Daniel

Julián me acaba de dar una orden directa, usando su ¡MϟӜϟ! Voz de Alfa contra mí. Para nosotros los hombres lobo, el mandato de nuestro Alfa es incuestionable, es sumamente doloroso resistirse a este.

Sin embargo, no puedo aceptarlo, es de mi mate de quién está hablando, aunque el dolor me parta, no pienso obedecerlo, así que decido hacer lo impensable para un beta, desobedecer a mi Alfa.

Abro la puerta del piloto y salgo para tratar de reponerme del dolor que me produce el ponerme en contra del designio de mi alfa.

-Daniel no te atrevas, sabes que no puedes luchar con eso, incluso puedes morir si sigues intentándolo- Me dice Julián, lo conozco, puedo percibir el temor en su voz.

Veo la hora en mi reloj, sé que él capataz Thompson ya tuvo que haber dejado salir a Sofía, esta mañana lo primero que hice al levantarme fue llamarlo para solicitar el permiso de Sofia. Aproveche que Julián aparentemente no se había levantado, eso asumimos todos cuando vimos que no había llegado al ce