Punto de vista de BlakeLlevé a Colin a su cuarto mientras mamá se iba a la cocina. La verdad es que no hablamos mucho porque, aunque pequeño, mi hijo era inteligente y lo captaba todo. Él estaba feliz contándole a su abuela lo que hizo en la noche en su campamento en la oficina.Nos bañamos los dos juntos para ahorrar tiempo y, como siempre desde hacía unos meses, lo dejé solo en su cuarto para que escogiera su ropa y me fui a vestir.Colin solía tomarse su tiempo para escoger, era muy mañoso en ese sentido. En cambio, yo solo tomé un traje y una camisa cualquiera, cosa rara para mí, y me vestí en cuestión de nada para bajar a ayudar a mamá, no sin antes darle un último vistazo, y darme cuenta de que, tras ponerse la ropa interior, elegía entre tres camisas sobre su nueva cama baja.Deje la puerta entreabierta y bajé.En la cocina, mamá preparaba pastelitos con huevos y tocino, café para los dos y jugo para Colin.—Ma, ¿estás bien?—Sí, hijo… ¿Y tú? No tienes buena cara. ¿Al menos do
Punto de vista de Blake«Eres igual a tu padre».Aquellas palabras resonaron en mi cabeza un millón de veces en menos de dos segundos con pasmo, susto y mucho temor.¿Cómo es que yo…?—Eres igual a tu padre: cabezotas, creyendo que todo el mundo solo tiene que aceptar lo que decidas porque eres tú. Blake, no vives solo en el mundo y, sí, es bueno que quieras proteger a tu hijo, pero no puedes sacrificar a los demás por eso.Tragué con dureza justo cuando ella volteó a verme y, al detectar la auténtica sorpresa en mí, su semblante degeneró en la preocupación.Me eché hacia atrás y respiré hondo por unos segundos, sopesando esas palabras en mi mente.—Por qué si yo… me he esforzado tanto para… ser diferente…Las frases se me agolparon en la garganta, y tuve que salir de la cocina o de seguro metería la pata. Caminé hasta la sala y me senté en el mueble, para llevarme las manos a la cabeza gacha y resoplar.¿Cómo que era igual a él?Si mi hijo me desafiaba en algún momento, ¿también trat
Punto de vista de RyanDespués de un tiempo complicado, que se hizo más sencillo solo con la compañía de mis amigos, de mi hermana y mi padre, el día por fin había llegado.Hoy conocería a Bett Harrison.Cerca de la una de la tarde, tras almorzar afuera, recibí una llamada de un número desconocido que no contesté, y luego me llegó un mensaje de texto del mismo número. Bett anunciaba que iría en un rato a la empresa y quería saber si me encontraba ahí.Con todo el dolor de mi alma, le dije que sí.Acomodé el trabajo que haría al día siguiente y, una media hora más tarde, escuché un toque a mi puerta.—Adelante —autoricé.Morgan fue quien entró.—Señor Daft, la señorita Harrison vino a verlo —comentó ella.La notaba recelosa, y me imaginaba sus razones, pero nada podía hacer con ellas.—Déjala pasar —dije con calma y me levanté.Caminé, desde mi escritorio, hasta el área para recibir invitados, justo en el momento en el que un chico más bajo y delgado que yo entró a mi despacho con paso
Punto de vista de Ryan¿Cometía un error al venir aquí? Quizás, pero… Colin lo valía, así de simple.Para el momento en el que llegué al hospital, eran casi las cuatro de la tarde. Pregunté en la recepción por Colin, y me autorizaron a entrar en la habitación 221, a la cual me encaminé sin pensarlo demasiado.Sin embargo, cuando tuve la puerta al frente, miles de sensaciones y sentimientos se agolparon en mi interior.Apenas escuchaba murmullos desde afuera, y estuve a punto de tocar un par de veces, pero los nervios me ganaron e hicieron retroceder.Sentí que el corazón me daba un tremendo vuelco, y resoplé con ligereza.Finalmente, al tercer intento, toqué.—Adelante —escuché la voz de Blake desde dentro.Sonaba oscura y cansada, era obvio el porqué.Puse la mano en el pomo y, con los latidos del corazón en mis oídos, retumbando cual caballo al galope, abrí y entré, para encontrar a un pequeño pelirrojo recostado en una enorme cama, cuyos ojitos de jade se abrieron de par en par al
