Odio las agujas, en serio las detesto, y ahora que estamos aquí en la sala de espera del hospital, aguardando para ver al médico y que me examine, empiezo a arrepentirme y casi tengo el deseo infantil de salir corriendo de aquí. No me interesa que Tayler esté aquí conmigo, sosteniendo mi mano y acariciándola suave y constantemente porque le dije de mi aversión hacia esos microtubos de metal, eso no evita que imagine una y otra clavándose en mi piel sin cesar y que quiera irme justo ahora.Sé que esto fue mi idea y que dije que quería hacerlo, que me daba tanta curiosidad como mi compañero el saber el estado de mi cuerpo, mas la verdad es que no lo pensé realmente. De haber recapacitado por un segundo en que, lo más probable, era que me fueran a pinchar por todos lados, seguramente no habría dicho nada y habría mantenido la boca cerrada. Para ser honesta, no estoy segura sobre qué pesa más, si mi curiosidad o mi odio...Sea como sea, supongo que ya no hay marcha atrás, aquí estamos y
En cuanto llegamos a la casa, mi suegra está en la entrada, sentada en uno de los escalones del frente, y se pone de pie con una sonrisa en cuanto nos ve. Parece entusiasmada, ¿qué le pasará?-Qué bueno que llegan, antes de que todo el desastre se desate, quiero pasar tiempo con mi nuera, ¿te molesta si me la llevo, querido? Tengo una reservación en el SPA de la manada y, estoy totalmente segura, a ella le vendría muy bien al igual que a mí. Tayler me observa con una sonrisa de lado. -Por mí no hay problema, me alegra que tengan su día de chicas. -Entonces no se diga más, ¿tú qué opinas, querida? -Pues, la verdad, no creo que me caiga mal en éste momento. Quizás es lo que necesito para relajarme. -Bien, en ese caso, vámonos. Nos espera todo un día de mimos, masajes y tratamientos con productos a base de naturaleza. -Suena excelente. Nos vemos, lobito, voy a que me mimen. -Que sean solo mujeres las que hagan esto, porque sino, voy a ir a ese SPA y a cargarme a cualquier macho qu
-No, mi madre no era yo, somos personas separadas. Yo reencarno al morir, y ella sobrevivió hasta que los Rouges la mataron junto con mi padre. Antes de ella, de encarnar en el bebé que ella poseía en su vientre, había sido madre de una preciosa bebé de la que solo tengo una imagen en mi mente. Rosadas mejillas, preciosos ojos del color de ámbar y una sonrisa tan dulce y adorable que daban ganas de achucharla todo el tiempo. -¿Tuviste hijos? -Al parecer en varias de mis vidas, incluso llegué a tener gemelos, y en cada recuerdo que tengo de alguno, todo es amor, orgullo, alegría... Me gustaría poder vivirlo una vez más. -¿Quieres ser madre otra vez? -Por primera vez en ésta vida, pero sí, me gustaría. No tengo los recuerdos de lo que ocurrió en cada una, solo imágenes y no sé si de todos, por eso me gustaría poder vivirlo en carne propia. Antes creí que lo quería con Alefrick, mas si lo pienso ahora me doy cuenta de que no era algo que fuera tan urgente para mí, como si no lo necesi
Empezar la mañana con un café suele ser lo mejor para despertarse, sin embargo, que te llame el médico para decirte que es imperativo que vayas a verlo, que es algo que esperabas (solo que más tarde), digamos que no deja lugar a la somnolencia propia de la mañana, de recién levantada. Por eso, cuando el teléfono suena y fue precisamente el doctor, tanto Tayler como yo no dudamos ni un segundo en subirnos a la camioneta y salir disparados para el hospital. En cuanto entramos, la enfermera nos lleva al consultorio donde encontramos al médico revisando papeles de su escritorio y archivos en la computadora frente a él. Parece sumamente concentrado, lo que me hace preguntarme qué será tan importante y si se tratará sobre nosotros, lo que me hace apretar con fuerza la mano del pelinegro por la anticipación. Él me devuelve el apretón con suavidad a modo de intento de apoyo y nos acercamos a las sillas frente a su escritorio, haciendo que note nuestra presencia finalmente. Parece que o el
