La luna está brillando en lo alto y, al mirar el reloj, noto que solo faltan un par de minutos para que sean las doce. Frente a mí, mi hijo a punto de cumplir dieciocho años, está vestido con la bata típica de quien va a pasar por su primera transición, y me permito apreciar lo bien que ha crecido en éstos años. Es tan similar a su padre, aunque posee mi heterocromia, lo que hace que uno de sus ojos sea rojo y el otro azul, dándole un aire exótico que, si ya de por sí es guapo por ser nuestro hijo, eso es un aliciente que hace que todas las lobas solteras lo miren cuando pasa. Aunque no fuera el hijo del Alfa, seguro que todas lo querrían de todas formas a su lado. Sé que está nervioso, no lo culpo, pero parece que la presencia tanto nuestra como de su hermana, (sí, tuvimos una niña, aunque ella solo tiene diez años actualmente), los mellizos, sus parejas e hijos (básicamente sus "tíos y primos"), además de sus abuelos, es una gran ayuda para sus nervios y ansiedad en tanto espera qu
Me dejo caer en el césped bajo el brillo de la luna y las estrellas y suspiro profundo, intentando relajar la mente. Falta tan poco para que sea mi cumpleaños y, la verdad sea dicha, es que estoy muerto de nervios. Siendo el heredero de mis padres, quienes ya de por sí son conocidos por ser la Loba Escarlata y uno de los Alfas más poderosos hasta la fecha, la presión que hay sobre mí y sobre mi transición es mucha. ¿Y si no lo logro? ¿Y si no cambio? ¿Y si no soy lo suficientemente fuerte?No digo que nadie me haya dicho siquiera una palabra sobre el tema, nadie me comentó sobre lo que esperan de mí y de la noche de mi cumpleaños, pero no hace falta, yo sé que todo eso está ahí, pendiendo sobre mi cabeza.Además está también está el tema de mi Mate, se supone que luego de mi primer cambio, podré encontrarla cuando esté cerca de mí, la cosa es, ¿podré hacerlo? ¿Tendré la suerte de mis padres de encontrarse mutuamente o me quedaré solo quién sabe cuántos años? ¿Y si termino teniendo que
El día llegó demasiado pronto y no tengo idea de en qué momento me quedé dormido, solo sé que, antes de que me diera cuenta, ya estaba dormido y me despertó la luz del sol que entraba por las cortinas que dejé abiertas sin darme cuenta. Aún así, me siento cansado, hecho pedazos, como si llevara días sin dormir o descansar como corresponde, y aunque sé que tiene que ver con el estrés físico para el que mi cuerpo intenta prepararse, también tiene mucho que ver con el tema de mi cabeza que no deja de evocar la imagen dolida de Mina. Una y otra vez, la forma en la que me miró antes de alejarse y volver a la casa, volvía a mi mente, haciéndome sentir como si una daga se enterrara en mi pecho una y otra vez. No se lo he dicho a nadie todavía, pero la verdad es que la amo, lo descubrí una noche, cuando mientras corríamos jugando a las escondidas en la noche, la luna la iluminó y la imagen que vi se asemejaba a la de una hermosa aparición. Recuerdo que lo único que pensé en ese instante, f
Los días previos a mi transición, siento que actúo como un acosador. Si bien no es que haya seguido a Mina entre las sombras las veinticuatro horas del día, sí que he aprovechado cada oportunidad que tenía, para verla aunque fuera desde lejos, admirándola en silencio y sin molestarla, deseando desde lo más profundo, que la Diosa me hubiera escuchado y cumplido mi deseo.He de admitir que no siempre fue fácil mantenerme alejado, en más de una oportunidad tuve que observar en silencio y sin intervenir, cómo los machos solteros y de cerca de nuestra edad se acercaban a ella y coqueteaban buscando alguna señal suya que les indicara que tenían permitido acercarse más a ella, intentar cortejarla. Me costó lo mío el no arrojarme sobre ellos por siquiera pensarlo, el no intervenir en cada una de las veces en las que uno de esos idiotas daba siquiera una sonrisa en su dirección, ¿por qué tenía yo que ser un Alfa? Jamás había renegado de mi posición, hasta que entendí que ésta podría llegar a
