Callan Escucho que llaman a la puerta, es algo lejano que se intensifica poco a poco, medio despierto, siento un peso en mi pecho, abro los ojos y encuentro a Sylvia con medio cuerpo encima de mí. — En 20 minutos estaremos aterrizando, lamento interrumpir — debe ser el sobrecargo. — ¡Gracias! Muevo a Sylvia, que solo se reacomoda, la levanto y la coloco al otro lado de la cama, para poder maniobrar y levantarme, se siente raro y me doy cuenta de que solo me cubre una manta, sacudo la cabeza al rememorar la travesura que ella hizo. Dejo la manta en la cama y me doy un baño rápido, al salir encuentro a Sylvia abrazada de la frazada que me cubría, no me molesto en despertarla, prefiero que descanse, porque mis planes no incluyen dormir, eso sería desperdiciar el tiempo. Para llegar a nuestro destino esta ocasión prefiero prescindir de los yates, usaremos una avioneta que pueda acuatizar cerca de la isla. Ella ni se inmuta, su sueño es sereno y de lo más pacífico, su cuerpo busca a
Sylvia Si Callan me trajo aquí para una segunda Luna de miel, que así sea, tengo tantas fantasías al igual que él, se las mostré en imágenes mentales y aparte de sonrojarse, se ha negado. Todavía tenemos un largo camino por recorrer y con lo mal que la pasamos en un principio la llama de nuestra pasión creía que se esfumaría. Él ni siquiera sabe el orgullo que me dio ver todo esto, para él podría ser un proyecto más de construcción, para mi es ver sus sueños consolidados y siendo productivos, cómo no apreciar todo esto, yo que amo la generación de dinero. Tenía tiempo que él me pedía que hiciéramos un viaje solos, con tanto en nuestras manos es difícil incluso gozar de algunas horas para nosotros. Y todo debido a que ambos somos aprensivos, consideramos que, si no estamos allí, no ira de la misma forma, cuando en la realidad es que las personas que nos rodean son capaces de solventar las situaciones, solo que no les damos la oportunidad. Poco a poco debemos ir despegándonos más
Sylvia No tarda en llegar la ayuda, yo misma me pongo a limpiar el desorden que hice, la herida cierra enseguida, aunque si me dolió, eso no lo había planeado, estamos apurados, al terminar entro a darme un baño para deshacerme del olor a alcohol. Al salir no es necesario buscar en las maletas, pues tan solo verlo en la boutique supe que debía adquirirlo por el bien de Callan, lo encuentro colgado en la puerta junto con las sandalias, el personal lo trajo. Intento hacer ondas en mi cabello, no me salen del todo bien, porque me siento presionada, a pesar de que me dicen en donde se encuentra, pero no puedo confiarme, qué tal si le da por regresar a verificar como se encuentra su esposita. Uso maquillaje el más ligero que me fabrico, color en mejillas, rímel, labial y listo, para entonces ya paso cerca de dos horas y es perfecto porque ya está oscuro. Salgo para que me lleven a donde estaban preparando la cena, ver lo que lograron y que mi idea fue transmitida con éxito, me encanta
Callan Ella suele apreciar esto, le gusta quedarse así en silencio solo con mi cercanía, de alguna forma aprendí a apreciar la comodidad que sentimos el uno con el otro, sin necesidad de decir nada, porque contamos con la ventaja de poder enviar nuestras emociones y el otro las capta. — Ven, falta el postre — me imagino probando a Sylvia — me refiero a un postre real — me desinfla mi fantasía enseguida. De regreso la veo con dos platos de lo que parece un pastel y un helado. Me lleva a mi asiento y lo separa más de la mesa, me aclara que es porque necesita espacio. Ya sentado, ella se sienta en mis piernas — yo te lo voy a dar. Toma una pequeña cucharada y yo listo para recibirlo, la veo comérselo, saborearlo, me guiña el ojo, me besa, un beso con sabor a chocolate amargo. — ¿Te gusto? — yo solo asiento, ella sabe que no suelo comer cosas dulces, antes lo hacía luego fueron cambiando mis gustos. Toma helado y lo embarra en su cuello y veo como con el contacto con su piel empiez
