Qué día tan lindo hacía, ya que era sábado y era el día perfecto para descansar todo el día en pijama.

"Que rico me quedare en pijama todo el día " pensó Lucía, pero no contaba con suerte pues ella en su inocencia no sabía las situaciones tontamente complicadas que le ocurrirían al transcurrir el día.

—Hey ya esta tarde, levántese a hacer el oficio que hoy le toca todo sola jajaja —Dijo la hermana de lucía con voz maquiavélica.

Lucía se reprochó por prometerle el día anterior a su hermana que haría todo lo de casa: "m****a" pensó y luego contestó: —Al rato me levanto no me demoró.

—Siempre es igual contigo, chao voy a salir te quedas sola en casa.

Al oír esas últimas palabras Lucía sintió tocar el cielo con las manos; ya que aún que no era perezosa disfrutaba de dormir largas jornadas.

Así que acurrucó para seguir placenteramente durmiendo.

¡Tok tok tok! Tocan la puerta

"Y ahora quien carajos será" piensa Lucía aún acostada en su cama; ¡Tok tok tok! Tocan más duro, ante tanta insistencia lucia grita: —Ya voy —Al abrir la puerta se encontró con un chico guapo.

Lucía sintió vergüenza inmediatamente porque aún estaba en pijama.

—Hola —Dice ese guapísimo chico.

—Eh hola buen día  —Dice ella con un poco de vergüenza.

—Buen día ¿está Santiago?

—No que pena pero te dieron la dirección mal —Dijo Lucía.

—Ah ok, señorita y ¿usted no sabe dónde vive? —Pregunto el chico avergonzado pero en un tono muy amigable.

—Eh no, de hecho ni lo conozco pero puedes preguntarle a los otros vecinos si quieres —dijo Lucía y luego sonrió un poco.

—Bueno gracias que pena si la desperté linda —Dijo el chico.

—Eh no tranquilo ah que tengas buen día —dijo Lucía.

—ok igualmente señorita —se despidió el chico mientras le sonreía; lucia lo mira alejarse y luego cerró la puerta.

—Pero que chico tan simpático —pensó lucía en voz alta.

Cuando mira el reloj que da las 10:30am; —¡Rayos! —Exclamó —No me distraeré más y arreglare toda la casa, me esforzaré.

Paso el tiempo mientras lucía barría, trapeaba, lavaba y hacía el almuerzo; el reloj ya daba la 1:00pm y lucía pensó: "acabé justo a tiempo para almorzar", ella había preparado un rico pollo a la naranja con un poco de arroz y un buen jugo de piña, se sentó al comedor dispuesta a comer pero... tok tok tok!!! Pero de nuevo tocan la puerta.

—¿Y ahora quien será? —Dice un poco molesta ya que en verdad tenía hambre y lo que preparó quedo rico.

Abre la puerta y quien estaba tras la puerta esta vez no era ningún otro chico guapo, era su hermana pero venía acompañada por alguien más.

Pero que descaro tan grande su hermana no tuvo la decencia de avisarle que iría a casa con alguien.

—Hola ­—Dice una fría y avergonzada Lucí.

—Hola —Responde su hermana y hace seguir a su acompañante.

—hola Lucí ¿Cómo estás? —Dijo él.

—Bien —Responde Lucía un poco cortante.

—Servinos el almuerzo Lucía que venimos muertos del hambre —Dijo su hermana mientras molestaba a quien la acompañaba.

Lucía la mira muy sería y le dice:

—ok pero me la deben.

El joven era un conocido de la familia por eso Lucía tenía confianza como para decir ese tipo de cosas.

—Está bien —Respondieron al unísono.

Ya los tres en la mesa se la pasaron hablando de varias cosas mientras comían y también haciendo bromas.

—Hmmm Lucí pero a estas horas y en pijama, ¿Qué estaría haciendo y con quién? —Dijo el joven en tono de burla.

Mientras, su hermana se reía y dijo: —Yo la deje sola pero quien sabe.

Lucía sintió vergüenza y enojo ante esos comentarios y les respondió:

—Tan tontos respeten y maduren mejor, además como a mí me tocó hacer todo solita hoy ni modo.

—Pero porque le tocaba por lo de ayer mija —dijo su hermana.

—Pero igualmente lo hice es que soy muy responsable —Contesta una Lucía muy relajada.

—Bueno al menos haces algo, no como este vago —Dice la hermana señalando a él joven, y esté les dice: —Todos tres somos vagos. Luego rie ante su propio comentario.

Y así se la pasaron hasta que terminaron de comer.

—Adiós Lucí, gracias —Dijeron mientras salían de casa.

—Ok chao, hermana me traes algo un chocolate u otra golosina —Dice Lucía muy contenta esperando un ¡si claro! Por parte de su hermana, pero esta nunca le contestó.

