Punto de vista de Blake
Yo no era yo, sino un tipo enloquecido y dejado llevar por el deseo.
¿Cuándo me volví este tipo de hombre? ¿Cuándo me convertí en un sujeto tan amante del se.xo y el placer?
Quizás desde la primera vez que lo hice con él.
Me reprimí por tanto tiempo, que solo podía dejarlo salir si se trataba de Ryan, ese tipo lujurioso y oscuro que habitaba en mi interior.
Sin embargo, no me esperaba su propuesta.
—¿Más? —pregunté confundido.
Él asintió.
—Estamos en un yate de lujo en altamar. Me acabas de partir el culo… quiero hacerte sufrir un poco también.
Sus palabras de doble sentido me hicieron resoplar, y me arrodillé sobre el colchón.
—¿Qué propones? —cuestioné.
Apenas decir eso, sentí
Punto de vista de RyanLa atmósfera, tensa a pesar de que pareciese lo contrario, degeneró enseguida en una espiral de incertidumbre e incredulidad cuando se escuchó un gran grito, seguido de platos rodando y rompiéndose.Y el alarido de dolor de mi hombre, que me tomó por sorpresa.Vi en cámara lenta cómo la sopa hirviente de Libi le caía encima a Blake, y su gesto maltratado y compungido.Él se echó para atrás y calló de la silla, pero se quedó en el suelo, encogido de dolor.—¡¿Qué demo…?!No tuve tiempo de terminar de hablar, porque Blake se quejaba en el suelo mientras buscaba quitarse la camisa sin conseguirlo.La camarera gritó y, en general, todo el mundo se levantó de sus mesas.—¡Lo siento! ¡Lo siento, fue un accidente! —La voz de Libi reson&
Punto de vista de BlakeEl ardor se regó por mi cuerpo con virulencia y, en la ambulancia, perdí la noción de mí por un momento. Me ardía el pecho, los muslos, la entrepierna, pero, sin lugar a dudas, la peor sensación se la llevaba mi abdomen y el brazo, donde el líquido caliente cayó como tirado, y luego bajó a los muslos.Sin embargo, no era solo eso lo que sentía.Tenía un raspón en la pierna, que me hice al subir al yate más temprano, y por ahí comenzó todo.Empecé a sentir que el aire me escaseaba, y el pecho se me apretó en un puño.—No puedo… respirar —murmuré casi sin fuerzas.El paramédico me examinó el pulso enseguida y comprobó eso.—¡Blake! —gritó mi madre, siendo sostenida por mi padre para que no saltara.
Punto de vista de BlakeTras pasar dos días sin dormir nada, y obtener una citación por agresión de parte de la policía de las Bahamas para Libi, Ryan, Colin y yo nos marchamos a Florida, solo informándoselo a mis padres y al señor Killian para evitar ser seguidos por la idiota de Libi, que estaba encerrada en su cuarto después de un arrebato de Larry.Ella no se quedaría tranquila, y yo lo sabía.Tuve que alargar mis vacaciones una semana más, y terminamos volviendo a San Francisco tras veinte días, todavía con cicatrices de las ampollas en los muslos y en la barriga.—Señor, ¿quiere proceder con la compra de las acciones bajo la sociedad, tal como lo estipuló? —preguntó Oliver.Era el primer día de trabajo tras volver del este y, de hecho, Oli también había tenido unas muy merecidas vaca
Punto de vista de Ryan Tuve que dedicarme al trabajo apenas volver de unas buenas vacaciones, pero bien sabía que las cosas no se iban a calmar así como así. En primera, seguí el consejo de Blake, y pedí una orden de restricción contra Libi. Tenía que esperar a ver si me la aprobaban, porque yo no fui el atacado, pero esperaba que sí. Necesitaba quitarme a Libi de encima y, aunque sabía que no necesariamente eso sería posible con un papel, ya que al tío Larry le importaban tanto las apariencias, de seguro le pondría una tranca. En medio de mi oficina, revisando documentos con una muy remozada Morgan, mi teléfono comenzó a sonar. Era una llamada. Arrugué la cara al ver que se trataba de mi madre, y resoplé antes de contestar. —¿Hola? —Ryan, ¿vendrás a la cena de esta noche? Fruncí el cejo y espiré por la nariz. —Hola, mamá, ¿cómo estás? Yo estoy bien, gracias —solté con ironía. Después de que me armara un escándalo por teléfono, luego de enterarse que me fui con Blake sin dec