Sylvia Sí, había sido una segunda luna de miel, y no precisamente por el romanticismo, más bien por la rienda suelta que le di a mis fantasías y gracias al trato que acepté con Callan accedió a mis experimentos. No, por supuesto que no fue suficiente para quedar embarazada de nuevo, por una parte, es mejor que solo cuando presento mi celo pueda ocurrir, de otra forma tendríamos que cuidarnos, porque no tenemos remedio. Al regresar tuvimos que decirnos adiós, ya que tengo cosas que hacer en Black River, todo marchaba de maravilla y por el margen que dejaban los hoteles habíamos decidido abrir otro más, era momento de ir a elegir el lugar. Teníamos tres posibilidades, todas con excepcionales características, solo que no poseíamos el capital para hacernos con los tres, fueron días de visitar los lugares, hablar con los diseñadores y las autoridades para intentar realizar acuerdos, que nos permitieran decidir. Pero todo se complicaba y no porque existieran impedimentos, no, todo lo c
Sylvia Aquí vamos de nuevo, este cuerpo ya no es mío, ya no veo mis pies, agradezco a los niños que me auxilian a la hora de hacer muchas cosas. — Vamos a la cama, ya me cansé — les pido. — Hoy nos vas a contar una historia, podría ser la de los abuelos Allen — pide Sanc. — ¡Claro! Ellos no daban crédito qué su abuelo una vez fue joven y se enfrentó a la dura decisión de renunciar a tener una manada. Para ellos que se han criado en una manada, la vida así como yo la conocí se les hace extraña y ajena a su realidad. Omití los sucesos más sangrientos, todavía no quiero romper su burbuja o al menos eso me digo, sé en el fondo que gracias a su capacidad de lectura temprana han tenido acceso a diversidad de libros, aunque algunos no los comprenden. Sus tutores allá en Peakwood están fascinados con ellos. No durmieron hasta que termine la historia y para entonces yo ya estaba más dormida que despierta. Esperaba que Callan llegará, pero Josh me informo que todavía venían en camino, e
Callan Desperté en el suelo, una enfermera me tomaba el pulso — ¡signos vitales normales! — anuncio. Al instante siguiente fui sacado de la sala de operaciones, en un rápido vistazo pude ver a Sylvia y como seguían en su esfuerzo por reanimarla, una descarga más y regreso el ¡bep, bep! No opuse resistencia, porque solo estaba ocasionando caos y necesitaban prestarle toda su atención a ella. — Alfa Callan, por favor, agradecemos que trajera a nuestra Alfa, pero el acto que protagonizo, nos permite sacarlo de nuestro territorio, volviéndolo indeseable — ¿qué?, no sabía a qué se referían. — ¡Momento! ¿Qué se supone, que sucedió? — le cuestione a Edward. — Usted entró a la fuerza diciendo una sarta de incoherencias, en medio de la urgencia, cuando le daban una descarga, usted tocó a nuestra Alfa y la corriente, lo alcanzo. Por lo pronto deberá esperar aquí a que algún médico se desocupe y lo revisen. — No, gracias, me encuentro bien. Salí a la sala de espera donde se encontraban
Callan En mi habitación paseaba de un lado a otro, intentando reflexionar sobre todo, por un lado, Sylvia estaba ¡viva! Eso era lo mejor, pero ¿podía estar en paz con esta nueva realidad? No, definitivamente no, los supuestos planes que me mostraron en esa visión, para nada se veían entorpecidos por mi relación con Sylvia, en todo caso, yo veía que ese era el rumbo que ambos llevábamos. Ahora que ella incluso se reusó a recibirnos a mí y a los niños, me quedo claro que ella seguramente no me recordaba. Y esto a mi parecer sí que se interponía en los grandiosos planes, porque estoy seguro de que no importaba que tuviera que hacer, Sylvia debía estar a mi lado, no sé cómo, solo jamás me daré por vencido. Me interrumpieron — Alfa, debe venir, sus hijos se han colado a la habitación de nuestra Alfa. Eso en vez de molestarme, me genero una sonrisa, esperaba que esta idea que me llego fuera cierta. Al entrar en la habitación, Cesc y Sanc, estaban listos con sus almohadas y sus manta