Capitulo 11

Uzziel

Mi pie se mueve frenéticamente sobre la madera, mientras mis párpados se cierran fuertemente. Mi corazón late con tanta fuerza que es como un taladro junto a mis oídos. Mis nervios están a flor de piel y las ganas me están consumiendo.

Los lobos son criaturas sexuales y el instinto es realmente fuerte cuando tienes a tu Alfa a metros de distancia, sin ropa. Las ganas de entrar tienen mis uñas largas y mis colmillos queriendo salir, porque el lobo dentro de mí me está ordenando que me comporte como el alfa que soy y la reclame como mía justo ahora, cuando su cuerpo está a mi disposición.

Gruño y me alejo lo más que puedo, tratando de controlarme lo suficiente para incluso dejar de escuchar el agua caer sobre su cuerpo y su suave canto. Su voz me incita más a entrar, por lo que aprieto mis uñas contra la palma de mi mano para concentrarme en el dolor y no en ella.

Entrar y reclamarla como mía es un error que no debo cometer. Lo que quiero es que confíe en mí, agradarle lo suficiente para que mañana mismo acepte casarse conmigo.

Batalla que estoy viendo cada vez más difícil, porque Ashley es difícil. Usualmente cuando las Lunas se enteran que pertenecen al alfa, o a un lobo, se vuelven sumisas al destino y aunque ella ha tenido sus momentos, se sigue resistiendo.

Por eso mismo no puedo hacerle esto.

Miro un segundo más la puerta y después me voy. Debo controlar mis instintos.

********

Cuando Ashley sale de la ducha ya tengo la cena lista. Unos sandwiches de pollo, queso y verduras, cuyo acompañante son unas papas fritas que estaban congeladas. Hago un jugo de naranja de un árbol que está al fondo y llevo todo a la mesa bajo su atenta mirada.

Su mano está sobre una toalla en su cabeza, la cual parece tener el trabajo de secar su cabello negro.

- Tengo una duda.- rompo el silencio.- Recuerdo que tú cabello era como rojo, no recuerdo mal, ¿Cierto? - ella se queda un segundo mirando de más la comida.

-Cierto. Me lo pinto de este color desde hace 3 años. Antes era rubia, lo cual me duró 2 años, pero yo nací siendo castaña rojiza.- asiento y la veo sentarse.- Esto se ve muy delicioso, muchas Gracias.

-Queria colocar una película... Pero no tengo y no sé de dónde sacarlas. Yo, nunca he tenido interés en eso y si se me antojaba de repente, alguien más la colocaba por mi.- ella asiente.

-Eso de ser alfa debe ser algo muy divertido. Te tranformas en perro cuando quieres y cazas conejos por deporte.- el lobo dentro de mí gruñe de molestia, porque definitivamente eso no es de cerca lo que soy.

-Primero, no soy un perro. Segundo, el trabajo de un lobo es mucho más profundo que perseguir una presa.

- ¿Eso no lo haces? ¿Perseguir conejos? - muerde el sándwich y me mira. Yo le dedico una mirada de molestia.

-Si lo hago, pero muy poco. - ella se ríe y yo sonrío al escucharla. Es demasiado hermosa.

- Si tú trabajo va más allá de conseguir comida para tu manada, ¿Qué más haces? - pienso bien antes de responder.

-Los protejo, los dirijo, les enseño, los gobierno como un alfa debe hacer, como un rey a su pueblo. Mi objetivo es la evolución de una especie. No solo mando sobre lobos, también sobre humanos.- sus cejas se arquean por la sorpresa.

- ¿En serio? ¿Y esos humanos saben lo que eres? - asiento.

-Cada uno de ellos. En mi pueblo no hay secretos y déjame decirte, que nuestra economía es amplia, ya que tengo múltiples empresas a nivel mundial que funcionan gratamente, soy dueño de granaderos y hoteles que promocionan el turismo en nuestra isla. Los humanos que desconocen todo caminan por las calles del pueblo todos los días, sin saber nada, porque un buen gobierno, hace que los secretos puedan caminar a la luz del sol, frente a todos.

