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Luz de vela
Luz de vela
Por: J.A Lombard
Capítulo 1 Las velas

En la vida solo existe una cosa segura, y esta es la muerte, puesto que todos desde el momento que nacemos sabemos que vamos a morir algún día, puede ser larga o corta nuestra estancia en este mundo. Pero sin importar lo que las personas digan, todos desearíamos poder conseguir un poco más de tiempo antes de que sea hora de nuestra partida, todos estaríamos dispuesto a hacer lo que sea para sumarle unas cuantas horas al reloj que marca rápidamente cuando dura nuestra fugaz vida. Partiendo de lo que acabo de decir, les voy a preguntar ¿Qué estarían dispuestos a hacer para poder vivir un poco más?...

-Uhg.- Expresó Xavier mientras bostezaba puesto que se acababa de levantar.

Xavier era un joven de estatura mediana, con barba pero de cuerpo lampiño, con un físico definido y la espalda ligeramente marcada, sus venas se marcaban en sus brazos ya que su piel era blanca, con cabello negro, ojos marrones y una mirada tierna. Tenía dos tatuajes, uno en el centro de la espalda el cual era de unas hojas viejas cayendo una de detrás de la otra y el segundo tatuaje era como de un cristal roto el cual se encontraba en el brazo derecho.

Xavier, por problemas familiares, dejó de vivir con sus padres hace unos años y actualmente vive con sus tíos, a la edad de 15 años, su madre tuvo una sobredosis, ya que era una drogadicta, haciendo que su padre se centrara solo en cuidar de ella, servicios sociales terminó entrenándose del caso por una llamada anónima y se llevaron al niño para que viviera con sus tíos. Esto fue un gran golpe para el autoestima de Xavier, sin embargo él está en el intento de avanzar con su vida lo mejor que puede hacerlo…

-Buenos días tía Natalia.- Saludó a su tía mientras le daba un beso en la mejilla por cariño.

-Buenos días Xavier, ¿Cómo amaneciste hoy?- Le preguntó Natalia a su sobrino mientras serbia la comida.

-¿Quieres que llame al tío Luciano para que venga a comer con nosotros?- Le preguntó Xavier a su tía mientras tomaba un vaso de agua.

-Si, por favor, ya se le va a hacer tarde para trabajar. Y tú tienes que ir a reunirte con tu compañero para lo de las pasantías ¿No?- Le pregunta Natalia al pelinegro mientras pone los platos en la mesa.

-Sí, hoy nos toca hacer las pasantías pero igual espero que no se nos vaya todo el día en eso, por cierto ¿Vamos a hacer las compras más tarde?- Dijo el pelinegro mientras iba hasta donde estaba su tío, para decirle que viniera a comer.

-Sí, cuando termines las haremos, porque tenemos esas cosas pendientes y es importante no dejarlo para después.- Dijo Luciano a la pregunta de su sobrino.

-Tomaremos el tren para llegar más rápido porque el carro aún está en el taller, pero ya para pasado mañana debe estar listo, o eso fue lo que dijeron en el taller, ¿No es así mi amor?- Le preguntó Natalia a su esposo mientras le daba un beso.

-Así es, eso me dijeron, esperemos que sea verdad porque esto de estar sin carro no es para nada fácil. Xavier mira ¿Cómo te está yendo en esas pasantías?- Le pregunta Luciano al pelinegro mientras comienza a comer.

-Bien tío, la verdad es que es algo estresante para mí pero de resto estamos haciendo todo como nos dijeron, espero pronto terminarlas para graduarme lo antes posible.- Le contesto Xavier a su tío mientras tomaba café.

-Esa es la actitud hijo, sé que no te lo decimos mucho o como deberíamos pero realmente estamos muy orgullosos y felices de que hayas llegado a nuestras vidas.- Le dijo Natalia a su sobrino, quien estaba feliz de que estuviera pronto a graduarse.

-Yo también los amo mucho, gracias a ustedes es que pude seguir adelante con todo lo que me estaba pasando. Significa mucho para mí escucharlos decir eso.- En eso Xavier suelta una pequeña sonrisa para luego seguir tomando el desayuno con su familia.

-Bueno los amo, me tengo que ir, nos vemos en la tarde para hacer las compras, yo los llamaré y les diré dónde nos veremos para irnos juntos en el tren. ¿Me está faltando algo?- Se preguntó Xavier a sí mismo. –Ah claro, casi lo olvido.- En eso Xavier fue a buscar su yesquero y los cigarros que le quedaban.