Lucía entro a casa y cerró la puerta se fue a bañar y a buscar que ponerse pues quería salir un rato.

40 minutos después Lucía ya se encuentra en el parque disfrutando de ese bello día y de la tranquilidad que emanaba el lugar. ¡Ring ring! Sonó su cel, ella contesta:

—¿Hola?

—Hola Lucí linda —Dijo el chico con voz sexy.

Lucía supo de inmediato de quien se trataba, quien la llamaba era el chico guapo sexy y misterioso que últimamente le quitaba el sueño.

—Hola ¿Cómo estás? ¿Y al fin me dirás tú nombre? —Pregunta ella.

—Yo estoy bien.  ¿Y tú linda? Ah y por cierto me llamo Christian.

—Hmmm pues es un lindo nombre Christian —Dijo Lucía.

—¿Si? Bueno pues gracias Lucí que linda.

—De nada y ¿Qué haces ahora?

—Pues ahora estoy en...

—¿Hola, estas ahí? —Dijo Lucía sin obtener respuesta. Miro su cel y decía en la pantalla

[Sin cobertura]

"Pero porque ahora se tenía que dañar la señal" pensó una lucía un poco triste.

Se compró un rico helado y se sentó en una de las bancas del parque, puso música y vio que ya tenía señal en su cel.

Le llegó un mensaje de Christian que decía:

"Disculpa parece que se corto la llamada, te hablo al rato linda".

Lucía se puso feliz y nerviosa al mismo tiempo pues aquel chico guapo, de voz seductora y con actitud misteriosa, que le quitaba el sueño cuyo nombre es Christian le volvería a llamar; ella por fin supo su nombre después de tanta espera.

—Aaag rayos! —Se quejo Lucía al sentir como de la nada empezó a llover.

Un fuerte aguacero comenzaba y ella rápidamente empezó a buscar un refugio mientras pasaba ya que no le dio tiempo de llegar a casa.

La lluvia se tornaba más fuerte mientras corría pero de repente chocó con alguien.

—Perdón me distraje mientras huía de la lluvia —Dice Lucía subiendo la mirada para ver con quien chocó.

Ella quedo un poco sorprendida al ver de quien de trataba, era Samanta.

—Tranquila yo igual, pero tú estás un poquito lejos de tu casa ¿verdad?

—Si, bueno comenzó a llover de la nada y no me pude ir de acá.

—Bien, pues yo vivo cerca de aquí, de hecho estamos como a un par de calles, ¿vienes?

—Está bien —Acepto Lucía.

Se fueron juntas lo más rápido posible hasta que llegaron a una casa grande de fachada blanca muy hermosa con un jardín enorme con gran cantidad de flores; aunque claro que con la lluvia no se podía apreciar la hermosura de aquel jardín.

—Ya llegamos, aquí es donde vivo —Dice Samanta para luego abrir la puerta e indicarle a Lucí que entrara.

—Que bueno, así ya no nos mojaremos más —Comenta con una sonrisa.

—Si, tienes razón Lucía —Dice Samanta mientras correspondia a su sonrisa.

—Oye gracias por invitarme —Habla la chica con timidez y temblando un poco de frío ya que ambas estaban empapadas de agua.

—De nada, oye estas temblando— Samanta se percata de ello. — Ven conmigo —Dijo seriamente.

—¿A dónde?

—A mi cuarto para que te cambies, mejor dicho nos cambiemos —Sonrie. — Yo te prestó algo de ropa, vamos rápido antes de que nos dé un resfriado —Responde amablemente.

—Está bien vamos.

Ambas chicas se dirigieron hacia la escalera, comenzaron a subir al segundo piso, había varias habitaciones, vaya sí que era grande esa casa.

—Bueno, esta es mi habitación, entremos —Le dice Samanta a Lucía después de abrir la puerta.

—Gracias, que bonita —Exclamó y luego sonrió.

"¿Pero porqué se me hace familiar este lugar? Ya estuve aquí antes en la infancia " pensaba Lucía mientras samanta buscaba algo de ropa para que ella se cambiara.

Samanta le dio la ropa y le dijo cámbiate aquí, yo me cambiare en otra habitación puedes darte una ducha de agua caliente si lo prefieres y salió de su cuarto mientras llevaba también algo para ella cambiarse.

Lucía se ducho y vistió ya lista se dispuso a salir del cuarto de samanta para buscarla pero algo llamo su atención.

En su escritorio había un retrato con una foto de Sam con alguien más en épocas de su infancia. Lucía se acercó y tomó el retrato, miro la foto y oh sorpresa quien estaba con samanta en esa foto era ella en su infancia; hasta llevaban el mismo uniforme de la escuela.