- Realmente estamos ciegos, ¿No? - asiento.

-Tu ya no estás ciega.- aclaro y ella mueve su hombro.

- Porque así lo decidieron... Por cierto, ¿Por qué me buscaste ahora? ¿Por qué no antes? ¿Por qué no después? - respiro profundo y doy un mordisco al sándwich.

-Mañana podremos hablar mejor de eso, está noche tienes que descansar.- ella asiente.

- Y sí que me hace falta. Ha Sido un día muy movido, parece nunca terminar.- asiento y la aliento para que termine de comer.

Después de eso juntos lavamos los platos en silencio, un silencio que no ronda hacia lo incómodo, más bien es tranquilizante trabajar juntos en algo sin estresarnos por las situaciones que tocan la puerta constantemente el día de hoy.

Ella realmente necesita descansar, porque aunque no lo crea, lleva dos días en este lugar, solo que hoy pasó la mayor parte sumergida en ese sueño y ni siquiera lo sabe.

Ella termina primero de lavar los platos y yo me quedo secando un minuto más, el cual me da la oportunidad de verla moverse en la sala de estar, buscando conexiones y comprobando ciertas cosas, en algún punto sonríe feliz y selecciona algo en el televisor. De repente una imagen sale y ella se gira para verme.

-Vamos a ver está película. Estoy segura que te va a gustar.- sonrío y camino hasta sentarme junto a ella, lo más cercano que puedo.

- ¿Es de hombres lobo? - ella niega y arqueo una ceja al ver su sonrisa.

-De dragones. Es una comiquita. De la que te hablé cuando tú estabas hablando de amos de dragones y bla bla bla.- me río y asiento.- Realmente me gusta, y sé que a ti te va a gustar.- siento como se acomoda y sube sus piernas cubiertas de un jogger en el sofá, cruzandolas entre sí para mayor comodidad. Una de sus piernas queda sobre la mía y mi mano la toca ligeramente.

Ella se enfoca en mi mano un segundo hasta que una voz lo llena todo.

-Esto es Berg. Llueve 9 meses al año y graniza los otros 3.- ella se mueve emocionada y yo me río al notar que la Luna está haciendo acto de presencia en ella, y ni siquiera se ha dado cuenta.

Nuestra conexión la está haciendo entrar en confianza, así que solo me quedo viendo cómo un niño caucásico se esconde detrás de un tronco y de repente fuego lo rodea por completo. La escena me resulta interesante y cuando vengo a ver, estoy metido en la película, riéndome cuando Ash se ríe y apoyando a Chimuelo cuando hace sufrir a la tal Astrid.

La película me toma por completo, y más cuando Ashley coloca su cabeza en mi hombro y su cuerpo se apoya completamente del mío. Creo que el tal Hippo va a luchar ahora contra un dragón, pero ya no me puede concentrar.

Me giro hacia Ashley y la veo sonreír hacia la pantalla.

Mi corazón acelera sus pulsaciones y de repente las suyas también aumentan. Su mano sube y se apoya contra su pecho y mi mano se posa contra esa mano suavemente.

Ella busca mi mirada y nos quedamos así, no sé cuánto tiempo, solo sé que me pierdo en esos ojos verdes que tanto me gustan. La punta de su lengua sale a mojar sus labios y mis ojos se enfocan en ese movimiento varios segundos.

Su pecho comienza a subir y bajar pausadamente, lo que provoca que mi vista baje todavía más y la imagine sin esa camisa navideña que cubre un pecho que quiero sentir desnudo.

-Nos estamos perdiendo la mejor parte.- susurra y yo sonrío, inclinandome lentamente hacia ella.

-A mi parecer, está es la mejor parte.- susurro cuando llego cerca de sus labios y me detengo ahí, esperando algo que llega rápido, porque sus labios se unen a los míos y soy el lobo más feliz de todos.

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