Punto de vista de Ryan Después de salir de la casa de mis padres, me subí a mi auto y arranqué lejos de ahí. Anduve algunas calles y llegué a una casa que conocía bastante bien. Blake vivía al otro lado del barrio, y me detuve frente a su vivienda, metiéndome en el aparcadero exterior. Apagué el motor y bajé, llegué al pie de las escaleras y, en ese momento, chasqué con la lengua. ¿Por qué demonios ni siquiera lo llamé? Bueno… ya era tarde, estaba aquí. Subí los escalones a paso rápido y toqué el timbre. Metí las manos a los bolsillos y resoplé. La cabeza me daba algunas vueltas al pensar en lo que pasó con mi madre y, a pesar de que no quería centrarme en eso, era inevitable. ¿Qué demonios le pasaba a esa mujer? La molestia se me subió en un segundo, y apreté los dientes sin poder evitarlo. Escuché la cerradura abrirse, y encontré unos ojos muy curiosos casi enseguida. —¿Ryan? ¿Qué haces aquí? —preguntó Blake con sorpresa, pero abrió la puerta. Fruncí los labios y resoplé.
Punto de vista de RyanTener que tolerar a mi madre comenzaba a hacerse cada día una tarea titánica, al punto en el que terminé bloqueándola del WhatsApp y en general, porque me tenía harto.Ese viernes, mi padre, en calidad de accionista mayoritario de la Corporación Daft, y yo, como el CEO de la empresa, arribamos con Morgan a la sede del Grupo Maier para una jornada de discusiones sobre los futuros tratos entre nuestras empresas.Afuera, en una gran muestra de cortesía, Blake y Oliver nos esperaban, junto a algunos empleados menores.El pelirrojo hoy lucía particularmente guapo, con su traje de tres piezas, la corbata negra y el cabello bien peinado.—Buenos días, señor Daft, Ryan, Morgan —saludó y le ofreció la mano a mi padre.—Muchacho, buenos días. —Papá aceptó el apretón y respondi&o
Punto de vista de BlakeRyan se veía estresado, bastante más de lo que cualquiera pensaba, y me di cuenta por esos ojos, que miraban a su padre con negación absoluta.Killian resopló y se encogió de hombros.—Bueno… es obvio que no irás, y yo no te obligaré a nada. Tu madre necesita aprender una lección de humildad, y eso es algo que, al ser tan terca, tendrá que atender por su cuenta.El menor resopló y asintió con la cabeza.—Está bien, papá… Igual ya tengo planes para hoy, así que no pensaba ir de todas formas.Al oírlo decir eso, Killian suavizó su mirada hacia su hijo, y también pasó los ojos sobre mí, lo que me llenó de mucha curiosidad, aunque me la guardé.—Lo entiendo, hijo. Y no te preocupes, a ella ya se le pasará todo esto.
Punto de vista de RyanDespués de llevar al enano a la casa de los Maier, Blake y yo fuimos al centro de la ciudad, a uno de esos restaurantes elegantes en los que solíamos comer para cenas de negocios, aunque hoy era muy diferente.—¿Tenía que ser uno de estos lugares de cinco estrellas? —pregunté.No era que me incomodara, al contrario, porque la comida que servían en estos lugares era exquisita; sin embargo…—A veces hay que tener una cena de estas, Ryan. Es normal para las parejas salir a comer a buenos lugares de vez en cuando.—Sí, pero no se supone que tú y yo lo seamos.Blake respiró hondo y me miró con ojos acusadores, antes de asentir.—Tienes razón; no obstante, ¿no somos los mejores amigos? Nadie dirá nada si dos buenos amigos de la infancia salen a comer a un restaurante caro, as