Micaela Stevens Una jamás piensa que al cuerpo le hace falta consentirse, relajarse, darse un cariño, no... La mayoría de los seres humanos pensamos que trabajar y cumplir con las necesidades básicas, comer, ducharse, dormir, es suficiente y no...El spa me renueva de un manera que os juro, soy una nueva yo, los masajes, la terapia de oro y chocolate, la manicura, pedicura, exfoliación en toda la piel, hidratación, cabello, aprovecho el pack completo y salgo rejuvenecida a mis casi veinte años. El Hotel Bellagio cuenta con una zona comercial de ropa, zapatos y accesorios de marca exclusivas y aprovecho de sumarle eso a la cuenta de Baltazar. De igual manera pagando yo, es como si lo hiciera directamente con su dinero, no me apetece volver al trabajo, Pero mi compromiso con Maximo es primero. Opto por llevar algo más decente está vez, un vestido negro sencillo, sin mostrar tanta piel y unas sandalias cerradas de tacón medio, del Spa ya he salido, maquillada y peinada, por lo que co
Micaela Stevens — ¿Tienes quien te lleve a casa?— No, Pero soy una chica independiente, ya sabes —Le digo a Máximo mientras me coloco el abrigo que deje en mi casillero el día anterior, por suerte lo hice, la noche no pinta nada bien. — Vi que estuviste hablando con Collins, No lo había visto desde antes la guerra — me dice con curiosidad, cuando trabajaba siempre pasaba por el bar y entablaba alguna conversación conmigo, pero jamás le presté gran atención debido a que me atemorizaba un poco y Máximo siempre me advirtió sobre el, no es que lo conozca más allá de este local, Pero tampoco le daba buena espina.— Si, sigue igual de misterioso y millonario que siempre — sonrío para tranquilizarlo, la verdad no creo que se un ser malo, me parece más bien que es alguien que carece de atención. — Avísame al llegar a casa por favor.— No te preocupes, estoy segura de que la seguridad de Baltazar me sigue, así que... — Alzó los hombros. Le doy un abrazo y el besa mi frente. La noche está
Casandra Su cara de pavor al verme, me hace sonreír, ve hacia todos lados con desespero, buscando algún testigo de mi presencia, pero no los hay, me asegure de que no hubiera nadie al entrar. —¿Qué haces aquí? ¿Quieres que me maten? — su voz tiembla, me hace girar los ojos. —No eres importante, a nadie le interesas, no hay seguridad a kilómetros de ti — No se a que tanto le temes —¡Eso no me importa! Baltazar mato a todos los que te ayudaron a engañar a Micaela, No los desterró, simplemente los mato! Aprieto la mandíbula, les dije que se escondieran bien, mientras conseguía nuevos aliados, su inutilidad los llevo a la muerte y a sus familiares... —la interrumpo.—A ti no te hará nada, eres parte de la familia, relájate! —¿Que me relaje? ¿Que me relaje? — camina de un lado a otro — Tu obsesión por el ha arruinado la vida de inocentes, todo el que tuviera parentesco alguno con los traidores que mató, aún si haber hecho nada fueron desterrados como traicioneros de la manada, niños
🐺Baltazar Licaon🐺Mi teléfono se agrieta en mis manos cuando escucho la información por parte del jefe de seguridad de Micaela, cortándose la comunicación en el momento en que queda partido en dos pedazos. Tomo respiraciones profundas, camino de un lado a otro "solo la llevo a su casa, no paso nada más" me repito una y otra vez, necesito controlarme o haré un maldita locura, no puedo secuestrarla de nuevo y llevármela a Warairalunar, la mínima esperanza que me queda, desaparecería ipso facto, me diaria de nuevo y caeríamos de nuevo en el ciclo tóxico en el yo soy una mierda y pierdo todo por no tratarla como se debe. Es que me provoca ir hasta su casa y darle un par de nalgadas, Pero no puedo, es mi mate, Pero no mi esposa, perdí todo derecho sobre ella. Necesito desaforar la impotencia de alguna forma, salgo del hotel y voy al gimnasio, a esta hora está disponible, Pero totalmente solo, algo a mi favor, veo el saco de box solo y camino hacia el. —¡¡¡aaahh!!! — lo golpeo con tan
Micaela Stevens Mi vestido me recuerda mucho a mi estancia en Warairalunar, la parte bonita, Los momentos de baile, de disfrute, es azul grisáceo con flores azules y moradas, de escote pronunciado en la espalda, corte princesa y llega hasta mis tobillos. Hace un tiempo lo ví a través de una vidriera en una boutique cuando visite Irlanda, y fue amor a primera vista. No estoy segura de que sea la ocasión para usarlo, puesto que pienso que debería estrenarlo en algo importante, Pero y si ese gran momento no es pronto y le pierdo el gusto. Tal vez estoy un poco decepcionada ya que Baltazar no ha aparecido, no se porque mi cabeza rebelde no deja de pensarlo, puede ser que esté muy ocupado, e incluso me he preocupado de que le haya ocurrido algo. Aceptó muy bien cuando le dije en el hotel que se alejara, porque eso se supone que es lo que debo querer ¿O no?"Estoy hecha un lío" No me animo hacerme un gran maquillaje, algo natural, llevo una sandalias estilo romano plateadas, son cómodas
Micaela Stevens Siento la primera bofetada en el rostro, esa maldita perdedora, su rostro de satisfacción hace que no baje la cara por mucho que me duela el golpe. Una secuencia de golpes vienen luego de eso, unos tras otros, los recuerdos se mezclan, esos hombres tocándome, haciéndome daño, y mi voz desgarrándose mientras grito por el hombre que debería salvarme, grito por él, porque no tengo a nadie más, porque estoy en esta tierra sola, porque me quedé sola desde que mi madre murió... —¡Micaela! ¡Micaela! — escucho su voz, y lo veo allí, con los ojos abiertos de par en par, su rostro se convierte en la ira más profunda, de esa que hace que pierdas el control, y es lo que sucede. Su lobo sale a la superficie, con mis ojos veo su reacción y lloro de alivio, porque si llego, porque mi infierno acabo, porque aunque la sangre de mis agresores ahora bañan mi cuerpo, me gusta ver cómo los despedaza. Intento vestirme, pero mi ropa ha quedado destruida... Mi mente me juega una mala pas
Micaela Stevens No he dormido en días, las pesadillas me persiguen, duermo un par de segundos y la veo a ella, torturandome, burlándose, jactandose de mi estado, no puedo hacer nada, la escena que creí olvidar, sigue reproduciéndose una y otra vez en mi cabeza, siento cada golpe, y mi piel se resiente como si fuera real, tengo moretones como si estuviera viviendo la tortura. Esa risa diabólica, esa maldita risa que no dejo de escuchar, disfruta verme sufrir, las ojeras me llegan más abajo de las mejillas, no me concentro en clases, no descanso en casa, por suerte no he ido más al bar de Maximo, no podría rendir en ningún horario. Acabo de salir de la universidad y no tengo ni puta idea de que fue lo que ví o hice, a Baltazar no lo he visto, sus llamadas constantes me irritan más, la cita fue perfecta, pero desde ese día comenzó mi martirio. Se que no es normal, Pero no sé cómo identificar lo que sucede, la respuesta mas lógica es que estoy enloqueciendo. Un pitazo me devuelve a l
Narrador Omnisciente. Baltazar yace en el suelo tirado con los niveles de alcohol en la sangre al límite, tiene dos días sin saber de Micaela, lo último que supo de ella fue que se fue con un hombre, un maldito chupasangre que humilló a sus lobos. Pero lo que le duele, lo que ha herido su orgullo es que ha Sido decisión de ella, David se lo dijo, no quiso hablar con el por días, aunque la cita estuvo bien, pensó que se había acercado un poco, al siguiente día todo se fue a la mierda de lleno. Estaba preocupado por ella, quiso acercarse, Pero temía perder lo que creyó haber logrado, pero no había logrado nada, el no se merecía tenerla. Se levanta con dificultad y vuelve a caer, al hacerlo de nuevo queda frente a un gran espejo en la habitación, sigue en el Hotel Bellagio, no queda nada del gran Alfa Supremo, es un despojo de un ser mítico que ya no existe más en el. Lo ha perdido todo, no le queda nada.Las lágrimas comienzan a caer por su rostro, odia su reflejo, odia el ser miser