Han pasado solo dos días desde que me transformé por primera vez y, la verdad, está siendo un completo infierno. Raikus, mi lobo, cada vez que lo dejo salir para ejercitar nuestros músculos recién adquiridos, intenta tomar el control para ir en pos de Mina y marcarla como nuestra, la distancia que impongo de forma intencional para no abrumarla, lo está volviendo loco. Su aroma está por toda la casa, por el simple hecho de que pasa mucho tiempo aquí por ser la hija de mis "tíos", y tener su perfume constantemente en la nariz, le está friendo las neuronas a fuego lento. No lo culpo por enloquecer y querer correr hacia ella, yo mismo quiero hacer exactamente eso, sin embargo, luego de lo que tuve que hacer para protegerla, no sé si se tomaría bien algo así, tengo que ser cuidadoso. Es por eso que he estado planeando algo en particular para abordar el tema de la mejor forma posible, una que la haga sentir especial y no molesta, que permita que me escuche y no que se vaya en cuanto me ve
No puedo dar siquiera dos pasos, cuando su mano agarra mi brazo y me detiene, haciendo que me vuelva hacia ella, encontrándola mirándome con una ceja alzada y una sonrisa de lado. Ok, no es la reacción que esperaba. -¿Mina?-¿En serio estabas dispuesto a dejar que me fuera con alguien más si era lo que quería?¿Estabas considerando realmente dejarme ir y renunciar a tu vínculo solo por hacerme feliz?-Eres lo más importante de mi vida y quiero que me consideres lo mismo porque así lo quieres tú, no porque tenga que obligarte, y si no es así, si a mi lado vas a ser infeliz, entonces prefiero dejarte libre.-Eres un idiota.Eso me deja mudo, pues mi intención era hacerla feliz, que tuviera la oportunidad de hacer lo que ella quisiera, ¿y a cambio me insulta? No es que parezca molesta, ¿fue un error? ¿Hice algo que la disgustó? No consigo preguntar nada, antes de que pueda decir siquiera "a", sus manos toman mi camiseta y tiran de ella, llevando su boca a la mía y besándome con intensida
En cuanto Mina les cuenta lo ocurrido y que estoy herido por vampiros neófitos, mi madre me revisa e insiste en que vayamos al interior de la Casa de la Manada para que pueda curarme y quitarme la ponzoña de las garras de los vampiros, que retrasaría mi recuperación en tanto siguiera impregnando mis heridas. Ni siquiera me voy a mi habitación, directamente me dirijo a una de las duchas comunales y retomo mi forma humana para poder limpiarme a fondo luego de que el agua se lleve la sangre y suciedad de mi pelaje. Una vez listo, salgo de la ducha y me coloco una toalla en la cadera mientras observo mi cuerpo y los tajos en mi persona que me hicieron esos malditos. El de la espalda (a pesar del esfuerzo de Natura por quitármelo de encima y evitar que me lastimara) parece ser el más grande y el que más arde justo ahora. Frustrado por la manera tan desastrosa en que terminó el gesto que tuve con Mina, aunque feliz de que no le haya pasado nada, salgo del baño y me encamino hacia la ofici
Llegar al territorio vampiro luego de casi cinco días de carrera prácticamente ininterrumpida, fue un gran alivio. Necesitaba descansar en una cama con urgencia, un colchón blando bajo mi espalda y cuerpo cansados y una comida caliente que me llenara el estómago. Sé que soy básicamente un lobo y que, como tal, puedo dormir en el bosque y alimentarme de carne cruda y de animales que cazamos en nuestro estado lobuno, sin embargo, eso no implica que sea lo que más disfruto. Luego de años de degustar las comidas de mi madre y de mi abuela, la verdad es que prefiero usar cubiertos en una mesa y con la comida recién hecha saliendo del horno quizás, que cazar criaturas del bosque para alimentarme. Aun así, eso no implica que me sienta cómodo estando aquí, los vampiros (aunque son bastante caprichosos y oligárquicos, de ese tipo que no se ensucian las manos cuando son de la “nobleza”), son seres impredecibles que pueden reaccionar de la manera menos esperada y me preocupa un poco lo que pued