una silla para mí, nos sentamos y jugaron.- Tío Lorenzo... - dijo Lívia... - ¿Por qué no tienes novia? - preguntó ella.- Lívia empezó con sus preguntas aburridas. - Ravi habla y yo estallo en carcajadas- Porque nadie quiere al tío Lorenzo, guapa... -dije y se echaron a reír.- ¡Yo lo quiero! - dijo ella.- ¡Ah! Pero eres demasiado joven para el tío Lorenzo... -dije y
LorenzoDaniela me llevó a la habitación donde se hospedaba, entramos y me sentí sumamente avergonzado por haber aceptado venir. No soy de esos tipos que hacen estas cosas, que solo usan a las mujeres y luego las desechan. También vine para darle celos a Rebeca, pero Daniela era una chica hermosa, me encantó. Pero no sé si podremos tener algo, porque parece que a ella le gusta esta vida y yo no estoy para nada de acuerdo con eso.- Un momento Lorenzo, me voy a cambiar... - dijo Daniela.- VALE. Esperaré... - dije sentándome en un sillón.Unos minutos más tarde volvió vestida con una bata de seda.- Vamos Lorenzo..." dijo, sentándose en la cama.- Daniela, mira... - dije levantándome y acercándome a ella, sentándome a su lado... - Yo... Cómo decirlo... No quiero acostarme contigo y luego irme de aquí como si nada y no volver a verte en mi vida... - dije.- ¿Lo juras?" preguntó sorprendida- "Sí... puedes decir que soy un gilipollas, o un capullo, o lo que sea, pero ya está... -dije-. E
VincenzoDejé la oficina un rato y me fui a tomar un café... Marcus no tardó en llegar a la casa, rodeado de sus hombres, todos armados y registrando toda la casa.- ¡Registradlo todo! Todo lo que encontréis es una pista. - les dijo a los hombres.- ¿Qué ha pasado, Marcus? - pregunté, dirigiéndome al centro de la habitación.- Me alegro de que estés aquí. ¿Todavía no sabes qué ha pasado? Creía que me darías una respuesta... -dijo.- ¿Respuesta? ¿Qué pregunta? No tengo ni idea...", dije.- "Sé que lo sabes... y me lo vas a decir..." dijo y me volví extremadamente suspicaz.- "Marcus, acabo de hablar con los proveedores y..." dijo Isabella, entrando en la casa y cuando me vio, se quedó quieta mirándome.- Vosotros dos podríais decirme qué está pasando... -dije, con toda la calma que pude.- Vincenzo, yo... - dijo Isabella, pero la interrumpi.- Ahórratelo, Isabella... Sólo quiero saber qué ha pasado.- Me han robado los bienes, y tú sabes dónde están y me lo vas a decir ahora... - dijo
VincenzoLlegué a la mansión lo más rápido que pude, paré el coche y mi cuerpo temblaba, la cabeza me palpitaba, apoyé la cabeza en el volante y respiré hondo, repitiéndome que tenía que ser fuerte, que no podía tener una crisis ahora, no ahora, Malú me necesita... Abrí la guantera y saqué unos tranquilizantes, me tragué unos tres incluso sin agua y saqué también mi pistola... Salí del coche y miré a mi alrededor, no había nadie, me puse la pistola a la espalda metida en el pantalón.... Pasé la verja, que estaba entreabierta, y me dirigí hacia la mansión, entré y no había nada, no había nadie... Subí despacio las escaleras y recorrí el pasillo, todo estaba muy oscuro, solo la luz de la luna iluminaba el lugar... Me dirigí a una de las habitaciones y cuando entré Malú estaba en un rincón atada a una silla, amordazada y con los ojos vendados, me dirigí hacia ella despacio para no hacer ruido.- Mi amor, soy yo...- susurré agachándome frente a ella y quitándole la venda.- ¡Mi vida! - Di
MalúCuando salía con las manos en alto, oí tres disparos... se me desorbitaron los ojos, me volví e Isabela estaba paralizada... Caí al suelo al instante sin fuerzas.- No!", dije en voz baja, dejando que las lágrimas corrieran por mi cara.De repente oí el ruido de unos coches que llegaban rápidamente... unos hombres vestidos de negro y armados bajaron de los coches y entraron corriendo en la mansión, corriendo hasta Isabela y agarrándola y quitándole la pistola de las manos. Pero ella también estaba como yo, inmóvil, y se la llevaron fuera. Otro hombre vino hacia mí preguntándome si estaba bien, si estaba herida, pero no pude responder, su voz era lejana, me cogió en brazos y me llevó fuera...Todo lo que quería ahora eran fuerzas para correr hacia donde estaba Vincenzo y ver si estaba bien, si estaba herido, si había pasado lo peor. Pero no las tenía, no tenía fuerzas, mi cuerpo no respondía a mi mente.Cuando salí vi a Lorenzo, que se acercó corriendo al hombre que me llevaba y m
MalúCuando me desperté, estaba tumbada en una camilla en una enfermería, y no había nadie... en ese momento me vino a la cabeza, la vez que me enteré de que Lohan había muerto, me llevaron a un sitio así y me durmieron, pero cuando me desperté Vincenzo me dijo que había muerto de verdad... Quería levantarme y correr para saber qué había pasado, pero no podía, aún estaba adormilada... Tenía mucho miedo, miedo de lo que me iban a decir, el corazón se me estrujaba y las lágrimas me rodaban por las mejillas....¿Por qué no hay nadie aquí para ayudarme?¿Dónde están todos?Necesito levantarme, necesito saber que ha pasado, necesito ver a Vincenzo, no puedo soportar que le haya pasado algo.**********LorenzoHabían pasado casi tres horas y nadie había venido a decirme cómo estaba Vincenzo. No podía esperar más noticias, estaba a punto de entrar en urgencias y buscarlo para saber si estaba bien... mis padres estaban juntos rezando en la capilla del hospital, pero yo no podía concentrarme e
MalúEstaba muy ansiosa y nerviosa. Lo único que quería era ver a mi Vincenzo. Abrazarle, cuidarle... me necesita, quiero estar a su lado, quiero decirle cuánto le quiero, hablarle del miedo que sentí al perderle y también preguntarle qué pasó en aquel lugar. Qué pasó con Marcus, y sobre todo, decirle que podría estar embarazada, todo indica que sí, que lo estoy.Pero la demora me estaba matando, no podía esperar más.Me paseaba de un lado a otro en la sala de espera, estaba angustiada.Por fin entró una enfermera y nos dijo que podíamos verle. Ya estaba en su habitación, pero no conseguimos que hablara mucho porque aún no se había recuperado del todo de la operación...Nos llevó a la habitación, y yo ya estaba llorando incluso antes de entrar a verle. Cuando entramos, le vi tumbado en la cama, lleno de aparatos, pero estaba consciente. Cuando me vio, esbozó esa hermosa sonrisa que sólo él tiene. Y en medio de mis lágrimas, yo también le sonreí y me acerqué a su cama.- Mi vida... -di