El doctor se toma un momento antes de responderme y, lo que sale de su boca, me deja completamente anonadada.-Quizás unos siete u ocho años más, mi Luna. -¿Qué? ¿Es una broma? ¿Tanto tiempo?-Lamento decir que sí, que es mi estimativo mirando todos los resultados obtenidos. No estoy diciendo que sea imposible, al contrario, es más que evidente que su concepción es propicia, sin embargo, tomará tiempo que eso ocurra, que su cuerpo esté listo para lo que implicará. Cada implante que ocurra, hasta que no estén las condiciones correspondientes, todo terminará en aborto. -¿Aborto?-Será espontáneo, su cuerpo la está protegiendo, por eso no dejará que aquello que pueda lastimarla continúe. Sé que no es algo agradable de oír, mas no es algo que se pueda evitar. Escuchar eso me deja completamente descolocada, y Luana gimotea en mi cabeza, porque como yo, ella quería poder ser madre, queríamos tener a nuestro cachorro. Saber que puede pasar cerca de otra década por poco antes de poder conc
-No, no mi poder como tal, sino la suma de ambos en una sola y pequeña criatura, la cual crecerá dentro de mí mientras se alimenta de mi interior, no solo de lo que yo coma, sino hasta de mi fuerza vital. -Lo sé, pero no sabía que sería tan peligroso. ¿Qué dijo mi hijo al respecto?-Por supuesto que le preocupa, la idea de arriesgarme, de poner en peligro mi vida por tener un heredero, no le ha causado ninguna gracia, incluso intentó insinuar la idea de no tener heredero con tal de protegerme.-¿Y cuál fue tu respuesta a eso?-Puede quedarse tranquilo, conozco la "tradición"/deber que tenemos al estar en la posición en la que nos encontramos y, como extra, quiero la posibilidad de ser madre. Los hijos son el legado que les dejamos a quienes "abandonamos" cuando nuestro tiempo nos llega, y son una de las alegrías más grandes que puede tener alguien. Es cierto que no todo siempre es sencillo o sale bien, he visto la prueba de esto con mis propios ojos, no obstante, el mundo no viene co
En cuanto entro, su cabeza está baja frente a varios papeles que parecen planos, pero en cuanto se da cuenta que soy yo, su cabeza se alza y me observa con curiosidad. -Angi... ¿ocurre algo? Hueles a mi padre. -Sí, estuve en el lago hablando con él, y de hecho, tú y yo tenemos que hablar. Parece desconcertado momentáneamente, hasta que parece caer en lo que estoy refiriéndome y suspira. -Sí, supongo que sí. -¿Qué estás mirando? Parece importante. -Son planos de terreno. Toma un papel más pequeño y me lo ofrece, el cual me acerco para tomar y examino curiosa. Parece un dibujo de una zona y solo dos frases en él: "El tiempo se agota." "Aquí al atardecer". -¿Viene de parte de él? -Creemos que sí. -¿Cómo es que lo tienes? ¿Vino un mensajero?-Algo así, Liam lo trajo, parece ser que lo encontró uno de los guerreros que patrullaba hoy, clavado en un árbol en el límite de nuestro territorio. Alguien se atrevió a acercarse mucho... -Eso parece. ¿Qué sitio es éste? ¿Lo conoces?-Sí,
Ella alza nuestras ropas que parece que las ha juntado en el camino de buscarnos y ambos nos levantamos para ir a buscarlas y retomar nuestra forma humana. En cuanto estamos listos, volvemos hacia donde está ella. Siento mucha curiosidad sobre quién puede ser ésta vez. No parece tan enojada, por lo que no puede ser Alefrick, o de lo contrario estaría furiosa y hasta por poco gruñendo en lugar de hablar. -¿Qué pasó? ¿Quién vino?-Bueno... La verdad me dejó impactada, pero se trata de Lisa. -¿Qué? -Como lo escuchaste, se acercó al límite del territorio, buscó a uno de los guerreros y pidió hablar contigo. -¿Conmigo?-Sí, dijo que necesitaba hablar "con la nueva Luna de la manada". Según el guardia, lo dijo de forma extraña, aunque no supo explicar a qué se refería. -Ok... no estoy segura de qué podría querer ella, mas supongo que si vino así de "tranquila", siendo la ex Luna de su manada, sería grosero no recibirla adecuadamente. -Técnicamente... aunque no veo qué razón podría ten