Punto de vista de RyanEstar con Colin era lo mejor de lo mejor.Esa tarde, después del trabajo, me aparecí por el hospital a eso de las cinco, y encontré, al ver a través de la ventanilla, a un Blake medio dormido, pero viendo caricaturas con un Colin que se veía mucho más animado, y que no dejaba de sonreír.Toqué la puerta y pasé y, como una repetición de la tarde anterior, el nene me recibió con emoción.—Hoy te ves mejor que ayer, enanito.Él soltó una risita y asintió con la cabeza.—No dele muto, sodo un potito.Caminé hacia el costado de la cama, y enseguida noté que el padre de la criatura se levantaba.—Iré a la cafetería un momento… necesito algo de café —comentó con la voz rasposa.De nuevo, lo veía cansado y sombrío, y tenía la misma ropa de la tarde anterior.—¿Has estado aquí desde ayer?Él asintió.—¿Y la señora Jude?—Creo que están de viaje, o algo así… ni siquiera me contestan, así que… —Se alzó de hombros—. No importa… ¿podrías acompañarlo por cinco minutos, por fa
Punto de vista de BlakeAl final, Colin estuvo hospitalizado hasta el viernes al mediodía y, aunque lo intenté por dos días, mis padres no contestaron.Quizás se hallaban demasiado ocupados con su viaje a quién sabe dónde. Al final, me cansé de tratar de avisarles y me quedé con mi hijo todo el tiempo, apenas yendo a casa una vez para buscar algo de ropa y cosas para él.Me dolía la cabeza. Colin pasó las dos últimas noches llorando porque le picaba y molestaba la herida, que empezaba a cicatrizar, y también iba mucho al baño y pedía agua. No había podido pegar un ojo, en consecuencia, pues me preocupaba cada que se movía o hablaba.Tal vez era solo yo siendo paranoico, o solo arrastraba días y días sin dormir bien a causa de la crisis de la empresa y el estrés en general.Tenía ganas de vomitar, pero hasta ahora conseguía controlarlas.Llamé a Riley cuando estuvimos listos para irnos, cosa de que nos esperara en casa y, a su llegada, llevé a Colin a su habitación.Necesitaba dormir,
Punto de vista de Jude—Colin, recuerda que debes estar acostado —instó Riley desde atrás.Él se detuvo en seco y, como un ni.ño obediente, la miró de reojo y asintió casi sin ganas. En el fondo, estaba segura de que quería saltar a recibirnos.—Ta ben, Daidi —soltó y se quedó quietecito.Entonces, me acerqué a él y lo abracé. De repente, sentí un raro desespero por dentro y removí sus cabellos.—¿Cómo te sientes? ¿Te duele?Él enseguida negó con la cabeza.—Ya no me dele tanto… y mida, tengo una rajita en da panza, abela.Procedió a quitarse la cobija y, sin esperar nada, se alzó la camisa del pijama que usaba. En efecto, no veía su particular «rajita», sino una gasa cubriendo lo que debía ser dicha cicatriz.—Beno, no te ve, pedo, cando papi despedte, le didé que te da enseñe.Volvió a bajarse la camisa y yo me ocupé de acobijarlo.—¿Estuviste en el hospital mucho tiempo? —pregunté.La verdad es que sabía que fueron dos días, así que tuvieron que haber vuelto ayer.—Fue dado de alta
Punto de vista de BlakeDespués de tomarme una semana de licencia para cuidar a Colin, y otra más alternando mis turnos con mamá para cuidarlo en casa, el médico le dio el alta total; sin embargo, aconsejó que, al ser tan pequeño, activo y vivaz, lo mejor era que estuviera en su hogar por un par de semanas más.Me vi obligado a contratar a otra niñera, pues Riley no podía asumir toda la carga y yo debía trabajar, y aquí estábamos…Era el primer día. Bueno, la primera noche.Colin estaba en casa con mamá, mientras yo venía a una cita especial de uno de nuestros principales clientes, una anticipada fiesta de Halloween más al estilo corporativo, aunque de disfraces.No quería venir, pero tampoco podía negarme. Al final, no quedaba de otra que ser un poco hipócrita por el bien de nuestras relaciones comerciales.Le pedí a Oliver que buscara algún disfraz que quedara bien en mí, y terminó por contratar a un maquillador y estilista especializado porque, según él, debía destacar ante los dem