Micaela Stevens Voy por mis cosas apenas termina mi turno, aun falta para el amanecer, Pero decido irme de una vez, así descanso un poco, llevaré a Baltazar afuera para que su guardaespalda lo lleve a dónde sea que se está hospedando, estoy sudada y no me coloco el sobre todo, lo dejo allí guardado.Camino entre el montón de cuerpos danzantes, la música retumba a todo volumen, lo veo en la barra viendo su teléfono, no luce ebrio, Pero debido a ser quien le sirvió, se que ha bebido bastante.—No te puedes quedar aquí — le digo gritándole sobre la música a todo volumen. —¿Porque, Ya te vas? — arrastra un poco la voz. Esto me lo confirma. —Si, dime con quién viniste, ¿quien te está cuidando? Arruga el entrecejo — Vine solo — Se me acerca un poco demasiado a la cara.—¿Dónde te estás hospedando? Pediré un taxi que te lleve — le digo, Pero niega de inmediato. —Estoy en el hotel Bellagio — resopló, eso está al otro lado y es uno de los más costosos — Pero no pienso dejar mi camioneta a
Micaela Stevens De camino comienzo a cabecear con sueño, siento que se tarda más de lo que debería, mi mente me lo dice, Pero estoy tan ida que termino por dormirme. —Llegamos — medio despabilo, y aún dormida paso las manos por mi cara, me bajo y el sonido de agua cayendo me hace arrugar la cara, se habrá roto alguna tubería o que... De pronto mis ojos terminan de visualizar por completo el panorama y pongo cara poker. —¿Qué se supone que hago aquí? — Busco a Baltazar que me ve con una sonrisa de disculpa falsa. —Te pregunté por la dirección de tu departamento y como te dormiste, no me contestaste, no se dónde vives, así que — alza los hombros, niego con la cabeza, como no, este piensa que soy idiota. —Baltazar, estoy mamada, quiero dormir, no estoy para tus juegos... —Bueno, aquí puedes dormir, para disculparme, te ofrezco una suite con todo pago y una tarde de spa para que te consientan, ya sabes y te relajes... Resopló — ¿Estare yo sola en esta suite o tendre tu compañía? P
Micaela Stevens Una jamás piensa que al cuerpo le hace falta consentirse, relajarse, darse un cariño, no... La mayoría de los seres humanos pensamos que trabajar y cumplir con las necesidades básicas, comer, ducharse, dormir, es suficiente y no...El spa me renueva de un manera que os juro, soy una nueva yo, los masajes, la terapia de oro y chocolate, la manicura, pedicura, exfoliación en toda la piel, hidratación, cabello, aprovecho el pack completo y salgo rejuvenecida a mis casi veinte años. El Hotel Bellagio cuenta con una zona comercial de ropa, zapatos y accesorios de marca exclusivas y aprovecho de sumarle eso a la cuenta de Baltazar. De igual manera pagando yo, es como si lo hiciera directamente con su dinero, no me apetece volver al trabajo, Pero mi compromiso con Maximo es primero. Opto por llevar algo más decente está vez, un vestido negro sencillo, sin mostrar tanta piel y unas sandalias cerradas de tacón medio, del Spa ya he salido, maquillada y peinada, por lo que co
Micaela Stevens — ¿Tienes quien te lleve a casa?— No, Pero soy una chica independiente, ya sabes —Le digo a Máximo mientras me coloco el abrigo que deje en mi casillero el día anterior, por suerte lo hice, la noche no pinta nada bien. — Vi que estuviste hablando con Collins, No lo había visto desde antes la guerra — me dice con curiosidad, cuando trabajaba siempre pasaba por el bar y entablaba alguna conversación conmigo, pero jamás le presté gran atención debido a que me atemorizaba un poco y Máximo siempre me advirtió sobre el, no es que lo conozca más allá de este local, Pero tampoco le daba buena espina.— Si, sigue igual de misterioso y millonario que siempre — sonrío para tranquilizarlo, la verdad no creo que se un ser malo, me parece más bien que es alguien que carece de atención. — Avísame al llegar a casa por favor.— No te preocupes, estoy segura de que la seguridad de Baltazar me sigue, así que... — Alzó los hombros. Le doy un abrazo y el besa mi frente. La noche está
