¿A QUE COSTO?

—Tu eres el hombre perfecto para cualquier mujer, hijo. Eres guapo, super mega extra inteligente, tienes inversiones millonarias que ni yo tenía a tu edad porque supiste invertir el dinero que se te dio desde pequeño. No tienes vicios, eres una persona de familia y no del mundo. El primero que debe ver todo eso eres tú. El físico no lo es todo, y este cambia constantemente si no mira a tu madre, ella se enamoró del yo musculoso, inteligente, sexy y mírame ahora sexy, pero canoso y con una pequeña barriga, la cual ella adora. Eres un diamante hijo, no te compares con plata o cobre. Porque no le llega ni a los talones a tu valor. Lucha por lo que quieres, nunca te desanimes. Sabes que cuentas conmigo para lo que necesites. Te amo, hijo. — me dice dándome un abrazo. Nos despedimos ahí y sus palabras quedaron clavadas en mi mente. ¿Sera que tengo una oportunidad con Clara? Fue la pregunta que me siguió por los siguientes tres meses hasta el día que se ofició la ceremonia por los 10 años del fallecimiento de mi bisabuelo Javier. La manera en cómo Clara salió llorando de la iglesia fue muy preocupante para mí. Quería correr a verla y preguntarle que paso, pero mi mamá me detuvo.

—Dale su espacio, cariño. Déjala que se vaya con sus padres. Lo que sea que haya pasado, no es un buen momento para preguntar. — me dice ella entrelazando nuestros brazos mientras la miraba subir al auto de Fernando.

—¿Qué le habrá pasado? Ella está bien durante la ceremonia. De hecho, volvió para buscar a Liam que se quedó con su mamá dentro de la iglesia. — dice Alana y pues ya sabemos que tuvo que ser algo referido a Liam lo que sea que haya pasado. Le marque varias veces a su teléfono y no contestó, Alana hizo lo mismo y seguimos sin saber que paso. Hasta que Alana llegó a mi habitación.

—Si quieres saber qué le pasó a Clara, debes estar listo porque la iremos a buscar para ir a un club nuevo de aquí cerca. Ya mis padres lo saben, les pedí permiso antes de que se fueran al aeropuerto. Obviamente sabes que sus condiciones son siempre que vayas tú junto con los guardias. — me dice y yo asentí, necesitaba saber qué le pasa a mi diosa. Dos o tres horas después las cuales se me hicieron eternas llegamos hasta su casa. Se miraba de lo más hermosa en ese vestido corto color rojo. Una vez en el auto y ante la insistencia de Alana. Ella no tuvo de otra más que contarnos qué fue lo que le pasó. Tuve que detener el auto, porque se me había olvidado hasta como respirar cuando ella con lágrimas en los ojos comenzó a contar qué fue lo que había escuchado, sentí unas ganas casi incontrolables de ir a matarlos. ¿Cómo pueden jugar con la integridad de las mujeres así? ¿Qué clase de basura son? Son unos malditos miserables.

Llegamos al club y era un lugar agradable, muy concurrido, buena música. En este caso Alana venía a verse con alguien ya que llegó hasta donde estábamos para saludarla y sacarla a bailar. Aparte de ser el chofer asignado, debo de admitir que no me gusta el alcohol, el sabor me es muy desagradable, pero por lo que veo hace muy bien cuando estás despechado, porque Clara toma trago, tras trago como si fueran vasos de agua. Por más que trate de hacerla entender que ya no ella no hizo caso alguno. Ella se levanta para bailar, cosa que sé que le ayudará para bajar un poco su embriaguez la veo hipnotizada al ver la manera en cómo se mueve, puedo notar que un hombre quiere acercarse a ella desde el otro lado del lugar. Así que antes que llegue hasta ella, yo me acerque rápidamente y rodee la cintura de Clara con mis manos. Ella se voltea y me mira sorprendida. Dice a dar un paso hacia mí, pero pierde el equilibrio con sus tacones y cae en mis brazos cerrando los ojos. Yo levanto la vista algo preocupado. Alana viene hasta nosotros preocupada y me pide llevarla al auto pidiéndome un rato más para seguir con el chico con el que estaba compartiendo. Yo la tomo en brazos al ver que Clara ha caído casi inconsciente de tanto alcohol en su cuerpo. Llegamos hasta el auto y uno de los guardias me ayuda a abrir la puerta yo la acomodo sentada en el asiento, cuando estoy colocándole encima una chamarra extra que tenía en el auto, me quedo de piedra cuando me mira a los ojos y siento sus brazos rodear mi cuello. Trato de alejarla levemente porque no quiero lastimarla, tampoco que haga algo de lo que seguramente se arrepentirá luego, pero ella en vez de alejarse, me beso. Me resistí porque esto no era correcto, mi corazón y mente comenzaron a debatir. ¡Es tu primer beso! ¡Y con la mujer que amas! pero igual sabía que no era correcto. Se lo hice saber cómo pude ya que no quería dejar mis labios. Si hubiera sido en otro momento, lugar y circunstancia hubiera disfrutado de este beso, pero no me hizo sentir bien todo lo contrario. Ella me insiste en querer seguir besando mis labios, con una fuerza que no se dé donde saco, se sube entre mis piernas. Mi corazón comenzó a agitarse cuando ella comenzó a tocar mi cuerpo con sus manos. Me quede quieto tratando de asimilar si esto verdaderamente estaba pasando, vuelvo a reaccionar cuando ella volvió a besarme y esta vez ya no me opuse mientras me besaba y me deje llevar ante todas las nuevas sensaciones que Clara estaba provocando en mí.

—Espero que lo hayas disfrutado Liam, porque será la última vez que disfrutaras de mi cuerpo. — la escucho decir. Al segundo que se bajó de mí, sentí como si me hubieran clavado una daga directa al corazón. ¿Ella creyó que estaba teniendo sexo con Liam y no conmigo? Acomodo de nuevo mi pantalón y veo que se ha quedado dormida. Acomodo un poco su vestido y colocó la chamarra encima de su cuerpo. Salgo del auto y siento la mirada de los guardias encima de mí. Bajo mi mirada y me subo al lado del piloto y pongo el aire acondicionado del auto y salgo nuevamente de este.

—Cuídenla, por favor. — ellos asienten. Yo avergonzado y con el corazón hecho trizas entre de nuevo al club para vigilar a Alana, ella seguía bailando con el chico. Fui hasta la barra y pedí un trago de lo más fuerte que tuvieran y me pusieron un pequeño vaso enfrente. Lo agarre y lo tome de una vez, solo ese trago parecía quemar todo a su paso, más no se llevó el horrible dolor que siento en mi corazón. ¿Habrá sido karma al haber accedido a eso, cuando ella estaba bajo la influencia de alcohol? No cabe duda de que el amor te hace hacer cosas estúpidas y esta era una de ellas, no debí, ¡no debí! ¿Cómo la enfrentaría cuando me pregunte si pasó algo entre nosotros? ¿Lo recordará? Más, pero no menos importante ¿Pensara que yo me aproveche de ella? Fue tanto lo que me abrumó toda la situación que ahí viendo hacia la puerta del club, una lágrima rodó por mi mejilla. Mas otra realidad me golpeó y fue mucho más dura que las otras. Haber accedido a tener relaciones con ella, bajo el estado en el que estaba, me había vuelto uno más de ellos, un maldito que no tiene respeto por ella. Me siento un monstruo, un aprovechado, un idiota, un sucio con el corazón roto. No hay otro culpable más que yo. Había tenido mi primer beso y mi primera vez con la mujer que amaba, pero ¿A qué costo?

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo