Sylvia Habían sido cuatro días maravillosos, sin tener que pensar en nada más que mis caprichos, Callan, divertirme, comer, cosas básicas. Una noche hicimos un asado en la playa y dejamos correr a nuestros lobos, los chicos intentarían darnos caza, fue muy divertido, sobre todo porque no conocíamos la isla y esto nos permitió recorrerla, tanto Deo como Aruna amaban poder disfrutar de este edén. A nuestro regreso Adam vino a recogernos al aeropuerto y en ese instante se rompió mi burbuja, pues comenzó a darle un informe a Callan sobre los pendientes y situaciones que se desenvolvieron en nuestra ausencia. Tan pronto como descendimos de la camioneta vi a Callan desaparecer junto con Adam, por mi parte fui a desempacar las maletas con ayuda de Karla, quien se ofreció, para que le contara de lo que se habían perdido, al mostrarle las fotos y videos que tomamos, juro que le reclamaría a Adam, luego le recordé que ya sería en otra ocasión. Comprendí que esta transición requería que al
Callan Antes de que Dorne el amigo de Sylvia se fuera le pedí un poco de su tiempo, necesitaba saber que hablaba con ella, me di cuenta de que cada que tenían una charla, ella se ponía triste, ese sentimiento lo percibía claramente, y luego de que se repitiera varias ocasiones, comenzó a preocuparme. — No quiero sonar como un esposo celoso, pero debo saber ¿de qué tanto hablaban?, ¿qué pone triste a Sylvia? — Descuida, te entiendo perfectamente, me agrada que estés al pendiente de ella, ya era hora que alguien la cuide y ame. Deberás gestionar mejor tu tiempo, sé que es muy pronto y por los cambios esto puede demorar; aun así, ella requiere de ti, hazla que te diga de sus inquietudes y aunque es fuerte, nunca dudes que en el fondo es frágil, no lo demostrara no sabe cómo depender de otros. — Algo especifico que puedas decirme — insistí. — Debes preguntarle, si se entera que te dije, jamás volverá a confiar en mí. — En todo caso te agradezco que nos ayudaras y que seas tan leal a
Sylvia Me costaba trabajo, no soltarme a llorar, no tenía el valor de preguntarle a Callan, ¿cómo se sentía realmente con respecto a la posibilidad de no tener hijos? Al descubrirlo por mi mente pasaron tantas cuestiones. Si fuéramos una pareja común y corriente, eso no sería problema, pero el hecho de ser los líderes de una manada implicaba procrear herederos que continuaran salvaguardando los territorios, riquezas y miembros. Había tantas cosas que dejamos de decirnos por estar atentos al trabajo y a mi parecer seguirían acumulándose. Sus besos me daban esa sensación chispeante, pero no logre despejar la melancolía que siento, sus manos se encontraban acariciándome cuando me aleje de él. — ¡Lo siento! — puse distancia entre él y yo. Nunca creí que llegaría el día en que me negara a tener sexo con el que considero el amor de mi vida. — No te disculpes, pienso que estoy siendo insensible, solo que extraño tanto tocarte — sus ojos reflejaron tristeza ante mi rechazo. — Mej
Callan Todo robaba mi atención excepto lo que realmente me importaba en esta vida, verla partir de mi lado fue duro. No podía oponerme a que se alejara, al enterarme de que enfrentábamos la posibilidad de no tener descendencia, muchas cosas cambiaron y no para bien. Incluso mis padres y Adam me cuestionaban con insistencia, ¿cuál sería mi proceder ante tal situación? Mi investigación, me llevo tiempo, pues no podía solo enfocar mi interés en una sola cosa, más estudios fueron necesarios, desafortunadamente no mostraban resultados diferentes. Me di cuenta, ya que poco a poco Sylvia cambio, era cuestión de tiempo que esto nos condujera a alejarnos, las ocasiones que intente estar cerca de ella fui rechazado y eso me lastimaba, ella actuaba como si no ocurriera nada, todo mundo empezó a comportarse raro a su alrededor. La forma tan fría en que me trataba y en últimas al decirme que necesitaba un respiro de todo me dolió y molesto. Me preguntaba si nuestro amor solo nos alcanzaba para
Sylvia Mis noches se volvieron complicadas desde que deje Peakwood, en el día, si me concentraba en el trabajo era muy llevadero, sin embargo, por las noches pensamientos sobre Callan me asolaban y por fin hoy había sido una noche reparadora. Sobre todo, porque no hubo reclamos de parte de Callan, creo que ya tenía suficiente con los que yo misma me hacía. Él era comprensivo, conversamos hasta bien entrada la madrugada, los dos pecamos de ingenuos al pensar que podíamos dejar fluir las cosas y que todo sería color de rosa. Según lo que hablamos nos dimos cuenta de que esperábamos cosas diferentes a lo que estábamos obteniendo de esta relación, compartíamos pocas similitudes, nuestros valores coincidían, lo que para él era relevante para mí no tenía mayor importancia. Si queríamos que funcionara, era momento de poner sobre la mesa lo que necesitábamos que el otro diera a esta nueva vida, era un mundo de diferencia a comparación con nuestra previa experiencia, aunque vivíamos ju
Callan Luego del episodio desagradable le sugerí a Sylvia que nos retiráramos, ella se negó, intento mejorar mi humor. — Anda Callan, estábamos bien hace unos momentos, mira, los chicos se divierten — paso sus brazos por mi cuello y me atrajo a ella, planto pequeños besos en mi rostro. — Ellos pueden quedarse — anuncié, ella suspiró y me soltó. — No puede ser, ¿qué te molesto tanto? — me miro esperando mi respuesta. — ¿Lo conoces? — meneo la cabeza y rodó los ojos. — Sí. — Ya entiendo, por eso te habla con tanta familiaridad — enarqué una ceja. Por alguna extraña razón Sylvia sonrió de forma pícara, — ¡estás celoso! — expreso, bastante complacida. Eso hizo que mi pecho reverberará con un gruñido, Sylvia se emocionó — ¡oh, Callan!, sabes lo sexy que se escuchan esos sonidos para mí — dijo en el enlace mental, mientras me veía de forma lasciva. — Si, me pone celoso, la forma en que ese tal Oliver se te acerco y te hablo, sin contar la intención que sus palabras tenían
Sylvia Hogar, dulce hogar, ¡ja, ja, ja!, luego de mi renovado cambio de actitud, no todo se veía mal, ahora incluso teníamos una nueva adhesión a la manda, pues Cora, la joven que rescatamos, dijo que le agradaría aceptar el ofrecimiento de asilo. Al bajar de la camioneta recibí el efusivo abrazo de mi adorado Lluc, quien mentalmente se disculpó por cómo me evadía antes de que me fuera, prometió no hacerlo, si yo le aseguraba no irme. El pobre pensó que me había marchado definitivamente. Noa apareció con una mega sonrisa y un abrazo, del cual no hui, los padres de Callan; así como Frank salieron a recibirnos, Cora se escondió detrás de Callan y solo asomo la cabeza para ver lo que pasaba. Callan dio un paso a un lado y la invito a dejar su desconfianza, pues ahora se encontraba bajo la protección de la manada, — ella es, Cora, a quien le ofrecí pertenecer a la manada — les comunico a los presentes. Ella se aferró a su brazo y no mantenía contacto visual con nadie, me acerqué a el
Callan Todo se me junta, nunca pensé que los problemas tuvieran que llevarse a casa, pero qué dicen: “a los amigos mantenlos cerca, pero a los enemigos aún más”. Desde un principio noté como Sylvia había vuelto a su antiguo ser, no titubeaba, en su mente el tiempo era dinero, sentimentalismos, ¡no! Su lógica y sentido común prevalecían dejándose notar. Hablamos largo y tendido con Adam, quien se encargó de informarle a su padre, para discernir qué hacer. No pudieron convencerme de no seguir adelante, como estaba la situación era la mejor oportunidad que teníamos para descubrir de una vez por todas qué pasaba. Basto una semana para darme cuenta de las intenciones que tenía, era inteligente y había pedido seguir con sus estudios, pero según lo que Sylvia pidió debía hacer alguna tarea por lo que la teníamos ayudándonos con algunos trabajos administrativos, nada de importancia pasaba por sus manos. En la mañana junto con Sylvia acudimos a entrenar, con el pretexto de ser nueva, Cora