Casandra Su cara de pavor al verme, me hace sonreír, ve hacia todos lados con desespero, buscando algún testigo de mi presencia, pero no los hay, me asegure de que no hubiera nadie al entrar. —¿Qué haces aquí? ¿Quieres que me maten? — su voz tiembla, me hace girar los ojos. —No eres importante, a nadie le interesas, no hay seguridad a kilómetros de ti — No se a que tanto le temes —¡Eso no me importa! Baltazar mato a todos los que te ayudaron a engañar a Micaela, No los desterró, simplemente los mato! Aprieto la mandíbula, les dije que se escondieran bien, mientras conseguía nuevos aliados, su inutilidad los llevo a la muerte y a sus familiares... —la interrumpo.—A ti no te hará nada, eres parte de la familia, relájate! —¿Que me relaje? ¿Que me relaje? — camina de un lado a otro — Tu obsesión por el ha arruinado la vida de inocentes, todo el que tuviera parentesco alguno con los traidores que mató, aún si haber hecho nada fueron desterrados como traicioneros de la manada, niños
🐺Baltazar Licaon🐺Mi teléfono se agrieta en mis manos cuando escucho la información por parte del jefe de seguridad de Micaela, cortándose la comunicación en el momento en que queda partido en dos pedazos. Tomo respiraciones profundas, camino de un lado a otro "solo la llevo a su casa, no paso nada más" me repito una y otra vez, necesito controlarme o haré un maldita locura, no puedo secuestrarla de nuevo y llevármela a Warairalunar, la mínima esperanza que me queda, desaparecería ipso facto, me diaria de nuevo y caeríamos de nuevo en el ciclo tóxico en el yo soy una mierda y pierdo todo por no tratarla como se debe. Es que me provoca ir hasta su casa y darle un par de nalgadas, Pero no puedo, es mi mate, Pero no mi esposa, perdí todo derecho sobre ella. Necesito desaforar la impotencia de alguna forma, salgo del hotel y voy al gimnasio, a esta hora está disponible, Pero totalmente solo, algo a mi favor, veo el saco de box solo y camino hacia el. —¡¡¡aaahh!!! — lo golpeo con tan
Micaela Stevens Mi vestido me recuerda mucho a mi estancia en Warairalunar, la parte bonita, Los momentos de baile, de disfrute, es azul grisáceo con flores azules y moradas, de escote pronunciado en la espalda, corte princesa y llega hasta mis tobillos. Hace un tiempo lo ví a través de una vidriera en una boutique cuando visite Irlanda, y fue amor a primera vista. No estoy segura de que sea la ocasión para usarlo, puesto que pienso que debería estrenarlo en algo importante, Pero y si ese gran momento no es pronto y le pierdo el gusto. Tal vez estoy un poco decepcionada ya que Baltazar no ha aparecido, no se porque mi cabeza rebelde no deja de pensarlo, puede ser que esté muy ocupado, e incluso me he preocupado de que le haya ocurrido algo. Aceptó muy bien cuando le dije en el hotel que se alejara, porque eso se supone que es lo que debo querer ¿O no?"Estoy hecha un lío" No me animo hacerme un gran maquillaje, algo natural, llevo una sandalias estilo romano plateadas, son cómodas
Micaela Stevens Siento la primera bofetada en el rostro, esa maldita perdedora, su rostro de satisfacción hace que no baje la cara por mucho que me duela el golpe. Una secuencia de golpes vienen luego de eso, unos tras otros, los recuerdos se mezclan, esos hombres tocándome, haciéndome daño, y mi voz desgarrándose mientras grito por el hombre que debería salvarme, grito por él, porque no tengo a nadie más, porque estoy en esta tierra sola, porque me quedé sola desde que mi madre murió... —¡Micaela! ¡Micaela! — escucho su voz, y lo veo allí, con los ojos abiertos de par en par, su rostro se convierte en la ira más profunda, de esa que hace que pierdas el control, y es lo que sucede. Su lobo sale a la superficie, con mis ojos veo su reacción y lloro de alivio, porque si llego, porque mi infierno acabo, porque aunque la sangre de mis agresores ahora bañan mi cuerpo, me gusta ver cómo los despedaza. Intento vestirme, pero mi ropa ha quedado destruida... Mi mente me juega una mala pas