-No puedo contigo Xavier, yo que esperaba que se te olvidaran jajaja. Espero que algún día puedas dejarlo por tu propia cuenta.- Expresó su tía mientras se reía.

-Jajajajaja, ya sabes que eso no va a pasar tía, bueno me voy tíos, los quiero mucho, nos vemos.- En eso el pelinegro toma su chaqueta y sale de la casa.

Xavier se encaminó a casa de su compañero para seguir con sus pasantías, que ya lo tenían fuera de sus cabales, pero igual quería terminar pronto, en el camino el fumó algunos cigarros para desestresarse y una vez que llegó mientras terminaban de arreglar algunos detalles para sus pasantías con su compañero, también fumaba. Cabe destacar que el vicio de los cigarros que tenía Xavier, comenzó hace ya unos 3 o 4 años, o mejor dicho poco después de empezar la universidad, sin embargo él no es de las personas que molesta a los demás con el humo de cigarro, solo fuma cuando sabe que está en compañía de otros fumadores, de resto se abstiene de hacerlo.

Luego de que Xavier y su compañero terminaran de planificar, ambos se fueron al lugar donde estaban haciendo sus pasantías, e hicieron las horas que debían cumplir, el pelinegro se tomó un tiempo para llamar a sus tíos para y cuadrar donde podían encontrarse.

-Xavier, estamos por aquí.- Le dijo Natalia al pelinegro con un tono de voz alto para que los pudiera ver.

-¿Cómo les fue?, ¿Vamos de una vez a la estación?- Le preguntó el pelinegro a sus tíos, mientras sacaba un cigarro y lo prendía.

-A nosotros nos fue bien gracias a Dios, ¿Y a ti como te fue?, ¿Lograron hacer todo lo que tenían que hacer?- Le preguntó Luciano a Xavier.

-Sí, logramos hacer lo que teníamos pendiente, y me alegro que les fuera bien, creo que deberíamos irnos de una vez para la estación.- Dijo Xavier a sus tíos mientras caminaban.

Una vez que ellos llegaran a la estación de trenes, los 3 se subieron y se sentaron para esperar a llegar a su destino, al poco tiempo de estar sentado en el tren, Xavier vió que en su teléfono tenía un mensaje de uno de sus amigos de la universidad, diciéndole que estaba en el mismo tren y que si podía ir un momento hasta donde estaba el para decirle algo. Por lo que se paró para ir hasta el último vagón del tren a hablar un rato con su amigo de algo importante que tenía que decirle. Poco después de que se sentara a hablar con su amigo, el tren comenzó a presentar fallas al punto de que comenzó a descarrilarse, ya que por esa zona no habían hecho mantenimiento en un tiempo, y esto género que la rapidez con la que iba el tren se descarrilara, haciendo que todos los pasajeros en el tren chocaran unos contra otros o contra las paredes, sin embargo esto no fue lo peor, lo peor fue que, en el momento en el que el tren chocó contra una pared muchos pasajeros murieron por el impacto. Gracias al accidente murieron la mayoría de personas a bordo del tren, solo unos pocos que estaban en los últimos vagones fueron los únicos en sobrevivir a la tragedia. En la zona donde estaba Xavier, era la parte con más sobrevivientes fue donde por el impacto y la agitación del tren, se enterró en el abdomen un tubo de metal, este aparte de todo el dolor que estaba sintiendo, sentía más que todo una desesperación inmensa porque iba a morir, ya que se estaba desangrando, y en donde estaba era muy poco probable que llegaran a tiempo los paramédicos, mucho menos aguantaría hasta llegar a un hospital, por lo que su tormento era lo que más lo aquejaba, todo fue peor cuando empezó a imaginar los peores escenarios de lo que les podía haber pasado a sus tíos.

Fue en ese momento de tormento y de agonía en el que de uno de los muertos de la zona donde él se encontraba, tenía un velón en su mano, este cayó al suelo y rodó hasta donde estaba Xavier. A simple vista parecía una vela negra cualquiera sin nada extraordinario, pero cuando Xavier la vio comenzó a escuchar voces, que susurraban que la prendiera, voces que le generaron un estado de trance completo, haciendo que con las pocas fuerzas que tenía Xavier sacara su yesquero de su bolsillo y prendiera su mecha de esta.

