—Soy Christopher Pritzker ¿Cuál es tu nombre?

Ella lo miró arqueando una ceja burlona, quería creer que no le importaba su nombre pero en verdad lo hacía, todo de aquel hombre le parecía atractivo y tentador sin embargo Tabbitha nunca lo reconocería ni aunque le arrancaran la cabeza, ya había sufrido demasiado por esos malditos animales como para venirse a enredar con uno de ellos.

Simplemente aquello era algo impensable.

— ¿A caso te importa? —cuestionó arqueando otra vez una de sus finas cejas mientras que se cruzaba de brazos esperando su respuesta.

—Lo hace, sí.

Su afirmación tan rápida la hizo tragar saliva, no esperaba que él fuera tan directo entonces, tuvo la osadía de sonreírle con picardía, ya había ideado un plan mejor.

Su cabeza en definitiva ya se había puesto a trabajar.

Su mano derecha fue directo a su brazo musculoso y la izquierda rozó levemente la tela blanca que resguardaba su pecho tratando de seducirlo, de hacer que la ansiara, lo que ella no esperaba era que toca