—Pero entonces si es cierto samanta y yo si éramos amigas, ¿Qué rayos habrá pasado y porqué no me acuerdo de nada? —Dijo en voz alta.

Se escucharon unos pasos acercándose, dejo el retrato donde estaba. Abren la puerta era Samanta.

—Que bien ya estas lista vamos a la cocina hice un poco de chocolate caliente esta apenas para este clima ¿No lo crees? —Decía mientras sonreía.

Samanta estaba muy feliz pues todo era casi igual a cuando eran pequeñas, pero la diferencia era que Lucía no se acordaba de nada, y menos de que antes ellas eran mejores amigas.

—¡Que rico! Amo el chocolate en sus distintas versiones —Dice Lucía con gran felicidad olvidándose por un instante de lo que había descubierto.

—Bueno, ven rápido que se nos enfría —Habla Samanta amablemente.

Ambas chicas bajaron por las escaleras y se dirigieron a la cocina; al llegar había tres tazas ya servidas en la mesa.

—Oye Samanta ¿hay alguien más en tu casa? —Pregunta Lucía con timidez.

—Si, mi hermano —Responde con seriedad.

—Aaaaah ya —Exclamó.

—Samanta ven por favor y de paso me traes mi taza de chocolate si —Hablarón desde el segundo piso.

Contesta Samanta: —Ya voy hermano.  —Luego dijo —Lucí espérame aquí por favor — Y se marchó.

¡¡Ring ring!!!!  Contesta Lucía su telefono.

—Hola lucí linda.

—Hola Christian —Respondia Lucia el saludo pero luego sin querer estornudo.

—¿Estás bien? —Dijo él al oírla.

—Si ¿por qué? —Pregunta esperando una linda respuesta de parte del chico.

—Solo preguntaba por tu estornudo —Dijo él.

—No es nada —Responde ella.

—hmmm ¿nada? ¿Será que te quedaste bajo la lluvia o algo así? —Indagaba él.

—Pues algo así, es que salí de casa un rato y de la nada llovía muy duro. ¿Puedes creer que suerte la mía? —Dijo ella.

—Bueno ya sabes para la próxima lleva una sombrilla por favor linda —Dijo él en un tono de preocupación.

—Si lo haré, pero no porque tú me lo digas sino porque no me quiero enfermar —dijo ella sonando muy infantil.

—Ok linda, pero en serio cuídate ¿si? —Dice el chico riendo un poco pues le pareció graciosa pero tierna la forma en que ella le hablo.Y si, él también se comenzaba a preocupar por ella.

"Espero no que no te enfermes chiquita linda" pensaba él mientras oía a Lucía atentamente mientras está le contaba sobre lo loco que estuvo el clima.

¡Tok tok tok! ¿Puedo pasar? Escucho el chico afuera de su cuarto.

—Lucía hablamos luego, cuídate en serio linda —Dijo el chico para luego colgar.

—Entra.

—Ok —Responden desde afuera.

Abren la puerta y entra una chica diciendo  —Hermano ten tu chocolate caliente.

Si esa chica era Samanta la misma que estaba abajo en la cocina con Lucía.

—Gracias hermana, escuche un poco de ruido ¿tienes visita?

—Si hermano —Dice Samanta.

—Ok, oye Sami ¿cómo sabes si te estas enamorando de alguien? —Preguntó muy avergonzado a su hermana menor.

—Ay Christian esto del amor es muy complejo pero, pues si piensas mucho en esa persona, se te acelera el corazón, te alegra saber de ella, te encanta verla, y sientes mariposas en el estómago de seguro ya te enamoraste ¿Porqué la pregunta? —Dijo Samanta.

—No por nada —Dice Christian sonrojándose un poco.

—Ok, bueno voy abajo chao hermanito —Dijo Samanta sonriendo.

Mientras tanto en la cocina Lucía veía por la ventana y terminaba su chocolate.

—Al fin dejo de llover —Dijo ella en voz alta.

—Perdón por la demora —Habló Samanta entrando a la cocina.

—Tranquila no hay problema pero ya me tengo que ir.

—Si quieres ¿te llevó a casa? —Pregunta Samanta.

—Está bien —Dijo  no muy convencida de ello.

—Bueno vamos te llevo en el auto de mi hermano —Dijo Samanta.

—¡Que! ¡Tu hermano tiene auto y tú sabes manejar! Sam hace rato me pudiste haber llevado a mi casa.

Samanta sonríe y dice muy relajada: —Se me había olvidado.

Las dos fueron al garaje sacaron el auto se montaron en él y fueron directo a casa de lucía.

Ella baja del auto se despide de Samanta, entra a casa saluda a su familia y de una se va a descansar a su cuarto.