En ese momento el tiempo y el espacio se congelaron, un frio abrumante y siniestro llego a la zona donde estaba Xavier, al punto de que podía ver su propio aliento, pero la mayor sorpresa de este fue ver que no había nadie en el tren, solo una figura misteriosa vestida de negro con una capucha que le

ocultaba el rostro. Esta figura poco a poco se fue acercando a Xavier haciendo que se asustara.

-¡Aléjate!, ¿Quién eres?, ¿Qué eres?, ¡Muestra tu rostro primero, y no te acerques más a mí!- Dijo Xavier gritando de miedo por no entender lo que estaba pasando.

-No te preocupes Xavier, no vengo a hacerte daño, todo lo contrario más bien.- Le respondió la figura misteriosa mientras se seguía acercando hacia donde estaba el.

-¿Quién eres?, ¿Cómo sabes mi nombre?- Le preguntó el pelinegro a la figura misteriosa.

-Ajajajaja, eso es porque yo soy tu.- En eso la figura misteriosa se quita la capucha, mostrando que era el rostro de Xavier.

-¿Sorprendido?, todos siempre lo están cuando ven que yo tengo su mismo rostro, pero es obvio que la muerte no puede parecerse a alguien más, que no sea el de la persona que va a morir jajaja.- Expresó la figura misteriosa.

-¿Eres la muerte?- Le preguntó el pelinegro.

-Sí, te lo acabo de decir, eres algo lento pero tratare de entenderte un poco, porque es normal esa reacción cuando todos me ven jajajaja. En fin, a lo que vine, no tengo todo el día.

-¿Vas a llevarme contigo?, ¿En verdad morí en este accidente?, ¿Morí así de joven?- Se preguntó a si mismo mientras estaba paralizado del miedo.

-No, no moriste y antes de que preguntes, si puedo leer mentes. Mira querido, esa vela que tú tienes en tu poder, es una vela muy especial y también muy rara, veras no existen muchas en el mundo pero los que las poseen tienen el privilegio de invocarme para negociar conmigo y así posponer su muerte por un periodo indefinido de tiempo jajajaja.- Expresó la figura misteriosa a Xavier.

-¿Entonces…con esta vela yo puedo evitar mi muerte por un poco de tiempo más?- pregunto Xavier a la figura misteriosa

-¿Eres estúpido o algo?, te acabo de decir que si puedes evitar tu muerte por un tiempo indefinido y ¿tú vas a volver a preguntarlo? Bueno ya no me hagas perder el tiempo, que no me gusta.- Le dijo la muerte a Xavier.

-Espera un momento, ¿Y qué debo hacer para volverte a invocar?, ¿Hay algún precio que deba pagar por esto?- Le preguntó el pelinegro a la muerte.

-Claro que debes pagar un precio, porque todo en el mundo funciona así, la ley de la vida y la muerte no se puede alterar, tienes que darme la vida de alguien a cambio de la tuya.- Expresó la muerte.

-¿Y qué pasa si no quiero o no te doy esa vida?- Le preguntó Xavier a la muerte.

-Entonces el trato que acabamos de hacer se romperá y morirás de una forma mil veces peor que esta, no creo que quieras que eso te pase, así que te daré un lapso de 24 horas para que me des un vida que tome tu lugar y consideraré como pagada tu deuda.- Dijo la muerte.

-Antes de que te vayas, quiero hacerte una pregunta más ¿Puedo?- Le pregunto Xavier a la muerte, asustado por la respuesta que esta pudiera darle.

-Está bien, pero ni una más porque ya sabes demasiado, lo demás dejare que lo averigües por tu cuenta, ¿Qué duda tienes?- Le pregunto la muerte.

-¿No debo hacer un ritual o algo cuando deba invocarte para posponer mi muerte?- le pregunto el pelinegro.

-No, solo debes prender la vela que ya fue consagrada con tu sangre desde el momento que la prendiste y tocaste con tu mano ensangrentada. Eso quiere decir que solo tú puedes usar esa vela hasta que se acabe para llamarme algunas veces más. Bueno ya dicho esto, me voy y espero que cumplas tu parte del trato en darme una vida que pague la tuya, no me importa de quien sea solo que sea una vida… hasta entonces Xavier- En eso la muerte se puso la capucha y desapareció sin dejar rastro.

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